Mañana 6 de noviembre será un momento crucial para Elon Musk y Tesla: la junta anual de accionistas de la marca votará si aprueba o no el paquete salarial de Elon Musk, que podría alcanzar 1 billón de dólares. Todo tras en un año marcado por la debacle en ventas y polémicas en torno a Musk, que además ha amenazado con dimitir si no percibe este nuevo sueldo millonario.
Si recibe el sí, supondrá darle prácticamente el control total de Tesla durante la próxima década. Uno de los principales inversores de Tesla ha señalado que votará en contra de la compensación. Pero todo apunta a que Musk percibirá esta bonificación, siendo la más elevada en la historia de la compañía.
"Nos preocupa el tamaño del premio"
El fondo soberano de Noruega (Norges Bank Investment Management) anunció ayer martes que no aprobará este acuerdo salarial. "Si bien valoramos el importante crecimiento generado bajo el liderazgo visionario del señor Musk, nos preocupan el tamaño total del premio, la dilución accionarial y la falta de medidas para mitigar el riesgo de dependencia de una persona clave, en línea con nuestra política sobre la remuneración de ejecutivos", argumentan en un comunidado.
NBIM es el séptimo mayor accionista de Tesla, ostentando una participación del 1,12%. Es la única de los diez principales inversores externos de Tesla que ha desvelado su intención de voto. Una posición que tampoco extraña: también se opuso al anterior paquete salarial millonario de Musk.
La postura del fondo noruego podría arrastrar al no a otros inversores europeos: "Es mucho más probable que los votantes europeos se dejen influir por el rumbo que tome Norges, debido al apoyo generalizado a los principios y preocupaciones ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) en su filosofía de inversión", ha señalado a Reuters Francis Byrd, socio de la consultora Alchemy Strategies Partners.
Firmas de asesoría de voto, como ISS y Glass Lewis, instan los inversores a oponerse, pues consideran la bonificación excesiva como premio al desempeño de Musk. No ha sido el mejor año del sudafricano para con su marca de coches eléctricos, siendo el principal culpable de su descalabro en ventas. Sus devaneos políticos han dañado notablemente la imagen de la marca.
Fuente: Reuters.
Más cerca del sí que del no. Pese a estas posturas en contra, Elon Musk parte con ventaja. Esencialmente, porque el CEO de Tesla es el accionista mayoritario, con una participación del 15,3 %. Y las leyes de Texas, donde Tesla trasladó su sede el año pasado, permiten a Musk votar su propia participación. Así, el mercado de pronósticos Polymarket sitúa en 93 % las probabilidades de que el paquete sea aprobado.
Varias firmas, aunque minoritarias, han confirmado su apoyo a Musk. Es el caso de Schwab Asset Management, con una participación del 0,56 %, que considera que esta bonificación por el desempeño del sudafricano se "alinea los intereses tanto de la dirección de Tesla como de los accionistas". También Baron Capital, que posee el 0,39% de las acciones. En todo caso será vital la postura de los principales inversores institucionales de Tesla, como BlackRock, Vanguard y State Street, que aún no se han pronunciado al respecto.
Por otro lado, el propio consejo de administración de Tesla está presionando a los accionistas para que aprueben la compensación, ya que Musk ha amenazado con dejar el cargo si no recibe este nuevo paquete salarial. Algo en lo que lleva insistiendo tiempo. El hombre más rico del mundo argumenta que no es una cuestión de dinero, si no por perder control sobre la compañía.
Casi control total sobre Tesla. Lo cierto es que será así. Si la junta de accionistas aprueba este desorbitado paquete salarial, dará aún mayor control a Musk sobre Tesla: supone aumentar significativamente su participación accionarial. Lo que a su vez significa que tendrá mayor poder de voto y de toma de decisiones.
Y es que esa compensación que se fija en un hasta 1 billón de dólares no la recibirá en efectivo, sino en forma de nuevas acciones de Tesla que se irán otorgando durante los próximos 10 años. Dada la elevada cantidad, elevará el porcentaje de participación de Musk como principal accionista, reforzando aún más su control en la firma.
Tesla mira a un futuro apostando por los coches autónomos y la IA, áreas en las que otras empresas de Musk son clave (xAI, Neuralink o SpaceX). Esto podría inclinar la balanza hacia el "sí" por parte de los accionistas, ya que este nuevo rumbo es vital para mantener el valor de la marca: el negociado de los coches eléctricos es cada vez menos rentable para Tesla.
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