En mi país la DGT no sabe llover

En mi país la DGT no sabe llover
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Tras las últimas entregas de fauna en ruta, en las que – mal me está decirlo – tú y yo hemos estado bastante sembraos, hoy toca que rebajemos el listón y nos encarguemos un poco de nuestra bienamada DGT otra vez, ahora que durante estos últimos días María Seguí a la guitarra y Jorge Fernández Díaz acompañándola a las palmas se han puesto a organizar el asunto del tráfico de nuestro país.

Sí, porque hasta hace cuatro días parecía como que en Tráfico no había demasiada cosa que contar. Llegaron, nos dijeron que iban de buen rollo, pillaron a Leo Harlem para que nos contara unos cuantos chistes y poco más salvo lo de la velocidad en autopistas y autovías, un sainete con el que nos han tenido entretenidos a todos.

Y ahora se destapan de repente con un tiroteo indiscriminado que nos ha cogido por sorpresa. Quizá lo peor de todo sea que las noticias han ido cayendo a borbotones, en vez de seguir un esquema que permita ver con un poco de perspectiva todo lo que se está diciendo que se pretende hacer. Pero, ¿qué sería de nosotros si nos lo pusieran tan fácil? Hoy no tendríamos tema de conversación.

Entre los objetivos de la actual DGT, que se han hecho públicos vía nota de prensa, están la reforma de la obtención y recuperación del permiso de conducir, el apoyo a los colectivos de discapacitados y a los usuarios más vulnerables, la mejora de la seguridad, un mayor control de alcohol, drogas y medicamentos y la mejora en los sistemas de información. Muchos de estos aspectos son tan etéreos como por su nombre podría deducirse, pero vamos a intentar concretarlos.

Permiso de conducir

Sobre el permiso de conducir

Hace como dos mil quinientos años bisiestos que la DGT tiene a punto de estar a punto un sistema informatizado con pantallas táctiles y tal, que han estado probando en algunas jefaturas (Madrid, Barcelona, Ciudad Real y no sé si Burgos, o por ahí). La cosa no tendría mayor relevancia si no fuera porque se aprovecha el cambio de input (del papel a la pantalla) para remodelar el teórico.

Sí, porque como todos (los que tenemos permiso de conducir) sabemos (o deberíamos) hasta ahora los tests siempre habían sido de una sola respuesta posible. “Ahora” (nótese el refinado sarcasmo) no será así. A lo mejor es válida la opción a), o la a) y la b), o sólo la c), a saber. Se supone que de esta manera el alumnado tendrá que saberse bien la lección si quiere aprobar, ergo mejora el nivel de conocimientos.

En la parte práctica, ya hace tiempo que se dan pasos en la dirección de evaluar al futuro conductor de un modo menos ortopédico que lo que suponían los exámenes de antaño. De todas formas, esto va muy por barrios. Quizá los nietos de mis nietos vean por fin algún cambio sustancial de forma generalizada en todo el territorio español. O no, yo qué sé.

Y hablando de cosas que quizá conozcan mis descendientes después de unas cuantas generaciones, desde la DGT se cita ya la educación vial implementada en el entorno escolar y en distintos sectores de la sociedad, a través de cursos de formación o módulos en estudios universitarios, de modo que la educación vial esté presente en los distintos sectores de la sociedad. Yo, como Santo Tomás.

Atención a los usuarios más vulnerables

Sobre los discapacitados y los débiles

El apoyo que se puede brindar a los discapacitados va en la línea de mejorar su evaluación y de facilitarles las cosas para acceder al permiso de conducir, aunque también se podría aprovechar el tirón e ir en la línea de crear más carriles VAO, donde los conductores cuyos vehículos llevan el distintivo V-15 (la silla de ruedas en blanco sobre fondo azul) pueden pasar aun cuando van solos en el coche.

Estoy especulando, ojo.

Este apoyo también podría traducirse en la eliminación de malentendidos a la hora de estacionar en zonas de horario limitado, zonas de carga y descarga y demás, donde a veces los conductores con discapacidad tienen que recurrir sanciones indebidas. De todas formas, ya digo que todo esto son conjeturas, porque desde la DGT – que yo sepa – no se ha soltado mucha más prenda que el titular.

