Los retos del Grupo Volkswagen: de la falta de microchips a la producción con energía que viene del carbón y el gas de Rusia

Los retos del Grupo Volkswagen: de la falta de microchips a la producción con energía que viene del carbón y el gas de Rusia
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La crisis de los microchips no parece que se vaya a resolver en un corto plazo de tiempo. Al menos, así lo creen en el Grupo Volkswagen. El nuevo director financiero del grupo, Arno Antlitz, considera que la escasez de semiconductores se prolongará más de lo previsto.

El suministro de semiconductores no se normalizará hasta 2024, momento en el que todavía habrá una escasez estructural de oferta, dijo Antlitz en una entrevista con Boersen-Zeitung.

Esta crisis, generada a raíz de la extremadamente rápida reactivación de las fábricas después del parón de la pandemia, lleva coleando más de un año y ha impedido la fabricación de cientos de miles de coches, tanto en España como en todo el mundo, donde la producción en 2021 bajó un 6 %.

Debido a la falta de semiconductores, el Grupo Volkswagen se ha visto obligado a paralizar en varias ocasiones la producción en varias fábricas del continente europeo, entre ellas la de Wolfsburgo y las dos de coches eléctricos del grupo, en Zwickau y Dresde (Alemania), que fabrican para Volkswagen, pero también para CUPRA o Skoda.

Las factorías de Martorell y de Mladá Boleslav, de Skoda, también sufrieron parones intermitentes a lo largo de 2021 por la falta de semiconductores.

Fábrica CUPRA Born Zwickau

Antlitz dijo que espera que la situación de los semiconductores se alivie en 2022 y 2023, pero la escasez continuará hasta 2024 porque los fabricantes de chips no podrán satisfacer la creciente demanda de semiconductores, incluso cuando se ponga en marcha una mayor producción de chips.

Ford, Hyundai o General Motors no ven remitir la crisis hasta la primera mitad de 2022 como poco. Tampoco los proveedores. Ahora, Volkswagen va un paso más allá y no ve el final del túnel hasta 2024.

Fábrica Volkswagen T-Cross

"Vemos una escasez estructural de oferta en 2022, que solo es probable que se alivie un poco en el tercer o cuarto trimestre", dijo. "La situación debería mejorar en 2023, pero el problema estructural aún no se habrá resuelto del todo", explicó el dirigente alemán.

Y no es el único fabricante alemán que advierte de la falta de semiconductores. El CEO de BMW Group, Oliver Zipse, comparte la visión de Antlitz en este tema, tal y como explicó en una entrevista con el periódico Neue Zuercher Zeitung.

"Todavía estamos en el punto álgido de la escasez de chips", dijo Zipse. "Espero que empecemos a ver mejoras a más tardar el año que viene, pero todavía tendremos que lidiar con una escasez fundamental en 2023".

Volkswagen no se enfrenta solamente a una crisis microchips: energía y cableado también podrían fallarles

Fábrica Volkswagen

Algunos fabricantes de automóviles están lidiando con el doble desafío que supone la escasez de microchips y la interrupción en la fabricación de los arneses de cables fabricados en Ucrania. Tras la invasión del país por parte de Rusia, la fabricación del cableado se ha visto interrumpida temporalmente. Volkswagen y BMW, entre otros, se vieron directamente afectados por la falta de arneses de cableado.

Antlitz explicó que las plantas individuales del Grupo Volkswagen se ven continuamente obligadas a cancelar turnos porque el proveedor ucraniano de cableados está trabajando con un solo turno. El grupo Volkswagen está utilizando otros proveedores para compensar, entre ellas, empresas asentadas en Marruecos.

Cableado coche (Bentley)

“Sin embargo, las factorías alternativas no pretenden sustituir a los centros de producción de Ucrania a largo plazo. Nos mantenemos al lado de los centros de nuestros proveedores en Ucrania y les prestamos apoyo cuando podemos", aseguró Antlitz.

Otra consecuencia inesperada para Volkswagen de la guerra en Ucrania es la crisis de la energía. Los elevados costes de la energía y la posible prohibición de la importación a Alemania de carbón y gas natural ruso, suponen otro enorme reto para el grupo Volkswagen.

Volkswagen T-Roc puerto

Anlitz explicó en la entrevista que el grupo aún no ha decidido cuándo pondrá en marcha su plan para convertir las operaciones de la central eléctrica de Wolfsburg de carbón a gas natural.

"Todavía no hemos hecho el cambio. Pero estamos en proceso de cambio. De momento, la central de carbón sigue funcionando, mientras que la de gas se está poniendo en marcha. Estamos muy atentos a lo que ocurra en los próximos días y semanas. De momento, no hemos decidido cuándo cerraremos definitivamente la central de carbón".

Volkswagen posee dos centrales eléctricas en Wolfsburgo que alimentan su factoría y parte de la ciudad. Werk Wolfsburg Nord es la más antigua, se remonta a 1938, tiene actualmente una potencia de 140 MW y es alimentada por carbón. Está situada en el corazón de la fábrica. La segunda,  Wolfsburg West.

En 2018, el grupo se comprometió a convertir sus dos centrales eléctricas, ambas alimentadas por carbón, para que funcionasen con gas natural. De las dos, la de Wolfsburg West, con una potencia de 288 MW, debería en principio entrar en funcionamiento con gas este 2022.

Sin embargo, entre el elevado coste y el posible embargo al carbón y al gas ruso, el grupo Volkswagen tendrá que ingeniárselas, si finalmente ocurre, para comprar y llevar gas natural a su planta de otro proveedor. Y este último punto es el más complicado de todos.

De ahí, que todavía se resista a convertir del todo su histórica central de carbón. Es más fácil encontrar alternativas de compra y transporte del carbón que del gas natural.

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