Renault Laguna
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Noticias de Renault Laguna en Motorpasión
Para finales de este 2009, Renault ha hecho una actualización en toda la gama del Renault Laguna, con varios aspectos destacados: incorporación del sistema 4Control a nuevos motores, un equipamiento más completo y un precio más competitivo para su sistema de seguridad estrella, el mencionado 4Control.
La pasada semana tuvimos la oportunidad de probar una de las nuevas combinaciones de equipamiento, el Renault Laguna GT 4Control Grand Tour y comprobar in situ cómo se comporta un coche cuando sus cuatro ruedas son directrices. Porque como sabréis, en los Renault Laguna GT las ruedas del tren trasero también giran (más adelante explicaremos el funcionamiento).
La unidad que probamos contaba con una de las motorizaciones nuevas dentro de la variante GT 4Control, el 2.0 dCi FAP de 150 CV, que es exactamente igual al modelo comercializado actualmente salvo por el filtro de particulas. El otro motor disponible para el GT 4Control será el 2.0 dCi de 130 CV, que no tuvimos ocasión de probar.
Pero primero vamos a ver como es el coche por fuera y por dentro, además del equipamiento disponible en él. La prueba de conducción la dejamos para el siguiente.
Exterior del Renault Laguna GT 4Control
Los cambios estéticos en el Renault Laguna 2010 no existen, puesto que es una actualización de la gama de equipamiento y sus opciones de equipamiento exterior también están en los modelos que sustituyen. Aún así, vamos a contar un poco como es por fuera.
En este caso, la prueba la hicimos con el Renault Laguna GT 4Control Grand Tour, la versión familiar de la berlina francesa. Su longitud total es de 4,80 metros, poco más de diez centímetros que la berlina. A pesar de la diferencia de tamaños, su habitabilidad es la misma en ambas variantes, puesto que la batalla es igual en la dos, 2,75 metros. La única diferencia es el tamaño del voladizo trasero, que repercute en el Grand Tour en una mayor capacidad de carga del maletero.
La variante GT 4Control se diferencia del resto de modelos por su aire más deportivo. Esto es apreciable tanto en los laterales como en la parte frontal y trasera. El paragolpes delantero es específico del GT 4Control y cuenta con unas tomas de aire laterales. En la trasera también vemos diferencias, como la doble salida de escape cromada. Algo heavy para un familiar, pero que queda muy bien en la berlina.
Las llantas también son específicas, de 17 pulgadas de serie y de 18 pulgadas en opción (las que monta el modelo probado). Lo mismo sucede con los grupos ópticos, en este modelo tanto traseros como delanteros están oscurecidos. Por último, el paragolpes trasero es del color de la carrocería y los retrovisores exteriores son negros nacarados, también exclusivos de esta versión.
Interior y habitabilidad
Cuando abrimos la puerta del Renault Laguna GT 4Control nos recibe en el umbral de la puerta un aplique de aluminio, otro de los elementos distintivos de esta versión. Una vez sentados en los asientos, tenemos ante nosotros un salpicadero sencillo y con lo justo y necesario.
Su posición es más bien baja, por lo que la visibilidad delantera se ve aumentada. Al menos, eso es lo que parece, porque no cuenta con un parabrisas excesivamente grande. Esta sensación se aumenta cuando desplegamos el techo solar y dejamos que la luz entre también por el techo. La sensación de amplitud es realmente buena.
Los asientos delanteros son cómodos, ni excesivamente blandos ni excesivamente duros. Tiene refuerzos laterales y agarran muy bien el cuerpo en zonas de curvas. El ajuste está medianamente accesible (en el lateral) y con la puerta cerrada no se hace excesivamente incómodo de utilizar.
El volante tiene un tacto excepcional. No lo voy a negar, la suavidad y agarre del cuero utilizado en él me encantó. Por supuesto, ya que los Renault Laguna GT 4Control están destinados a los que buscan algo más de deportividad en la berlina gala, tiene una apariencia deportiva, con buenos agarres y la parte baja achatada.
El panel de instrumentación es sencillo y va al grano. Los relojes del velocímetro y tacómetro tienen una lectura óptima, con blanco sobre negro. El problema es que ante tanta sencillez, parece que nos falta algo, ya que está todo, o casi todo, metido en la pequeña pantalla central, que también nos indica el momento óptimo de cambio de marcha.
