Este concesionario de Subaru tiene su propia pista de pruebas: ¡el sueño de todo cliente!

Este concesionario de Subaru tiene su propia pista de pruebas: ¡el sueño de todo cliente!
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Si alguna vez has probado un coche antes de comprarlo, sabes que nunca puedes probarlo a tu gusto. Ya sea un coche nuevo o usado es muy difícil hacerte una idea clara del coche sin que el vendedor se asuste o te eche del coche. Este concesionario Subaru, sin embargo, tiene la solución: posee su propio circuito en la puerta de la concesión.

Es cierto que algunos concesionarios te pueden dejar un coche un día, o un fin de semana con motivo de algunas promociones, pero la mayoría de las pruebas se limitan a un par de vueltas por el barrio con el comercial a tu lado. Los clientes de Subaru de la región de Naperville (Illinois), cerca de Chicago, tienen más suerte.

Este concesionario posee su propio circuito de algo más de 36.000 m2 en sus terrenos. El circuito es la oportunidad perfecta para que el cliente experimente todas las virtudes de su nuevo Subaru Forester, Outback o WRX STi. Posee una sección con una pendiente del 10 %, un paso a nivel simulado, una porción de asfalto deteriorado, un tramo con adoquines, uno con piedras e incluso una pista deslizante.

Construir su propio circuito

No es un trazado en el que puedas ir tan rápido como un auténtico circuito de pruebas, pero para un cliente poder probar su futuro coche en la seguridad de un circuito y no en la calle no tiene precio. Obviamente, no deja de ser una fuerte inversión el idear su propio circuito de pruebas.

Aunque en el caso de este concesionario Subaru el circuito fue inicialmente construido por el municipio por 1,5 millones de dólares, no resulta una inversión tan gigantesca como uno podría pensar. En algunas ocasiones, adaptar la imagen corporativa del concesionario siguiendo las pautas que marca el fabricante ya supone una inversión de más de un millón de euros.

Sin embargo, si este tipo de instalaciones en Europa no son realmente factibles es por una cuestión de regulaciones y normas, no de costes. Desde las licencias para operar, normas sobre ruido, presencia de sanitarios cada vez que sale un coche a pista, etc. Tenemos el ejemplo del circuito del Mas du Clos en Francia (un circuito privado que abrió al público y ya no puede acoger al público por la cantidad de normas que debe cumplir). A priori, no es algo que se pueda plantear de forma seria un concesionario de una gran marca en Europa, aunque sea uno que venda 4.000 coches al año.

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