Si el autobús no gira, que gire la calle. Esta plataforma de un pueblo de Bilbao permite que los autobuses puedan girar en calles estrechas. No es nada nuevo, ya lo usan los trenes

Si el autobús no gira, que gire la calle. Esta plataforma de un pueblo de Bilbao permite que los autobuses puedan girar en calles estrechas. No es nada nuevo, ya lo usan los trenes
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Imagínate ser conductor de autobús y enfrentarte a calles tan estrechas que girar en algunas de ellas en pocas maniobras sin quedarte encajado, obstaculizar el tráfico y retrasar tu ruta constantemente es prácticamente imposible. Eso es lo que pasaba en Elantxobe, un pintoresco pueblo vizcaíno encajado entre el mar y la montaña.

Pero la falta de espacio no frenó la movilidad y la tecnología alivió el día a día de los conductores y los usuarios hace más de 25 años con una idea entonces pionera: una plataforma giratoria que permite a los autobuses dar media vuelta sin maniobras imposibles. Hoy sigue siendo una solución eficiente y también una atracción turística.

Un giro de 180 grados que resuelve un problema de movilidad

Elantxobe, con menos de 400 habitantes, es uno de esos pueblos que enamoran por su belleza natural, pero que plantean auténticos retos para la movilidad. Construido sobre un acantilado al abrigo del Cabo Ogoño, este enclave pesquero de Vizcaya combina calles empinadas y estrechas con un trazado urbano tan singular como limitado.

Durante años, los autobuses que llegaban al pueblo tenían que salir marcha atrás durante más de un kilómetro: una maniobra arriesgada, lenta y agotadora para los conductores.

La solución llegó a finales de la década de 1990 con la instalación de una plataforma giratoria integrada en la calzada, en una pequeña plaza situada en la parte alta del pueblo. Allí, justo donde la iglesia de San Nicolás de Bari domina las vistas, se colocó este sistema capaz de girar un autobús 180 grados en apenas 45 segundos.

El conductor solo debe colocar el vehículo sobre las marcas delimitadas y activar el mecanismo con un mando manual. Y listo: el autobús puede retomar la marcha sin más complicaciones, evitando peligrosas maniobras.

Desde su inauguración, esta plataforma (que ha sido reformada en 2012, 2017 y recientemente en 2024 por trabajos de mantenimiento en el disco giratorio) no sólo ha mejorado la accesibilidad al pueblo, sino que se ha convertido en todo un icono local. Muchos visitantes se detienen a ver en acción esta especie de “rotonda giratoria”, fascinados por lo inusual del sistema y por su efectividad en un entorno tan complejo.

Una solución prácticamente única en España y muy poco común en el mundo

Aunque parezca una rareza, lo cierto es que el principio técnico que utiliza esta plataforma no es nuevo, ya que se usa también hace décadas en el mundo ferroviario con las conocidas “mesas giratorias”, que sirven para cambiar la dirección de locomotoras en estaciones con espacio limitado.

La diferencia está en la aplicación: en el caso de Elantxobe, se adapta a vehículos pesados sobre carretera, una solución prácticamente única en España y muy poco común en el mundo. A nivel técnico, el sistema gira sobre un eje central con un mecanismo que distribuye el peso del vehículo de forma equilibrada, evitando daños en el firme. Y aunque no requiere grandes automatismos, sí exige precisión por parte del conductor para colocar el autobús en el punto exacto. Una combinación de ingeniería sencilla, lógica espacial y mucho sentido común.

Imágenes | Ayuntamiento de Elantxobe, @deividon3, Carlos Bava

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