Donald Trump

En octubre, sin ayudas a la compra de coches eléctricos, las ventas de estos coches han caído más del 80% en algunas marcas.

"Molinos de viento, simplemente no los vamos a permitir", dijio Trump hace unos meses. "Son feos. No funcionan. Matan a las aves. Son perjudiciales para el medio ambiente".

Todo ha ocurrido a raíz de la abrupta decisión de China de un endurecer las restricciones para el comercio de las tierras raras.

Tras la redada, Trump ha mandado un aviso: "Hago un llamado a todas las empresas extranjeras que invierten en Estados Unidos para que respeten las leyes de inmigración de nuestro país".

Es un hito histórico: 1.080 millones de dólares canadienses en coches importados desde México solo en junio. Y eso tendrá consecuencias.

El presidente que odia los coches eléctricos va a tener que pagar la mayor inversión en infraestructura de carga de la historia en EEUU

En medio de un impasse en la producción y una caída de las ventas del 97 % en todo el mundo, su CEO y artífice de la nueva imagen se ha ido.

El problema de las marcas de coches americanas en Europa no son los impuestos: son sus propios coches.

La UE ha acordado comprar petróleo, gas, combustible nuclear y semiconductores estadounidenses por valor de 750.000 millones de dólares durante tres años. Y mucho, mucho armamento.

Los fabricantes estadounidenses, por si no tuvieran bastante con el azote de los coches eléctricos chinos, no están nada contentos con el trato que ha hecho Trump con Japón.

En Europa, miles de coches llevan varias semanas bloqueados en los puertos.

Irán estudia seriamente bloquear el Estrecho de Ormuz, por donde pasa el 20% del petróleo mundial.