
"Ya todos los coches parecen iguales". Seguro que esa frase la has escuchado, o incluso dicho alguna vez. Y es que es cierta porque muchos comparten plataforma y no se molestan demasiado en disimular. El Lancia Ypsilon es todo lo contrario.
Sí, es cierto que es la misma base que otros coches del grupo Stellantis, pero el Ypsilon es pura personalidad, diseño italiano y acabados diferentes a los que estamos acostumbrados. Quizá incluso demasiado diferente, eso ya depende de tus gustos.
Landia Ypsilon: renacimiento italiano
El pequeño Ypsilon es la apuesta de Lancia para recuperar el terreno perdido durante los últimos años. Es una marca que actualmente cuenta con un solo modelo, y para ganar relevancia e imagen han buscado dar un golpe de efecto con un diseño que puede gustarte o no, pero es espectacular.
Estéticamente es un coche realmente distintivo que llama la atención, empezando por su paleta de colores elegantes y muy vistosos a la vez que discretos y terminando por su lenguaje de diseño. El impacto visual es tremendo.
Partiendo de la misma plataforma CMP de Stellantis que comparte con coches como los archiconocidos Peugeot 208 y Opel Corsa, el Ypsilon guarda ciertas similitudes con sus primos en cuanto a medidas con poco más de 4 metros de largo y unas líneas calcadas en la zona de los pilares y las ventanillas.
A partir de ahí se acabaron las similitudes porque los diseñadores de Lancia han apostado por salirse de lo establecido. El fontal tiene una expresividad tremenda combinando esa franja horizontal negra con el nombre de la marca sobre una firma lumínica que va de lado a lado.
Mientras tanto los faros delanteros quedan descolgados en unos módulos de formas geométricas, el paragolpes se salpica con cuatro entradas de aire sobre la parrilla principal más baja y terminando en un labio inferior recto muy marcado.
Por detrás pues más formas atípicas que giran cuellos. Los pilotos son redondos, saltones, sobre una tapa de maletero dividida y puntiaguda. En la parte alta, un pequeño alerón que continúa el techo. Si te recuerda al Lancia Stratos es normal, tiene su punto.
Interior de geometrías imprevistas
Cuando te montas en el interior de cualquier coche lo que buscas es sentirte acogido, cuidado y poder estar cómodo. Al fin y al cabo es uno de los lugares donde más tiempo pasamos a lo largo de la semana aparte de en la cama y el trabajo. Bueno, y en el baño.
En Lancia han trabajado mucho para dotar a su Ypsilon de un dramatismo interior que no te esperas y despertar emociones que rompan con lo habitual cada vez que te subas a un coche, y es que su habitáculo es más una experiencia sensorial que un simple puesto de conducción.
Lo más convencional es el volante y la configuración de pantallas, aunque para ser justos también son diferentes a las de sus primos de Stellantis. El volante sin ir más lejos tiene un tacto más premium y unas líneas refinadas con mandos bien integrados.
Para las pantallas tenemos una instrumentación de 10,25 pulgadas con formato panorámico y otra de la misma dimensión para el sistema de infoentretenimiento. No están una a continuación de la otra en un mismo plano, sino a diferente profundidad y con una orientación distinta.
La instrumentación es simple y extremadamente elegante, con un fondo negro que queda muy bien integrado en el marco del salpicadero (sin visera). La información es escueta, puede mostrar los datos de navegación y sí he echado en falta una iluminación mejor o un mayor contraste en condiciones de mucha luz.
Para el sistema de entretenimiento la pantalla recurre a un sistema propio que se llama SALA. Aparte de menús sencillos y bastante fluidos, integra las funciones de iluminación, clima y sonido para crear atmósferas envolventes que se combinan con las formas arriesgadas que salpican todo el interior combinando formas geométricas y diferentes texturas. También reconoce comandos vocales y podrá funcionar más adelante con ChatGPT.
Por suerte Lancia ha decidido reservar una hilera de botones físicos para algunas funciones básicas como la climatización. Buen punto que no haya que pasar por la pantalla para hacer casi todo. El tema de la limpieza en cambio es otro cantar porque entre huellas, negro piano y polvo que se queda en las pantallas (como puedes ver en las fotos) desluce el conjunto.
Sobre las formas más atípicas que nos encontramos están las superficies circulares, destacando la enorme mesa central, el módulo sobre la pantalla táctil y los marcos de los altavoces.
De hecho la mesa es alrededor de lo que gira casi todo el diseño interior, con un peso visual enorme. En su parte delantera tiene una plataforma de carga inalámbrica engomada. La mitad trasera es una superficie plástica y lisa con un ligero borde biselado donde es mejor que no dejes nada si no quieres que salva volando en una rotonda.
Este diseño choca con la practicidad porque además las tomas de corriente (USB y 12V) que hay en el compartimento bajo la mesita quedan extremadamente ocultos y es difícil conectar cualquier cable ahí a ciegas y en un punto poco accesible.
En cuanto a los asientos tenemos a otros de los grandes protagonistas. Las líneas rectas combinadas que encontramos en el salpicadero se extienden a las tapicerías con un material aterciopelado en relieve.
Son asientos cómodos y de tacto muy agradable, con formas, colores y materiales que nos recuerdan muchísimo a los que se usaban en la marca hace décadas. Por otro lado me han dado la impresión de que no serán los más fáciles de limpiar.
La habitabilidad es correcta sin más. Me ha parecido que cumple con su objetivo de coche utilitario. La posición de conducción es un pelo elevada y el acceso a las plazas traseras algo escueto. No me ha gustado que para el acceso sin llave haya que pagarlo como accesorio dentro de un paquete. Para el maletero tenemos una capacidad razonable con 352 litros.
