"Son una trampa”. La industria europea depende tanto de los coches chinos que ponerles aranceles sería un tiro en el pie incluso para Stellantis, Mercedes o BMW

"Son una trampa”. La industria europea depende tanto de los coches chinos que ponerles aranceles sería un tiro en el pie incluso para Stellantis, Mercedes o BMW
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La industria automotriz se enfrenta a un problema crítico: con precios anormalmente baratos, los fabricantes chinos de coches eléctricos amenazan con inundar el mercado global. Para poner freno a lo que consideran “competencia desleal”, en EEUU ya les ha impuesto importantes aranceles que encarecerán su precio. Y la UE podría hacer lo mismo.

Ante esta posibilidad, el CEO del Grupo Stellantis, Carlos Tavares, advierte en una entrevista con Reuters que la imposición de aranceles a los coches chinos “podría tener consecuencias devastadoras para Europa”, incluyendo a gigantes como el propio Grupo Stellantis, Mercedes y BMW.

Una batalla inminente en el mercado europeo

A ambos lados del Atlántico se teme una invasión inminente de coches eléctricos chinos demasiado baratos que podrían cambiar drásticamente el mercado. Mientras que en EEUU tratan de protegerse imponiendo impuestazos como cuadruplicar los derechos de aduana, la UE prepara medidas proteccionistas similares que podrían ver la luz el próximo mes.

Tavares avisa de que imponer medidas proteccionistas como los elevados aranceles a los coches chinos importados a Europa y EEUU no sólo no resolverán los problemas subyacentes, sino que podrían empeorarlos. El CEO cree que “son una trampa importante”, y no permitirán a los fabricantes de automóviles occidentales evitar la reestructuración para hacer frente al desafío de los fabricantes chinos de menor coste.

Además, Tavares piensa que los aranceles adicionales podrían perjudicar tanto a las ventas como a la producción en Europa, avivando la inflación y creando una espiral de consecuencias económicas negativas. “Cuando se lucha contra la competencia para absorber el 30 % de ventaja competitiva en costes a favor de los chinos, hay consecuencias sociales. Pero los gobiernos de Europa, no quieren enfrentarse a esa realidad", dijo.

Coche Chino

Por el momento, la Comisión Europea ya ha anunciado que evaluará y decidirá los posibles aranceles a las importaciones chinas de coches eléctricos el próximo mes. En respuesta, China amenaza con contraaranceles, lo que podría intensificar aún más la guerra comercial. Actualmente, los fabricantes chinos están a punto de llegar a los 1,5 millones de vehículos vendidos en Europa, lo que representa una cuota de mercado del 10 %.

Y si los fabricantes chinos continúan ganando cuota de mercado, esta situación solo empeorará. “No va a ser fácil para los concesionarios. No va a ser fácil para los proveedores. No va a ser fácil para los fabricantes de equipos originales. Como sabemos en Europa, todo el mundo habla de cambio siempre que el cambio sea para otro”, sentencia Carlos Tavares.

Además de en la producción o las ventas, una guerra comercial contra China desataría también consecuencias sociales (empleos directos e indirectos, entre otras). En este sentido, Tavares que “si dejamos que crezca la cuota de los fabricantes chinos... es obvio que se va a crear un exceso de capacidad, a menos que se luche contra esa competencia”.

Así quieren pasar las marcas de una estrategia defensiva a una ofensiva

Tavares

Para Stellantis la solución pasa por pasar de una estrategia defensiva a una ofensiva: “Intentaremos ser chinos nosotros mismos, lo que significa que en lugar de estar puramente a la defensiva frente a la ofensiva china, queremos formar parte de la ofensiva china”.

Así, de momento Stellantis ha adoptado una estrategia innovadora: la semana pasada, la empresa anunció que comenzará a vender coches eléctricos de su socio chino Leapmotor fuera de China, empezando por Europa en septiembre. Esta es la primera empresa conjunta entre un fabricante occidental y uno chino diseñada para vender y producir eléctricos fuera de China.

Mientras los gobiernos consideran sus opciones, grandes marcas y grupos automovilísticos como Stellantis, Mercedes o BMW ya están preparándose para adaptarse y prosperar en un mercado en evolución. La estrategia de Stellantis de colaborar con fabricantes chinos y adoptar una postura más ofensiva podría ser un modelo a seguir en estos tiempos inciertos.

Bmw

Por ejemplo el director ejecutivo de BMW, Oliver Zipse, aprovechó la presentación de las cifras trimestrales de la compañía, para señalar que poner aranceles a los coches chinos no es buena idea. “Esto muestra muy claramente lo rápido que puedes dispararte en el pie. Los aranceles son funciones protectoras oscuras que esencialmente nos dañan a nosotros mismos”.

En la misma línea, el consejero delegado de Mercedes-Benz, Ola Kaellenius, también ha mostrado su oposición a las restricciones al comercio con China (uno de los principales mercados de la marca). Según Reuters, la marca está “evaluando las posibles medidas de política comercial contra China y su impacto en las cadenas de suministro y los mercados de ventas”.

Pero no todos los fabricantes europeos están de acuerdo. En una carta reciente enviada a los votantes europeos, el CEO de Renault, Luca de Meo, escribió que “el continente debería apoyar a su sector automotriz” y propuso que los fabricantes de automóviles que unan sus recursos y trabajen juntos para enfrentarse a la industria automotriz de China.

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