
Los coches son cada vez más seguros, pero también cada vez más grandes y gordos (tanto que a veces ya no caben las plazas de aparcamiento). Es especialmente flagrante cuando se conducen coches de hace 10 o 20 años y modelos actuales. Y una de las constantes es lo gordo que se ha vuelto el pilar A, el marco del parabrisas, en los coches. En ocasiones, pueden esconder de la vista coches enteros.
Se sabe por experiencia, pero hasta ahora era difícil cuantificarlo. El Insurance Institute for Highway Safety, IIHS por sus siglas en inglés, ha cuantificado la visibilidad exterior de los coches nuevos y antiguos, y los resultados no son buenos. Es más difícil que nunca ver fuera de los coches nuevos. Y esto tiene una influencia en la seguridad de todos, especialmente en ciudad.
No somos conscientes de los ángulos muertos hacia delante que tienen los coches
Las muertes por atropello en Estados Unidos alcanzaron un mínimo histórico en 2009 con 4.109 víctimas mortales, pero esa tendencia se invirtió rápidamente. En 2022, morían más peatones que en cualquier otro momento de la historia, y aunque en 2023 se produjo un ligero descenso de 7.522 a 7.318, la cifra sigue siendo increíblemente alta, recuerdan desde The Autopian. Aunque el uso del teléfono móvil al volante sigue siendo habitual en Estados Unidos y en España, cual plaga, quizá no sea la única explicación.
Según este nuevo estudio, no toda la culpa es de los móviles. Los puntos ciegos de nuestros coches tienen mucho que ver. “Las zonas ciegas delanteras de seis de los turismos más vendidos han aumentado considerablemente en los últimos 25 años, a medida que se disparaban las muertes de peatones y ciclistas”, explican desde el IIHS. Esta afirmación emana de los datos recopilados y analizados por el IIHS.
“El nuevo método del IIHS se basa en un programa informático y una cámara portátil que puede colocarse en el asiento del conductor a distintas alturas para representar a conductores de distintas tallas, independientemente de dónde se encuentre el vehículo. La cámara gira para tomar una imagen de 360 grados del campo de visión alrededor del vehículo”, explican desde el instituto no gubernamental.
“A continuación, el software convierte esa imagen en un mapa de zonas ciegas que se muestra una vista aérea del vehículo y los puntos más cercanos del suelo que el conductor puede ver. También proporciona un valor numérico para el porcentaje del área alrededor del vehículo que es visible”, añade.
Para esta primera prueba, los investigadores del IIHS se centraron en la visibilidad hacia adelante a 180 grados en un radio de 10 metros del coche. Los seis coches que han analizado son representativos del mercado local. Reunieron ejemplos antiguos y recientes de los Chevrolet Suburban, Ford F-150, Honda Accord, Honda CR-V, Jeep Grand Cherokee y Toyota Camry.
El Honda CR-V es el que ha salido peor. Los conductores del CR-V de primera generación pueden ver el 68% de todo lo que hay 10 metros por delante. En la versión de 2023, sólo son capaces de ver el 28% de la zona a 10 metros por delante. Poco más y se conduce a ciegas.
En cambio, el Toyota Camry es el que menos visibilidad ha perdido. En este caso, la visibilidad disminuyó del 61% en el modelo de 2007 al 57% en el de 2023.
Curiosamente, no toda la culpa de la pérdida de visibilidad se debe a los pilares A, sino también de otros componentes, como la altura y el ángulo del capó o el tamaño de los retrovisores. De hecho, los investigadores del IIHS atribuyen la mayor parte de la visibilidad en los nuevos CR-V a estos elementos.
Si bien el estudio ha sido realizado en EEUU por el IIHS, es también relevante en Europa. Y es que en una industria globalizada como la del automóvil, muchos de esos modelos también se venden en Europa.
Imágenes | IIHS, Honda