Los vehículos cada vez estarán más controlados en las grandes ciudades, pues a las exigentes normativas de emisiones y la restricciones al tráfico como en las ZBE, ahora se suma un nuevo tipo de radar para verificar que se cumple la normativa para los carriles destinados a priorizar el uso del transporte público y los vehículos compartidos.
Se trata de los denominados “radares térmicos”, que en los próximos meses empezarán a probarse en Lyon (Francia) y que se colocarán en diferentes carriles destinados exclusivamente a la circulación de autobuses y vehículos de alta ocupación, similares a los carriles BUS-VAO que tenemos en España.
“Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar…”
En materia de dispositivos de control de tráfico, parece que nuestro país vecino nos lleva algunos pasos de ventaja. El año pasado ya se estrenaron allí los radares de ruido, cuyo fin es controlar la contaminación acústica de las grandes ciudades, que poco después llegaron a España.
Ahora Francia también será la primera en probar los conocidos como “radares de calor”, que en los próximos meses se sumarán a los distintos tipos de radares más conocidos, como son los radares fijos y los móviles, los de tramo o los drones.
Estos novedosos dispositivos se conforman básicamente de varios sensores térmicos muy potentes que, en teoría, son capaces de captar el calor de los ocupantes de un vehículo y de esta forma determinar cuántas personas viajan en el mismo (incluso si lleva lunas tintadas).
Sin embargo, en principio estos radares térmicos tienen más fácil detectar cuántos viajeros viajan en las plazas delanteras, que si por ejemplo en los asientos traseros viaja un menor en su sistema de retención infantil correspondiente.
Sobre el papel, y sin información técnica detallada por el momento, la capacidad de estos radares térmicos que empezarán a probarse de forma experimental en la ciudad de Lyon durante los próximos meses, podría parecer algo difícil de certificar.
Sin embargo, según ha declarado el vicepresidente del departamento de transportes de la ciudad francesa al diario Le Figaro, “los radares nunca son efectivos al 100%, pero el Estado sólo los certifica cuando en las pruebas su margen de error es inferior al 4 %”.
Por el momento estos radares térmicos empezarán a instalarse en los alrededores de la ciudad francesa en varios carriles de uso compartido (‘covoiturage’, en francés) destinados a descongestionar el tráfico, que funcionan de forma similar a nuestros carriles BUS-VAO.
Si bien las autoridades pueden variar los requisitos, en general por los carriles de alta ocupación pueden circular los vehículos destinados al transporte de personas con dos o más ocupantes que pueden ser:
- Coches.
- Motocicletas.
- Vehículos mixtos: furgonetas y comerciales que pueden estar destinados tanto al transporte de personas como de mercancías.
- Autobuses: tanto microbuses, como de más de 3.500 kilos o articulados.
No obstante, hay excepciones que no exigen un mínimo de ocupantes, por lo que algunos vehículos ocupados solo por el conductor también pueden circular por ellos:
- Coches y vehículos con etiqueta CERO (eléctricos, de hidrógeno e híbridos enchufables de más de 40 km de autonomía eléctrica).
- Vehículos de personas con minusvalía (que porten la señal V-15) o adaptados para ocupantes con movilidad reducida.
- Vehículos de carsharing, que deberán llevar el distintivo V-26, que identifica a coches o vehículos que hacen uso compartido, en el ángulo superior izquierdo del parabrisas.
Todavía es pronto para saber cómo funcionarán las pruebas con estos dispositivos que tienen como principal objetivo que se cumpla la normativa específica para este tipo de carriles, destinados a unos supuestos muy concretos.
Hasta ahora, no son pocos conductores los que alguna vez han intentado beneficiarse de ellos con tretas como sentar de copiloto a muñecos o maniquíes.
Cabe recordar que en España circular indebidamente por los carriles BUS-VAO es una infracción grave que está penada con 200 euros, que pueden reducirse a la mitad si se opta por el pronto pago (es decir, pagar la multa hasta 20 días naturales tras la notificación). No conlleva pérdida de puntos.