Ucrania suministra alrededor de una quinta parte de los arneses de cableado que los fabricantes necesitan para sus coches en Europa. Un elemento indispensable cuya escasez, debido a la situación que atraviesa el país, está provocando parones en la producción de muchas marcas.
A pesar del compromiso de algunos de los proveedores más importantes de incrementar la producción, Marruecos ha dado un paso al frente para sustituir a Ucrania y ha firmado nuevos acuerdos de inversión por valor de 180 millones de dólares con cinco proveedores de cables para automóviles.
Según explica Euronews, el proveedor japonés Yazaki establecerá una nueva planta de cableado valorada en 38 millones de dólares en Tánger y ampliará sus fábricas existentes en Kenitra y Tánger por 40 millones de dólares.
La también nipona Sumitomo ampliará su planta de mazos de cables en Casablanca con una inversión de 15 millones de dólares.
Por su parte, el fabricante estadounidense Lear dijo que instalará una planta de cables eléctricos en Meknes por un total de 20,6 millones de dólares y una nueva planta de terminales y conectores en Tánger por 28 millones.
La alemana Stahlschmidt y TE connectivity también se han comprometido a abrir plantas en Marruecos.
El principal problema que atraviesa la industria automotriz con este elemento radica en que cada modelo precisa de un cableado a medida, que deberá ser ensamblado y empaquetado.
Los arneses de cables se utilizan para organizar un grupo de cables que transmiten energía e información a los dispositivos para realizar funciones específicas, y sin ellos el coche no puede ser ensamblado.
Se calcula que cada vehículo tiene una media de 4,8 km de cables. Desde Leoni, uno de los principales proveedores en Ucrania, han asegurado que están incrementando la producción en sus dos plantas a pesar de la amenaza de las bombas.
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