Si queremos comprar coches eléctricos baratos, tendremos que revisar nuestra definición de 'barato'
Compra de coches

Si queremos comprar coches eléctricos baratos, tendremos que revisar nuestra definición de 'barato'

Desde las instancias europeas, y por tanto, desde los gobiernos de los estados miembros, se va camino de prohibir la venta de coches que equipen motor de combustiónen 2035. En ese momento, sólo se pondrán comprar coches eléctricos. Sin embargo, a pesar de los incentivos a la compra, el coche eléctrico sigue siendo una opción cara con respecto a un coche gasolina o diésel.

Es algo especialmente cierto en España, donde en 2021, el 66,7 % de las ventas de coches nuevos fueron de automóviles que costaron 20.000 euros o menos. Así, en nuestro país se considera barato o asequible un coche que cueste menos de 20.000 euros.

Sin embargo, un coche eléctrico no se puede medir con la misma vara que un gasolina, un diésel o un híbrido. Ya sabemos que son coches más caros que los equivalentes gasolina, pero eso no significa que no existan coches eléctricos baratos, al menos dentro del segmento de los eléctricos.

Un coche eléctrico considerado barato debe costar menos de 37.000 euros

En 2021, se vendieron en España algo más de 27.000 coches eléctricos, lo que equivale a un 2,68 % de cuota de mercado. Viendo los 10 coches eléctricos más vendidos de nuestro mercado se tiene una imagen más clara de lo que se puede considerar un eléctrico barato.

Así, el eléctrico más vendido en 2021 ha sido el Tesla Model 3 (2.853 unidades), un coche que partía de los 46.990 euros. Es la excepción que confirma la regla, pues le siguen el Kia e-Niro, el Renault Zoe, el Dacia Spring, el Peugeot e-208 y el Fiat 500e.

Renault Zoe

Salvo el Dacia Spring, que ronda los 20.000 euros, el resto de perseguidores se sitúa en una horquilla de entre 26.000 (Fiat 500e y Renault Zoe) a 36.000 euros (Kia e-Niro y Peugeot e-208). El resto del ranking lo componen los Volkswagen ID.3 e ID.4, el Hunday Kona Eléctrico y el MINI Cooper SE, todos modelos que sitúan entre 36.000 y 41.000 euros.

Así, viendo la foto del mercado español parece evidente que cualquier eléctrico por menos de 37.000 euros se puede considerar como barato, con los modelos con la mejor relación entre precio y prestaciones (entendidas éstas como aceleración, consumo y autonomía) en torno a los 40.000 euros.

Volkswagen ID.3

Es algo particularmente cierto, habida cuenta que el eléctrico más vendido de España es el Tesla Model 3 y que ha visto su precio subir hasta los 51.990 euros (costaba hasta hace poco 46.990 euros). Una subida de 5.000 euros. Todas las marcas han subido ligeramente los precios de sus coches, pero no de forma tan llamativa. La subida de precios del modelo más vendido no hace sino reforzar la percepción de lo que es eléctrico barato. El éxito de un coche dependerá luego de sus cualidades, no solamente de su precio.

Así, si bien el Kia e-Niro y Hyundai Kona tienen versiones de acceso de 100 kW con batería de 39 kWh por unos 36.500 euros, son las versiones más caras, equipadas con batería de 64 kWh de mayor autonomía y motor de 150 kW (204 CV), las que más se venden. Una versión que en el caso del Kona arranca en 41.350 euros.

La brecha entre eléctrico y gasolina equivalente se está reduciendo muy poco a poco

Esta 'fotografía' del mercado no solamente indica lo qué podremos considerar como un eléctrico barato, sino que además, nos permite ver que la diferencia de precio entre un eléctrico y un gasolina está disminuyendo cada vez más.

Peugeot e2008

Hasta no hace mucho, con el mismo acabado, un coche eléctrico nuevo costaba entre un 40 % y un 60% más que su homólogo de gasolina, en función de las marcas. En muchos casos, la diferencia es ahora incluso inferior a 30% y en ocasiones, versión gasolina equivalente y eléctrica cuestan lo mismo.

Por ejemplo, un Peugeot e-2008 con motor de 100 kW (136 CV) con el acabado Allure cuesta desde 36.700 euros, mientras que el 2008 PureTech 130 con cambio automático (lo más equivalente al eléctrico e2008) y mismo acabado Allure cuesta desde 27.050 euros. La versión eléctrica es un 35,7 % más cara que su equivalente gasolina.

Hyundai Kona

Si miramos el Hyundai Kona, por ejemplo, que cuenta con versiones eléctricas y gasolina de potencias similares y acabados similares, al diferencia es menor. La versión eléctrica es 28 % más cara con el acabado Maxx en su versión de 150 kW o 204 CV (41.350 euros) con respecto a la versión 1.6 TGDI de 198 CV (32.590 euros).

Pero eso es mirando únicamente el precio. La versión gasolina de 198 CV cuenta con tracción integral, mientras que el Kona 150 kW es tracción delantera. Es un valor añadido que tiene la versión gasolina y que no se contabiliza en el eléctrico, por lo que el eléctrico resulta en realidad más caro que el gasolina. Se paga más y se obtiene menos.

En el otro extremo, está el caso del BMW i4. Un modelo que en su versión i4 eDrive40 viene a completar la gama del BMW Serie 4 Gran Coupé. En efecto, con una potencia de 340 CV y un precio de 61.900 euros cubre el hueco que hay entre los gasolina 430i de 254 CV de 55.750 euros y M440i de 374 CV y 75.900 euros.

Es un modelo que no tiene equivalente y que se sitúa entre dos extremos. Si lo vemos como el equivalente eléctrico de un 430i, es un 11% más caro. Si lo vemos como un sustituto del M440i es un 22,6 % más barato.

BMW i4

En cambio, el i4 M50 de 544 CV, que podría ser el equivalente de un M440i, cuesta desde 76.500 euros. Es decir, 600 euros menos que el gasolina, pero ofrece más potencia y mejores prestaciones en el 0-100 km/h. Cuesta lo mismo, prácticamente, pero sin embargo ofrece más y por tanto sería más barato.

Al final, todo es relativo. Un coche eléctrico se puede considerar barato si baja de los 37.000 euros. Y al mismo tiempo, la brecha en términos de precio entre un eléctrico y un gasolina equivalente se está reduciendo cada vez más. Eso sí, a un ritmo más lento de lo deseable de cara a 2035.

Enchufe coche eléctrico

Aun así y de momento, el coche eléctrico, sigue siendo en términos absolutos un coche considerado caro para nuestro mercado, salvo muy contadas excepciones.

Hay varias razones que explican esa lentitud en el cambio. Algunas son estructurales (puntos de carga) o técnicas (tiempos de recarga largos) y otras son de orden práctico (todavía no es un coche para todos los usos). Pero sin duda la más evidente es su precio.

El precio sigue siendo de momento un elemento disuasorio para muchos automovilistas, a pesar del ahorro a largo plazo que supone el uso de un eléctrico, especialmente en estos tiempos de una gasolina a 2 euros el litro. Y eso es un problema para alcanzar un parque móvil con una elevada tasa de coche eléctrico.

No debemos olvidar que la fecha clave de 2035 es a nivel de esta industria pasado mañana. La vida comercial de un coche suele ser de ocho años de media, y en ocasiones se estiran hasta 10 años. Es decir, la industria tiene lo que dura una generación de coche para conseguir que el eléctrico sea realmente asequible. En términos absolutos está vez.

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