microcoche

La historia real de cómo un triciclo oxidado acabó convertido en una de las micro campers más bonitas jamás construidas.

Un micro “deportivo” británico, matriculado como moto y pensado para jóvenes, acabó siendo el chasis del landspeeder más famoso de la historia del cine.

La marca de Milwaukee es mucho más que motos custom y motores V-Twin. También se atrevió con scooters, carritos de golf, autocaravanas… Spoiler: no siempre salió bien.

El Tritan A2, con su cúpula deslizante y su calentador de pizzas integrado, fue uno de los experimentos más excéntricos de la cadena en 1985.

Es tan pequeño como ridículo. Y ese es precisamente su mayor encanto. El Cyclops II vuelve a escena con su sombrero de copa bien puesto.

El legendario Bentley Blower de 1929 resucita en forma de mini-réplica electrificada: más pequeño y mucho más exclusivo, con un precio que no dejará indiferente a nadie.

Ojo a cómo suena este microcoche eléctrico resucitado con el corazón de una Suzuki Hayabusa, gracias al talento de un joven preparador de Tennessee.

Stellantis y la sueca Luvly exploran una alianza para hacer un cuadriciclo eléctrico desmontable que podría romper los precios del mercado de los coches sin carnet.

El cuadriciclo eléctrico de Citroën ahora es aún más llamativo con el kit de conversión de Caselani inspirado en la icónica Type H.

El mercado de las dos ruedas crece en Europa, pero en España los ciclomotores pierden protagonismo en favor de las motocicletas de mayor cilindrada…. Y de los microcoches.

El Silence S04, fabricado en la antigua planta de Nissan Barcelona, destaca por su diseño compacto y su innovadora tecnología de baterías extraíbles, que le otorgan una flexibilidad única en su segmento.

Uno de sus creadores calificaba que conducirlo era “la mejor experiencia que se puede tener que no sea sexual”.