Las baterías de todos los coches necesitan plomo. El gran problema es que está envenenando pueblos enteros porque se recicla barato y mal

Una investigación de The New York Times y The Examination pone en evidencia a la industria del automóvil, que mira para otro lado ante este problema estructural

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Alejandra Otero

Aunque hay excepciones, la mayoría de las baterías de 12V que llevan los coches son de plomo. Este dispositivo lo llevan todos los automóviles, ya sean diésel, gasolina, híbridos o eléctricos. Lo que significa que el plomo se requiere en altas cantidades.

Este metal pesado, tan tóxico como contaminante, puede reciclarse, aprovechándose hasta un 95 % del mismo. Lo que se ha vendido como un éxito de reciclaje industrial. Pero esconde una oscura realidad: el reciclaje de plomo, tan necesario para la industria del automóvil, está envenenando a comunidades enteras a miles de kilómetros de donde se venden esos coches.

Plomo reciclado barato, pueblos contaminados

Lo denuncia una investigación de dos medios: The New York Times y The Examination. Alertan de como el plomo reciclado al que recurren las marcas de coches norteamericanas se ha convertido en un problema de salud para los habitantes de poblaciones africanas cercanas a estas plantas. Su polvo tóxico contamina hogares, escuelas y huertos. 

En EEUU se endurecieron la leyes para el procesamiento del plomo, precisamente por ser contaminante. Así que la industria del automóvil recurrió al extranjero para seguir disponiendo de este elemento tan exigente en suministro para fabricar las baterías de los coches. Concretamente a países donde las laxas o inexistentes regulaciones no aseguran que se cumplan los estándares de seguridad. 

Estos medios, centraron su investigación en Nigeria, uno de los principales exportadores de este material reciclado. Según ambas publicaciones, y en base a registros, estas plantas nigerianas han suministrado plomo para Ford, General Motors o Tesla, entre otras marcas de automóviles.

Hollín envenenando el organismo. Los periodistas y científicos viajaron a Ogijo, una ciudad nigeriana cerca de Lagos donde hay varias plantas de reciclaje de plomo. Más de 20.000 personas viven a poco más de un kilómetro de estas fábricas, llevando años expuestas al hollín tóxico que se desborda de estas plantas que reciclan plomo para baterías. Las muestras de polvo en el aire y suelo en esta zona mostraron niveles de plomo de hasta 186 veces superiores a los límites exigidos para no ser dañinos para la salud. 

Las partículas de plomo resultantes del reciclaje se absorben por el torrente sanguíneo, dañando hígado, riñones o el sistema de nervioso, siendo especialmente vulnerables niños y mujeres embarazadas. Según la OMS, en 2021, la exposición al plomo causó más de 1,5 millones de muertes en todo el mundo, principalmente a consecuencia de sus efectos cardiovasculares. 

En esta investigación, sometieron a análisis de sangre a 70 voluntarios que residen en estas zonas o bien trabajan en estas plantas de reciclaje. Siete de cada 10 de estas personas analizadas presentaron niveles de plomo en el organismo muy superiores a los límites que se consideran como peligrosos por los organismos de salud. De los mismos, todos los trabajadores analizados. Así como más de la mitad de los niños, con "niveles que podrían causar daños cerebrales de por vida". 

La OMS fija el límite máximo en 5 μg/dl de plomo en sangre. Pero Samuel, un niño de cinco años, arrojó un un nivel tres veces superior: de 15 μg/dl. Su hermano de ocho años presentó cantidades aún mayores. Los de trabajadores de estas plantas fueron mucho más elevados: una empleada de la limpieza de estos centros de reciclaje registró un nivel de plomo de 31,1 μg/dl. Durante el tiempo que ha estado trabajando allí ha tenido varios abortos espontáneos y un parto prematuro.

Barato para las marcas, carísimo para la salud. El problema no es reciclar el plomo, sino que no se certifique que se hace de forma segura ni bajo unos estándares mínimos. True Metals en una de las firmas dedicadas en Nigeria al reciclaje de este metal. Tras los resultados de esta investigación, el gobierno nigeriano cerró cinco fundiciones incluyendo varias de esta entidad y está priorizando un programa de salud para combatir esta lacra.

Pero si los fabricantes no exigen que el metal se ha producido de forma segura, el problema persistirá en otras regiones. Si bien Nigeria es el principal exportador de plomo reciclado a EEUU, ambos medios medios denuncian que al menos una docena de países presentan situaciones similares, al no exigirse unos mínimos para no contaminar aire, agua y tierra.

Todos en vías de desarrollo: por ejemplo no ocurre en Europa, donde las plantas de reciclaje no vierten elevadas cantidades de este hollín. Primero porque así lo exige la normativa, y segundo porque pueden invertir millones de euros en tecnología que lo permita. Pero esto a su vez encarece ese plomo necesario al que recurren los fabricantes de coches y componentes.

Imágenes | The Examination en X (Twitter)

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