Los disturbios de Los Ángeles contra los agentes de inmigración se han cobrado unas víctimas inesperadas: los taxis autónomos de Waymo

Los disturbios de Los Ángeles contra los agentes de inmigración se han cobrado unas víctimas inesperadas: los taxis autónomos de Waymo
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En plena oleada de protestas en Los Ángeles, EEUU, contra el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) al menos seis robotaxis autónomos de Waymo han sido vandalizados. De hecho, algunos han quedado completamente calcinados.

En respuesta, la empresa filial de Alphabet ha suspendido su servicio temporalmente en la ciudad como medida preventiva. Pese a que en principio no se consideraba a los robotaxis un objetivo de los manifestantes, estos incidentes vuelven a poner sobre la mesa el rechazo que generan los vehículos autónomos entre gran parte de la ciudadanía.

La quema de coches autónomos en Los Ángeles: tecnología en el ojo del huracán

Desde el fin de semana, miles de personas se han manifestado en el centro de Los Ángeles en respuesta a las redadas del ICE, que llevaron incluso al despliegue de la Guardia Nacional por orden del presidente Donald Trump. Pero pronto las protestas derivaron en disturbios, con enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden, y algunos episodios de violencia y vandalismo.

En medio del caos, Fortune reporta que al menos seis robotaxis autónomos de Waymo fueron vandalizados, algunos de ellos incendiados y cubiertos de grafitis. Las imágenes de los vehículos ardiendo se propagaron rápidamente por redes sociales como TikTok y X, antes twitter. En ellas se podía ver perfectamente a los manifestantes subiéndose a los SUV eléctricos, golpeando sus parabrisas y ondeando banderas de distintos países como México o Guatemala, entre otros.

Un portavoz de Waymo confirmó al Washingtonn Post que “ninguno de sus empleados ni pasajeros resultó herido, ya que los vehículos estaban vacíos en el momento del ataque. Independientemente, Waymo decidió interrumpir sus operaciones en el centro de la ciudad «por precaución», aunque el resto de sus más de 300 vehículos siguieron operando en otras zonas de Los Ángeles.

Pero, ¿por qué tomarla con los robotaxis (otra vez)? Los robotaxis están equipados con numerosas cámaras y sensores que registran constantemente el entorno, así que en un contexto en el que los manifestantes temen ser identificados y perseguidos por su participación en las protestas, destruir estas cámaras puede verse como una forma de proteger su anonimato y sus derechos constitucionales.

Lógicamente, las cámaras destruidas impedirán que los datos vuelvan a los centros de datos. No obstante, durante las protestas, la policía llegó a advertir por megáfono desde sus helicópteros que estaban grabando a todos los asistentes.

Preocupación por la seguridad y “el humo tóxico” de los robotaxis calcinados

Este no es el primer caso de violencia contra taxis autónomos. En San Francisco, unos activistas llegaron a colocar conos de tráfico sobre los sensores de los Waymo y Cruise, dejándolos fuera de servicio. También hubo episodios anteriores de incendios provocados con fuegos artificiales, e incluso un hombre persiguió taxis Cruise con un hacha.

En este sentido, la directora del Centro de Autonomía y Robótica de la Universidad George Mason, Missy Cummings declaraba al The Washington Post que “estos incidentes son un ejemplo más de que la gente se está hartando del alarmismo que existe en torno a la inteligencia artificial”.

Más allá de los daños materiales (los Jaguar I-Pace de Waymo están valorados entre 150.000 y 200.000 dólares cada uno o entre 131.000 y 175.000 euros al cambio), el incendio de los robotaxis supuso también un riesgo ambiental y sanitario. De hecho, el Departamento de Policía de Los Ángeles advirtió en sus redes sociales sobre la toxicidad de los gases liberados por las baterías de iones de litio al arder, incluido el fluoruro de hidrógeno. Por ello, pidieron a la ciudadanía “evitar la zona afectada”.

Waymo, que comenzó a operar de forma comercial en Los Ángeles en noviembre, ha superado ya los 10 millones de trayectos pagados y opera también en San Francisco, Phoenix y Austin. Pero a pesar de estos avances, su presencia sigue siendo polémica. La encuesta más reciente de YouGov mostraba que el público aún se muestra escéptico respecto a la seguridad de estos vehículos sin conductor.

Imágenes | Benjamin Hanson - Getty Images, LAPD, WSJ News

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