Hacemos coches como pizzas, o qué tienen en común un Polo GTI, un Continental y un Gallardo

Hacemos coches como pizzas, o qué tienen en común un Polo GTI, un Continental y un Gallardo
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Sí, los tres pertenecen al Grupo Volkswagen, pero hay algo más que eso. No es ninguna coincidencia que el Škoda Superb sea como un Audi —o como un Jetta... que también es como un Audi— ni que los facelifts de Volkswagen Polo GTI, Bentley Continental y, en su momento, Lamborghini Gallardo recurran al mismo truco. ¿O es que no habías notado los colmillos que los tres modelos llevan en la calandra inferior?

Aquello de la identidad de marca se le está yendo de las manos a Volkswagen, pero toda acción persigue un propósito. Quizá no te estamos diciendo nada nuevo, nada que tus ojos no te hayan dicho ya, pero es que si en el mundo hay un fabricante que tenga el superpoder de sacar modelos nuevos hasta de debajo de las piedras, ese es Volkswagen y su séquito de marcas.

Eh, tú, el del A1: Conduces un Ibiza muy caro

A1 Ibiza

Volkswagen Group es uno de los gigantes de la industria del Motor. Es dueño y accionista de más de diez marcas, entre las que destacan Audi, Bentley, Bugatti, SEAT, Škoda, Ducati, Scania, Lamborghini y Porsche. ¿Cómo desarrollar un modelo diferente para cada uno? Fácil, crea una identidad de marca, otra de grupo y vende el mismo producto, pero en diferente presentación.

La clave del éxito de Volkswagen es el posicionamiento de producto. Al final, de la plataforma PQ25 han surgido productos como el SEAT Ibiza, el Volkswagen Polo, el Audi A1 y, para mercados emergentes, el Volkswagen Vento —Polo Sedan. En sus entrañas, todos estos productos son lo mismo; es la oferta de motores, la puesta a punto de suspensión, los niveles de equipamiento y la calidad de fabricación los que colocan a uno por encima del otro en el mercado, evitando el canibalismo entre familiares.

Este ejercicio no es exclusivo del segmento de los subcompactos. Grupo Volkswagen lo hace también con sus modelos urbanos —Mii, Citigo y Up!—, con los compactos —Golf, León y Audi A3—, con SUV —Touareg y Cayenne; Tiguan y Q3— y con todo aquello que tenga sentido en el mercado.

Un mismo producto, diferentes caras: la familiar, la 'chic' y deportiva, la 'low-cost'... las que se necesiten.

De cuando hacer coches es como hacer pizzas

Plataforma Mqb

Ahora bien, si de una misma plataforma se desarrollan hasta cinco modelos de un mismo segmento, ¿por qué no crear una que sea capaz de adaptarse a cualquier segmento de cualquier marca del grupo? No, no es una locura, es la mejor alternativa si se quieren reducir costes de desarrollo y facilitar la creación de nuevos modelos.

Esta plataforma modular MQB, estrenada por el nuevo Audi A3 y por la séptima generación del Volkswagen Golf, permite desarrollar desde un Polo hasta un Passat partiendo de la misma base, sin importar el tipo de tracción o de propulsión que se requiera. Hay tanta flexibilidad por parte de la plataforma MQB, que toda la variedad de motores, transmisiones y sistemas de seguridad puede ser incorporada en cualquier modelo de la gama de cualquier marca. Si queremos verlo con filosofía, es como hacer pizzas: misma masa, diferentes ingredientes para satisfacer múltiples gustos.

¿Qué gana Volkswagen con ello?

Volkswagen Golf

Partiendo de una misma base, desarrollar un nuevo modelo es —casi— pan comido. Los costes se reducen tanto, que la ganancia por unidad vendida sube considerablemente y, en favor de los modelos más pequeños de la gama, tecnologías que antes eran exclusivas de los modelos más representativos ahora pueden ser incorporadas en los de acceso.

Naturalmente, toda tecnología tiene su lado oscuro. El hecho de que en el futuro un Polo y un Passat compartan base puede hacer creer que el modelo más lujoso de la marca no sea tan espectacular al compartir elementos con uno de los más accesibles, aunque al final serán sólo los clientes más informados los que se enteren de ello, porque en el día a día no hay punto de comparación entre un Polo y un Passat. Volvemos a lo de posicionamiento de producto.

Otro gran beneficio de la plataforma modular es que se puede acelerar la vida generacional de muchos productos, para adaptarse más fácilmente a la cada vez más cambiantes exigencias del mercado. No deberán pasar de seis a ocho años para presentar el "totalmente nuevo X modelo".

Así, Grupo Volkswagen produce coches como pizzas —o salchichas, que ahí tiene mucha experiencia— y acelera su paso para desbancar a Toyota como el primer fabricante mundial de coches. Por eso, la próxima vez que notes un parecido entre un Polo y un Bentley, no vayas al oculista, recuerda que en Volkswagen ya se comparte algo más que genética.

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