Porsche sigue creyendo en la gasolina: su último invento es un motor de 18 cilindros que no debería existir… pero nos hace soñar

Los documentos describen un motor W18 con tres bancos de seis cilindros y tres turbos: un guiño salvaje a la ingeniería clásica

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Irene Mendoza

Cuando Bentley despidió a su W12 en julio de 2024 y Bugatti dio paso al nuevo V16 híbrido, parecía que los motores en “W” habían pasado a la historia. Pero Porsche ha vuelto a desafiar la lógica y acaba de registrar ante la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) una patente que describe un motor W18 con tres bloques de seis cilindros, tres culatas y hasta tres turbos.

En un contexto dominado por la electrificación y las normativas de emisiones cada vez más estrictas, este movimiento parece una declaración de amor puro a la combustión. Y viniendo de Porsche, no parece precisamente un ejercicio banal: el documento técnico apunta a un posible desarrollo con aplicaciones reales.

Un motor en “W” de verdad: tres bloques, un cigüeñal y 18 cilindros

A diferencia de los antiguos motores en “W” del Grupo Volkswagen que, esencialmente, eran dos bloques en V muy estrechos unidos por un mismo cigüeñal, el nuevo diseño de Porsche es “una auténtica W”. Es decir, se compone de tres bancos de seis cilindros, colocados a 60 grados entre sí y con culatas completamente independientes.

Cada banco puede montar su propio turbocompresor, lo que da lugar a un W18 tri-turbo, según la patente.

Sobre el papel, es como si tres motores de seis cilindros en línea compartieran un mismo corazón: una solución extrema que recuerda a los años dorados de la ingeniería de competición, pero con la precisión de los motores modernos.

El secreto está en la forma en que respira. Porsche ha diseñado un sistema de admisión vertical y directo, pensado para que el aire entre limpio y rápido, sin obstáculos, muy al estilo de los motores de competición.

Porsche Motor

En la mayoría de motores convencionales, el aire fluye de forma lateral o en ángulo a través de colectores con curvas y recorridos más largos, lo que genera turbulencias, pérdidas de velocidad y un ligero calentamiento antes de llegar a los cilindros. Al entrar en línea recta desde arriba, el aire conserva su velocidad y su densidad, logrando una combustión más eficiente y potente.

Un motor salvaje y compacto como un V12, pero con 18 cilindros

El ingenio detrás de este diseño no está solo en su potencia, sino en cómo logra empaquetar semejante complejidad en tan poco espacio. Según Porsche, este motor podría ofrecer 18 cilindros en el tamaño de un seis en línea, con una anchura similar a la de un V12 de ángulo abierto. En otras palabras, es una obra de ingeniería compacta: más potencia sin ocupar más volumen.

La marca incluso plantea distintas versiones en sus documentos (W9, W12, W15 o W18), lo que deja entrever una arquitectura modular y adaptable a diferentes modelos y propósitos. Un concepto que podría servir tanto para un SUV de lujo como para un hiperdeportivo, ajustando el número de cilindros sin alterar el diseño base.

Patente Porsche

Del papel al asfalto: los Porsche que podrían darle vida a este W18

Por ahora, la patente no menciona ningún modelo en concreto, pero imaginar su destino es inevitable. En el universo Porsche, hay dos escenarios donde una mecánica así podría brillar con luz propia:

El primero es el Porsche K1, el futuro SUV insignia que marcará un antes y un después en la gama. Aunque nació como proyecto eléctrico, la marca ha revisado su hoja de ruta y planea lanzarlo primero con motorizaciones de combustión e híbridas. Un motor tan exclusivo como este W18 sería el broche perfecto para un modelo que aspira a rivalizar con gigantes como el Rolls-Royce Cullinan o el Ferrari Purosangue, pero con ADN de Stuttgart.

El otro gran candidato, según Carbuzz, podría ser el Mission X, el hiperdeportivo llamado a recoger el testigo del 918 Spyder. Concebido inicialmente como proyecto totalmente eléctrico, aún no se ha anunciado su futuro, lo que ha despertado rumores sobre una posible revisión. 

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Sus proporciones de motor central y su planteamiento como laboratorio de tecnología rodante encajarían perfectamente con una mecánica de combustión compacta como esta. De ser así, el Mission X podría convertirse en una bestia digna de los grandes mitos de la marca. 

Lo peor que puede pasaR es que este motor nunca llegue a producción, pero la simple existencia de la patente demuestra que la combustión aún no ha dicho su última palabra. No obstante, este tipo de avances sirven como brújula de hacia dónde mira Porsche: recuperar el vínculo emocional más puro de la conducción que muchos temen perder con la electrificación.

Una apuesta valiente en plena era de los híbridos

Además, la patente llega en un momento clave para la marca. Tras ralentizar su estrategia eléctrica y preparar el relevo en su cúpula directiva, Porsche busca equilibrar innovación y tradición. De hecho, el nuevo CEO Michael Leiters (ex Ferrari y McLaren) es un firme defensor de los motores de altas prestaciones adaptados a normativas modernas, con posibles apoyos híbridos o combustibles sintéticos.

En este contexto, un motor como el W18 podría servir como banco de pruebas para combustibles neutros en carbono, una vía que Porsche explora activamente hace años. En una época dominada por los coches eléctricos y silenciosos, Porsche parece decidida a recordarnos que la emoción también se mide en decibelios.

Imágenes | Porsche, WIPO

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