2022 se ha tomado como un año de transición entre el impacto que ha supuesto la crisis de semiconductores y una relativa vuelta a la normalidad, aunque los pronósticos siguen siendo inciertos.
Cada fabricante tiene sus propias apuestas, pero los grandes como Ford, Hyundai o General Motors no ven remitir la crisis hasta la primera mitad de 2022 como poco. Tampoco los proveedores.
Un impacto que calculan en 210.000 millones de dólares
"Hemos aprendido muy dolorosamente la lección de que no podemos administrar la cadena de suministro para estos componentes clave como lo hemos hecho", ha reconocido el director ejecutivo de Ford, Jim Farley.
La firma del óvalo se ha asociado con el fabricante de chips estadounidense GlobalFoundries para reducir la dependencia de la taiwanesa TSMC en cuanto a chips de tecnología más antigua.
Ford ha pronosticado una mejora significativa en la segunda mitad del año después de tocar fondo en las ventas de vehículos del primer trimestre de 2021.
General Motors también cree que la escasez de semiconductores disminuirá en la segunda mitad, mientras que cubran más del 80 % de sus necesidades de semiconductores
Otros grandes como Stellantis han decidido fabricar su propia familia de microchips con el objetivo de que cubran más del 80% de sus necesidades de semiconductores.
Lo que están haciendo proveedores como Qualcomm (con un aumento de ingresos del 35 %) es priorizar a la industria automotriz para aliviar la presión, aunque otros como Infineon, con sede en Múnich, no esperan que la oferta y la demanda se reequilibren a corto plazo:
"Las restricciones de suministro se mantendrán hasta bien entrado 2022", ha dicho el CEO de la compañía, Reinhard Ploss.
CEO Reinhard Ploss at our Q1 media call: In many of our target applications, we do not expect supply and demand to rebalance any time soon. Supply restrictions will continue until well into 2022. https://t.co/xCltSWkT8d #supplychain #IFXresults #SocialDAX
— Infineon (@Infineon) February 3, 2022
La principal preocupación es que la variante Ómicron desate en China nuevas restricciones, con un parón de la producción.
En 2021 la consultora AlixPartners calculó que la escasez de microchips le costará ala industria automotriz a nivel global 210.000 millones de dólares y la pérdida de producción de 7,7 millones de unidades.
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