Un utilitario cómodo con un punto de dinámica
Para la mecánica también hay protagonistas conocidos. En este caso estamos hablando de un apartado técnico con un motor de gasolina de tres cilindros y 1.2 litros turboalimentado que ofrece 101 CV y 205 Nm de par motor a las ruedas delanteras.
A este bloque de combustión se une un motor eléctrico con una batería de menos de 1 kWh de capacidad (0,89 kWh) pero que nos sirve para añadir 29 CV y 55 Nm extra de empuje, además de poder mover al Ypsilon en modo 100% eléctrico durante espacios de tiempo cortos.
Esta combinación funciona en modo de híbrido convencional no enchufable, y destaca por su calidad de funcionamiento. Tiene una entrega dulce pero suficiente, dando unas sensaciones más vivas de lo que podría parecer inicialmente con estas cifras de potencia.
Destaca por la poca sonoridad y lo fino que funciona. Es un coche muy agradable de conducir sobre todo en ciudad con una transmisión automática y unas costuras entre los modos muy poco perceptibles que mejoran la sensación de calidad de rodadura.
No me ha parecido que sea un coche especialmente eficiente porque la cifra de consumo al final de nuestra prueba fue de 5,2 litros cada 100 km. Siendo un utilitario híbrido le vendría de perlas una mejora en este aspecto.
A nivel de chasis es lo que es, un utilitario urbano, aunque me ha parecido que tiene un rodar más sujeto que sus primos de Stellantis. Las suspensiones son un pelín más firmes y se aguanta mejor en las curvas, y también es ligeramente más ancho entre vías.
No son cambios concluyentes y es difícil notar las diferencias, pero sí que hay algún punto distinto entre ellos. El Ypsilon es estable y confortable a partes iguales, con un peso de la dirección acentuado que aploma un punto más el conjunto.
El tacto de los frenos no me ha gustado tanto. No es que frene mal, que no frena mal, pero tiene un tacto de dureza variable dependiendo del modo de conducción y del nivel de carga de la batería. Quiero decir, que aplicando la misma presión sobre el pedal, el Ypsilon frena más o menos dependiendo de la velocidad a la que estemos circulando o la carga de la batería.
No resulta algo incómodo porque al final vamos modulando en tiempo real con el pie pero esta imprecisión a mí personalmente hace que el cerebro me pique tener que estar pendiente de algo que debería ser mucho más intuitivo.
Lancia Ypsilon: diseño italiano, filosofía Stellantis
Con todo, el Lancia Ypsilon me ha parecido un coche agradable y que si eres de los que valora el diseño seguro que sabes apreciar la cantidad de guiños y florituras que tiene este pequeño utilitario. Es un coche que no veremos muy a menudo pero del que seguro sus dueños se sienten muy orgullosos.
Es una elección acertada para los que busquen algo más que un utilitario generalista, y eso también se refleja en el precio, con un punto de partida que se sitúa en 24.000 euros para la versión de acceso y 27.000 euros para la versión LX más equipada.
Estos precios se encuentran por encima de los Opel Corsa y Peugeot 208 como es lógico, con mecánicas comparables y equipamientos que están muy en la línea. Así que la diferencia básica vuelve a situarse en el diseño y colateralmente en los acabados.
Lancia Ypsilon 2025 - Valoración
6,5
A favor
- Motor agradable
- Confort de marcha
- Diseño diferente
- Buenos acabados
En contra
- Precio elevado
- Comportamiento blando
- Tapicería difícil de limpiar
Lancia está tratando de resurgir de sus cenizas, y el Lancia Ypsilon debería ser el primer paso para conseguirlo. Utilizando la misma plataforma de otros coches de Stellantis tenemos un coche que juega la baza de la diferenciación absoluta para conquistar a aquellos que valoran el diseño.
Por fuera es un coche con un lenguaje visual atípico, arriesgado y diferente que aprovecha para maridar con algunos guiños a los Lancia más míticos. El resultado es un factor de distinción muy alto.
Por dentro la apuesta no es más convencional, utilizando las formas geométricas combinadas por todas partes, materiales de calidad y funcionalidades con las que no estamos muy familiarizados para conseguir un efecto, como poco, llamativo.
Lancia Ypsilon 2025 - Ficha técnica
Lancia Ypsilon |
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Motor térmico |
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TIPO |
Tres cilindros en línea. Turbo |
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CILINDRADA |
1.199 cc |
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POTENCIA MÁXIMA |
101 CV a 5.500 rpm |
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PAR MÁXIMO |
205 Nm a 1.750 rpm |
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TRANSMISIÓN |
Automática de ocho relaciones |
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TRACCIÓN |
Trasera |
motor eléctrico |
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POTENCIA MÁXIMA |
29 CV (21 kW) |
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PAR MÁXIMO |
55 Nm |
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BATERÍA |
0,89 kWh |
dimensiones |
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LARGO |
4.075 mm |
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ANCHO |
1.755 mm |
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ALTO |
1.435 mm |
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BATALLA |
2.537 mm |
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PESO |
N/D |
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CAPACIDAD MALETERO |
352 litros |
Prestaciones y consumos |
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0-100 KM/H |
9,3 segundos |
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VELOCIDAD MÁXIMA |
190 km/h |
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CONSUMO HOMOLOGADO |
4,6 l/100 km |
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CONSUMO MEDIO PRUEBA |
5,2 l/100 km |
precio |
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Desde 24.000 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Lancia. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.