A ti se te olvida dónde aparcaste el coche en Ikea, otros juegan en otra liga. El primer Dumbledore de 'Harry Potter' olvidó su Rolls-Royce en un parking durante 25 años

A ti se te olvida dónde aparcaste el coche en Ikea, otros juegan en otra liga. El primer Dumbledore de 'Harry Potter' olvidó su Rolls-Royce en un parking durante 25 años
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No es raro olvidar alguna vez dónde has metido las llaves o dónde aparcaste el coche.. pero hacerlo durante un cuarto de siglo y tratándose de un Rolls-Royce Phantom V,  es otro nivel. Hablamos de una rocambolesca anécdota que protagonizó el actor Richard Harris, conocido entre otros por su papel como el primer "Dumbledore" en la saga 'Harry Potter'.

El despiste le salió caro: Harris tuvo que pagar más de 92.000 dólares (unos 85.000 euros) en concepto de aparcamiento, tras descubrir de casualidad que el lujoso coche que había recibido como regalo en la década de 1960 seguía donde lo había dejado: en un aparcamiento de Nueva York.

Una vida de excesos… y un coche olvidado durante 25 años

Richard Harris fue mucho más que el venerable Dumbledore de 'Harry Potter y la piedra filosofal' o 'La cámara secreta'. Nacido en Irlanda en 1930, se hizo un nombre en el teatro británico antes de conquistar Hollywood con películas como 'Un hombre llamado caballo', 'Camelot', 'Los héroes de Telemark' o 'Gladiator', donde interpretó al emperador Marco Aurelio.

Sin embargo, su fama no solo se forjó en la gran pantalla: Harris era un auténtico “Hellraiser”: un espíritu salvaje famoso por sus borracheras épicas, su adicción a la cocaína y su desprecio por las normas. En medio de esa vida de excesos, Harris recibió en 1965 un lujoso Rolls-Royce Phantom V como regalo, posiblemente tras rodar con Kirk Douglas en 'Los héroes de Telemark'.

El Phantom V era (y sigue siendo) una joya de la ingeniería británica: equipado con un motor V8 de 6,2 litros, su interior era más parecido al de una limusina propia de la realeza que al de un coche convencional. Tenía mesa plegable, un mini-armario y estaba pensado para ser conducido por chófer, mientras su afortunado dueño viajaba como un auténtico monarca.

Harris

Pero parece que el coche no terminó de encajar con el estilo rebelde de Harris. En 1974, durante una de sus estancias en Nueva York, EEUU, lo dejó en un aparcamiento subterráneo… y jamás volvió a por él. El olvido duró nada menos que 25 años.

El reencuentro (y despedida) entre Harris y el Phantom

Se dice que en 1997, ya sobrio y de vuelta en el Reino Unido, Harris estaba revisando unas fotos antiguas cuando se topó con una imagen suya junto al Rolls-Royce. No recordaba ni haber tenido el coche.

Tras consultar sin éxito con sus dos ex esposas por la procedencia del coche, habría sido su contable quien le confirmó que, en efecto, el coche seguía a su nombre… y acumulando impagos desde hacía décadas. La factura total del aparcamiento ascendía entonces a 92.000 dólares (unos 85.000 euros al cambio actual).

Rolls

El actor no dudó y mandó trasladar el coche a Inglaterra, lo restauró y, sin mucho apego, lo puso a la venta. Como tantas otras historias de Harris, esta anécdota se mueve entre la realidad y el mito. Fue contada en entrevistas, citada en el libro 'Hellraisers' y recogida en medios de prestigio, pero hay quienes dudan de su veracidad.

El Phantom V parece haber desaparecido de la faz de la tierra, y algunas versiones apuntan incluso a que fue su ex esposa quien descubrió y vendió el coche tras su muerte en una subasta tras la muerte de Harris en 2002, con la esperanza de alcanzar los 220.000 dólares (alrededor de 203.000 euros), aunque no hay confirmación de si sucedió o de cuánto se obtuvo por él finalmente.

Sea como fuere, la historia encaja perfectamente en la leyenda de Richard Harris: un hombre brillante, pero también excesivo, contradictorio y rebelde hasta el final.

Imágenes | H&H Classics, Reddit

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