De forma análoga, se quiere enfatizar la protección a los usuarios más vulnerables de la vía: peatones, ciclistas y motoristas. Esto no es un capricho de la DGT sino una tendencia impulsada por la UE y por la ONU que se refleja hasta en las directrices de EuroNCAP. Lógicamente los organismos no son equiparables, pero la idea es la misma: vamos a proteger a los usuarios más débiles de la vía, que además así se potencia que la gente se pueda mover sin usar tanto el coche.

Mejora de la seguridad

Sobre la mejora de la movilidad segura

Em… Creo que el premio Concreción del Año no se lo darán a este epígrafe. Ya comentamos tú y yo que la seguridad era un todo, un paraguas bajo el cual entra absolutamente todo lo que sucede en el entorno viario. Decir que se va a mejorar la movilidad segura es tanto como no decir nada, o pedir un Mundo mejor, o la paz en el Mundo y la abolición de las guerras. Que está muy bien, pero…

No, parece ser que la cosa irá del uso de los sistemas de seguridad en los vehículos (casco, cinturón y sistemas de retención infantil) pero también la modernización del parque de vehículos (¿cómo?) y un mayor control sobre la seguridad de nuestras carreteras. Insisto: como Santo Tomás.

En este apartado entrarían las reformas sobre límites de velocidad (sondeo 1, sondeo 2, sondeo 3, sondeo 4, aviso sobre carreteras convencionales), y también la relación entre peajes y siniestralidad. También entraría aquí la política de control con ese anuncio de emplazar radares sólo en los puntos negros mientras no se resuelven.

Control de alcoholemia

Alcohol, drogas y medicamentos ‘everywhere’

Como en los controles aleatorios se ha visto que un 20 % de los conductores conduce con drogas en el cuerpo y un 16 % con alcohol, toca ponerse las pilas con este asunto, que la verdad es que ya tocaba. Ahora los controles serán en cualquier momento del día o de la noche, a como caiga, por sorpresa.

Además, al ya clásico control de alcoholemia se une ahora un implacable control antidrogas. Es una noticia positiva, desde luego, pero esconde algunos matices que conviene tener en cuenta: primero, cuándo nos pueden hacer un control antidrogas, y luego qué claroscuros presenta el control de drogas.

Cálculo estadístico

La mejora de la información

Y llegamos por fin al otro tema estrella de los detractores del anterior director general de Tráfico: las cifras de mortalidad. El titular lo sirvió María Seguí en bandeja de plata: las estadísticas no eran buenas. Y a partir de ahí, el diluvio, con cabreo de Navarro incluido. Y aunque yo haya sido crítico con el anterior alto cargo, aquí le doy parte de la razón.

¿Qué parte? La que dice que decir que las estadísticas no son buenas supone una falta de respeto hacia los funcionarios del Observatorio Nacional de Seguridad Vial. Vamos a ver si nos aclaramos de una vez. Se dan dos datos. Uno, en enero, casi inmediato pero provisional, de fallecidos a 24 horas. La cosa es que luego se da otro dato que es el que contiene los fallecidos a 30 días, pero a ese dato no le hace caso nadie, entre otras cosas porque llega con siglos de retraso y, según dicen, con estimaciones.

Y esta es la parte en la que no le doy la razón a Navarro sino a Seguí, en el sentido que… Vamos a ver, que estamos en el siglo XXI, que tenemos unas maravillosas conexiones informáticas y que los datos se pueden compartir al instante. Si los ayuntamientos, o las diputaciones, o los consejos comarcales, o los gobiernos autonómicos, o quien ðđ¶ł#~@ sea, no cumple, que se pongan todos los medios para que cumpla, pero un retraso de meses en los datos definitivos no es de recibo.

De todas formas, no es este el único problema de información que tiene la DGT. El ya antiguo problema de cómo difunde sus informaciones hacia los demás también es digno de estudio. Curiosamente, sin embargo, ahí no parece que se vaya a mover ficha. Seguiremos esperando momentos de sequía seguidos de trombas de informaciones, sondeos y demás hierbas silvestres.

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