
Cuando no puedes entrar con tu SEAT Ibiza diésel en Madrid (o en cualquier ZBE), pero ves que un SUV híbrido enchufable de más de 500 CV puede circular sin ningún tipo de restricción y, además, aparcar gratis en la zona azul o verde, te das cuenta de que algo está fallando con las regulaciones que tenemos actualmente.
Y no es algo que veamos solamente los ciudadanos de a pie: también es un problema para las grandes empresas. El CEO del Grupo Renault, Luca De Meo, lo ha dejado claro, señalando que las regulaciones europeas (impulsadas por Alemania) tienen la culpa de la crisis de la industria del automóvil europea y de que los coches eléctricos europeos sean demasiado caros.
“Tenemos que volver a fabricar coches pequeños”
Durante la conferencia “Innovando para volver a crecer de nuevo”, celebrada en Bérgamo, Italia, Luca De Meo ha dicho que es necesario “dejar la creatividad para que los ingenieros puedan encontrar soluciones”, en palabras recogidas por auto.it.
El consejero delegado de Renault asegura que “el enemigo no es una tecnología y otra, sino el CO₂ y los productos contaminantes” y pide que “dejemos a los ingenieros decidir cuál es la mejor solución para reducir el impacto de CO₂” porque “es difícil para un regulador conocer mejor que un ingeniero cuál es la mejor solución”.
Piensa que las regulaciones que ha hecho Europa en el sector del automóvil nos han hecho perder competitividad frente a China y apunta a varias a cuestiones, como las inversiones que se han tenido que llevar a cabo en los vehículos eléctricos o los costes de adaptar las mecánicas de combustión a las diferentes normativas de emisiones y de ciberseguridad.
También dice que, por culpa de estas regulaciones, se ha vuelto “antieconómico” para los fabricantes operar en los segmentos más bajos del mercado y, como consecuencia, no ha dejado de garantizar la accesibilidad económica al automóvil para el consumidor.
En este sentido, De Meo cree que los legisladores deberían de trabajar en una regulación favorable para los coches pequeños urbanos y culpa a Europa de que los fabricantes prácticamente hayan abandonado este segmento:
“La regulación europea ha fracasado en los últimos 20 años y ahora buscan la solución milagrosa con los eléctricos. La regulación fue impulsada por los alemanes, que querían fabricar coches más complejos porque les convenía, puesto que ellos compran coches de alta gama. Sin embargo, esto ha tenido un efecto devastador en algunos países productores, como Francia, Italia y una parte de España, donde la gente compra coches pequeños porque no tiene dinero o porque no caben en las ciudades. Tenemos que volver a fabricar coches pequeños; no lo hacemos porque la regulación los hace totalmente improductivos”.
Lo que el máximo responsable de Renault dice es que las múltiples regulaciones que ha impuesto Europa han provocado que el precio de los coches se dispare y, de esa forma, hemos perdido competitividad frente a China, que es capaz de vender coches mucho más baratos que los nuestros. “Tuvimos que añadir medidas de seguridad por 400 euros por coche: si las pones en un Twingo es mucho dinero, pero en una berlina grande no es mucho”, aclara el directivo italiano.
De Meo apuesta por fabricar coches pequeños en Europa, al estilo de los kei car japoneses, es decir, pequeños, baratos y económicos a la hora de mantenerlos: “Desde hace años vengo diciendo que deberíamos prever una regulación diferente para los coches pequeños, como se hace en Japón, como los ‘coches K’. Algo así haría que Italia, Francia y España volvieran a empezar de nuevo”.
"Necesitamos inversiones de los fabricantes chinos"
Por otro lado, De Meo propone ceder parte del mercado europeo a China para gestionar la competencia con los fabricantes de ese país, más allá de los aranceles y de la propuesta de copiar a China que hizo el propio directivo hace unos meses
"Creo que necesitamos llegar a un acuerdo con China. Nostros aprovechamos el crecimiento del mercado chino hace 25 años, y a cambio tuvimos que invertir, debemos hacer lo mismo y cederles entre el 10% y el 15% del mercado, lo cual tiene valor para los chinos".
"Lo hicimos con los japoneses, con los estadounidenses y con los coreanos, que juntos representan el 25% del mercado europeo. No veo por qué no hacerlo con los chinos. Quieren hacer negocios, pero a cambio necesitamos inversiones de fabricantes chinos que también puedan ayudar a transformar la cadena de suministro, en particular toda la cadena de valor de los vehículos eléctricos”, dice De Meo.
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Imágenes | Renault y Alpine