china

Aunque los combustibles sintéticos ofrecen un respiro a los conductores europeos, aún enfrentan muchos obstáculos antes de ser una solución definitiva para los motores de combustión.

Sin barreras comerciales, las islas podría ser la puerta de entrada a los coches importados desde la República Popular pagando impuestos mucho más bajos.

Con dos decenas de rampas, ocho direcciones y cinco niveles, el intercambiador de Huangjuewan nació para mejorar los atascos y conexiones en una de las ciudades de China más pobladas.

China sabe que tiene un problema de dependencia con el carbón. Está invirtiendo tantísimo en renovables que la energía limpia ha pasado de un 7% a un 44% en menos de 10 años.

Aunque estos aranceles son provisionales, gravarán aún más desde hoy los coches que se importan desde China, lo que incluye a modelos de marcas europeas o americanas.

El enlace de Shenzhen-Zhongshan al sur de China se extiende 24 km en el mar y lo forman dos puentes, dos islas artificiales y un túnel submarino inteligente.

Luca de Meo, CEO de Renault, cree que hay que fijarse en China y aprovechar las ventas que sigue teniendo la industria europea.

Los impuestos al coche eléctrico chino están en el aire: Europa y China negocian los aranceles en el último momento.

Según el gobierno la cantidad de información solicitada desde Europa fue desmedida y hasta se sugiere que la investigación habría sido una excusa para espiar a las marcas chinas.

China ha decidido responder a los aranceles de la UE dónde más duele a nivel mediático en cada país de la UE.

Por qué la respuesta de China no irá contra la industria automovilística europea, sino contra la cárnica: el daño económico puede ser mucho mayor, en especial para España, y además protege a Alemania.

Sin los suministros de China, no hay coche eléctrico europeo.

Europa sigue siendo un mercado muy lucrativo e imprescindible para China.

Los coches chinos serán más caros, pero los europeos también podría serlo como consecuencia de esta guerra comercial.

Las medidas definitivas podrían ser aún más duras.

En cinco años hemos pasado de apenas ver coches chinos en Europa a tener en marcha tres fábricas de marcas chinas en suelo europeo. Y las que quedan por abrir.