Entre los dos asientos tenemos un compartimento portaobjetos con un sistema de apertura poco intuitivo. Me costó más de lo que parece abrirlo para ver lo que había dentro. Justo enfrente tenemos los mandos del navegador integrado y el accionador eléctrico del freno de mano.
Si nos vamos a la parte trasera, lo primero que notaremos será un aumento del espacio para las piernas respecto al anterior generación. Con los asientos delanteros dejando espacio suficiente para sus ocupantes, el hueco para las piernas está más que sobrado.
En las plazas laterales la altura al techo es más que suficiente para una persona adulta de unos 1,80 metros, pero si nos sentamos en la plaza central y debido a la forma de esta parte, la cabeza nos tocará en el techo a poco que midamos más de 1,75. En mi caso, con poco más de esa altura, mi cabeza rozaba ligeramente con el techo y la posición no era demasiado cómoda.
Equipamiento y usabilidad
Aquí es donde le pondría más pegas al Renault Laguna. Pueden parecer tonterías, pero ciertos elementos no son del todo intuitivos y cómodos para hacerlos funcionar. Por ejemplo, estuve un buen rato buscando donde se encontraban los mandos del regulador de velocidad y del limitador de velocidad.
Lo más lógico es encontrarlo en un botón del volante o directamente en una de las palancas laterales. Pues no, está en la consola central, al lado de los mandos del GPS, en una posición que te hace desviar demasiado la vista de la carretera para activarlo. Mala colocación, malísima.
Otro detalle de este tipo lo tenemos en los mandos situados del volante. Si os digo que después de estar casi una hora conduciéndolo me di cuenta que detrás del volante había una palanca que no se ve a simple vista, ¿me creeríais? Pues sí, así es. Está tan cerca del volante que no se ve y cuando lo coges, las manos te quedan algo lejos de él. No tiene más importancia puesto que son los mandos del volumen y sintonización de la radio, pero ahí está.
En el volante encontramos otra detalle más que me pareció poco intuitivo. El botón de la izquierda todavía no se para que es. Los dibujos o letras no son nada intuitivos y por lo que pude trastear, anula momentáneamente tanto el regulador de velocidad como el limitador. Unos dibujos más explicativos hubiesen venido mejor.
Por cierto, para subir el volumen a la voz del navegador integrado (de serie) tuve que preguntar. Me volví loco trasteando por las opciones para localizar esta función, pero al final tuve que desistir y pregunta. Resulta que para subirle el volumen hay que hacerlo mientras está hablando y con el mando de la radio. Más rebuscado imposible… Como curiosidad, el indicador en la pantalla del navegador es un R29.
Aparte de todo eso, el equipamiento está bastante completo. A lo ya citado hay que añadir freno de parking asistido, sensor trasero de aparcamiento, pedales en aluminio, climatizador bizona, manos libres integrado (que no conseguí hacer funcionar con mi teléfono), pomo del cambio en aluminio y tapicería en cuero y Alcántara (en opción).
Espacio de carga del Renault Laguna Grand Tour
Sin embargo, a pesar de todos esos detalles de usabilidad mejorables, el Renault Laguna Grand Tour destaca por su maletero. Mentiría si dijese que cuando abrí el portón trasero no me pareció extremadamente grande. No en vano, con los asientos traseros sin abatir, tiene un volumen de 503 litros. Si los abatimos, aumenta hasta los 1.593 litros.
Aquí tenemos que tener en cuenta que no sólo es volumen lo que nos hace falta, sino poder aprovechar ese volumen al máximo. En el Renault Laguna Grand Tour no hay duda que se puede hacer. No hay huecos raros, ni pasos de rueda que molesten ni nada parecido. Es más bien un cajón enorme que un maletero.
Otro punto a favor es la entrada de la carga. El portón sube mucho y apenas hay que agacharse para estar debajo de él. Además, el nivel del suelo del maletero queda enrasado con el parachoques trasero, propiciando una carga fácil y rápida.
Tiene una bandeja plegable que permite ocultar el contenido del maletero a miradas indiscretas. Plegada apenas ocupa espacio y no es dura, por lo que habrá que pensarse dos veces poner algo medianamente pesado sobre ella.
En la próxima entrega, explicaremos como funciona el sistema 4Control y las impresiones de conducir un coche tan diferente al resto.