incendios de coches

El conductor de un Tesla Model X en Florida pasó un mal rato tratando de poner a flote unas motos de agua que remolcaba en su coche eléctrico. Pero la maniobra salió mal, y el Tesla acabó sumergido... y ardiendo.

La naviera le prohibió subir con su coche eléctrico a uno de sus barcos, a pesar de que había comprado el billete sin ningún problema.

De más de 3.000 coches a bordo del Fremantle Highway, sólo se podrán salvar unos 900. Y no es nada fácil.

Desde el Gobierno holandés se ha decidido que el carguero sea remolcado hoy al puerto de Eemshaven, al norte de los Países Bajos, en un recorrido de 64 km.

Tras el huracán Ian, muchos coches eléctricos quedaron parcialmente sumergidos por la crecida del mar. Y días después, están comenzando a arder.

Un total de 52 coches han sido pasto de la llamas solo en Cantabria. ¿Los culpables? Dos pirómanos que los incendiaban por gusto.

La marca sale al paso de los rumores que apuntaban esa posibilidad para negarla rotundamente.

Según los habituales de la zona, todos los veranos sus carreteras se llenan de coches haciendo test.

Las unidades que se perdieron en el naufragio del buque Felicity Ace, y que se reemplazarán lo antes posible, suponen una pérdida de más siete millones de euros como mínimo para la marca italiana.

La operación de rescate de la mercancía y del navío ha fracasado.

Una semana a la deriva, pero con la mayor parte del fuego controlado.

Las últimas fotos que ha publicado la Armada portuguesa del Felicity Ace muestran a un carguero aún humeante y muy dañado.

Este rarísimo coche de competición (solo se fabricaron dos) ha sido sometido durante años a un minucioso proceso de restauración tras haberse incendiado en un accidente.

Los años pasan y la tradición se mantiene, hagan lo que hagan las autoridades.

Las nuevas baterías empezarán a llegar a mediados de octubre y contarán con una garantía extendida de ocho años o 160.000 km.