El Maserati Boomerang de Giugiaro cumple 50 años y sigue pareciendo un enviado del futuro

El Maserati Boomerang de Giugiaro cumple 50 años y sigue pareciendo un enviado del futuro
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Ya han pasado 50 años desde que el impresionante Maserati Boomerang deslumbró a los asistentes en su presentación oficial en el Salón de Génova el 9 de marzo de 1972. Sin embargo, este deportivo extravagante y futurista diseñado por el célebre Giorgetto Giugiaro y fabricado por Italdesign no ha perdido un ápice de su magnetismo.

Sin duda el Boomerang fue de los coches más atrevidos y sorprendentes de su época, y hoy en día es un auténtico unicornio: todo un sueño para cualquier amante de los coches deportivos. La única unidad que existe se vendió en 2015 por 3,3 millones de euros en una subasta llevada a cabo por la prestigiosa Bonhams.

Una one-off casi irracional

Lateral

El Maserati Boomerang (cuyo prototipo hizo una aparición fugaz en el Salón del Automóvil de Turín de 1971 vestido de rojo), se construyó como una pieza única y se presentó en 1972 como un deportivo completamente funcional y homologado para circular en vías abiertas al tráfico con su ya icónica librea de color plata y un gran tridente en el capó.

El chasis y la mecánica utilizada por Italdesign para crear esta auténtica obra de arte fue un Maserati Bora, con un motor en posición central trasera de 8 cilindros dispuestos en V (a 90º) y 4.719 cc. Esta unidad podía desarrollar hasta 310 CV de potencia, consiguiendo una velocidad máxima de casi 300 km/h. Contaba con tracción trasera y una caja de cambios de cinco velocidades.

boom

El coupé deportivo biplaza nunca llegó a producirse en masa. Sin embargo, dejó un legado de estilo que continuó presente no solo en las creaciones posteriores de Giugiaro, sino también en otros proyectos, inspirando a varios fabricantes de automóviles en todo el mundo.

Su figura afilada y en forma de cuña recuerda a otros modelos como el Mercedes-Benz C-111 (1969), el Lamborghini Countach (1971), el Lancia Stratos Zero (1971), el Lotus Esprit (1975), el Ferrari BB 512 (1976), el BMW M1 (1978), el Vector W2 (1978) o incluso el De Lorean DMC-12 (1981).

boom

El modelo fue diseñado a través de una línea horizontal que dividía el coche en dos volúmenes, con el parabrisas inclinado y el techo panorámico. Espectacular en sus formas, destacaba el pequeño ángulo de colocación del parabrisas, de menos de 15 grados. Sus líneas claras, cuadradas y atrevidas, transmitían una imagen de potencia y velocidad.

Las ventanas de las dos puertas eran realmente originales, y venían intercaladas con una tira de metal. Los faros cuadrados retráctiles destacaban en la parte delantera, junto con las luces horizontales de la zaga.

Culo

Pero si el exterior era sorprendente, también lo era el interior, con un habitáculo extremadamente moderno para su época (y aún hoy) en el que la instrumentación del salpicadero quedó integrada en un volante sin radios y los asientos tenían una posición a todas luces muy baja.

La única unidad producida del Boomerang se dejó ver en muchos eventos internacionales, pues fue expuesto hasta en cuatro salones del automóvil e incluso llegó a protagonizar anuncios publicitarios.

Int

Una vez terminado su papel como coche de salón, tras el Salón de Barcelona de 1974, el Maserati Boomerang fue adquirido por un hombre de negocios de Benidorm, que lo utilizó hasta que cambió su suerte y el coche acabó abandonado en una parcela de l'Alfàs del Pi.

En 1980 lo rescató un comprador que se encargó de restaurarlo con la ayuda de su mecánico, antes de venderlo a un coleccionista alemán llamado Bertold Ollmann. El coche fue pasando de coleccionista en coleccionista hasta que en 2015 la casa de subasta Bonhams lo vendió por un precio estratosférico a su actual propietario.

El Maserati Boomerang, considerado por muchos una auténtica obra de arte, fue una pieza revolucionaria capaz de influir en el diseño de coches posteriores.

Reflejó fielmente los anhelos y conocimientos de uno de los diseñadores de coches más importantes del siglo XX, y con su historia demuestra que no siempre los prototipos son concebidos como piezas estáticas o meros ejercicios de diseño.

Fotos: Maserati y Bonhams

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