
Muchos conductores en algún momento invaden el carril bus de forma indebida o estacionan en una parada. El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido ponerle solución tirando de Inteligencia Artificial: se trata de una prueba piloto a base de cámaras instaladas en la parte delantera de los autobuses que detectan ocupaciones del carril bus gracias a visión por ordenador y sensores con conectividad 5G.
Ya hay cuatro autobuses que las llevan y solo en un mes ha detectado 2.500 infracciones, según detalla 3CAT.
En Nueva York ya lo hicieron y salió regulinchi
Esta propuesta, a cargo de la empresa estadounidense Hayden AI, fue ganadora del reto lanzado y financiado por el Ayuntamiento de Barcelona, junto con Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) y Fira de Barcelona. El sistema, detalla el Ayuntamiento, está instalado en el interior de cuatro autobuses de las líneas H12 y D20 y puede identificar vehículos estacionados que obstruyen el tráfico e invasiones del carril bus.
Utiliza la tecnología y la inteligencia artificial para ayudar a comprender cómo, dónde y cuándo estas ocupaciones de paradas y carriles afectan al funcionamiento del transporte público. De esta forma, se puede mejorar la fluidez en el carril bus y optimizar su velocidad comercial, aseguran.
Una vez que el sistema ha detectado al infractor puede entender si se trata de un taxi, de un coche al uso o de un vehículo que quiere hacer un giro a la derecha, ya que la plataforma de percepción de Hayden AI carga sólo los datos necesarios para detectar actos de indisciplina en los carriles bus que permitan identificar los puntos de la red en los que se produce un mayor descenso de la velocidad de los autobuses. Estas pruebas, que empezaron en febrero, se alargarán hasta agosto, y puede que se queden de forma definitiva.
En el caso de que dejara de ser una prueba piloto y comenzara a multar, al final del proceso habría una persona supervisando que realmente se ha cometido la infracción. Al ser una prueba piloto, las 2.500 infracciones que se han detectado solo en el mes de mayo no se traducirán en multas, pero ofrecen una fotografía del mal uso que se le da al carril bus. Actualmente estas infracciones se controlan con un coche del TMB en el que un responsable activa de forma manual un sistema fotográfico, y pone de media unas 1.500 multas al mes; 1.000 menos que la IA.
Hace unos meses Nueva York tuvo la misma idea pero la implantó de forma masiva, en más de 1.000 autobuses. Resultado: más de 293.000 sanciones en solo tres meses, recaudando casi 21 millones de dólares. Sin embargo, parte de ese montante ha tenido que volver al bolsillo de los conductores: han tenido que anular casi 4.000 de estas multas porque la IA estaba multando de forma indebida. Habrá que ver cómo funciona el sistema de Barcelona.
Foto | Ayuntamiento de Barcelona