El aire acondicionado del coche es un aliado esencial en verano. Con la llegada de las altas temperaturas, y especialmente si dejas el coche aparcado al sol, el habitáculo se convierte en un auténtico infierno. Si hay 39ºC fuera el interior puede superar los 60ºC, según la DGT.
En esta situación, enfriar el habitáculo lo más rápido posible sin que se dispare el consumo es justo lo que buscamos. Los expertos de Consumer Reports nos varios consejos para conseguirlo.
Recirculación, temperatura mínima y otras claves para una climatización eficiente
Estas recomendaciones las firman los ingenieros del Centro de Pruebas de Consumer Reports, el equivalente a la OCU en EEUU. Destierran algunos mitos, algunos ya conocidos, otros no tanto. Estos sencillos trucos pueden marcar la diferencia sin que exijas de más al sistema de climatización o al motor.
Siempre circulando. Al subirnos a un coche que ha estado largas horas al sol, hay quien arranca el coche, enciende el aire acondicionado y se tira un rato enfriando el coche antes de salir. Esto, según estos ingenieros, no es efectivo: estaremos gastando tiempo y combustible de más.
Explican que el aire acondicionado del coche funciona mucho mejor cuando el coche está en marcha: cuanto más rápido gira el motor, más eficazmente funciona el compresor del aire acondicionado, enfriando el interior de forma más efectiva. Así, lo que recomiendan es comenzar a circular inmediatamente con la climatización ya encendida.
Si el interior está muy caliente, aconsejan además abrir todas las ventanas durante unos minutos. Esto ayudará a expulsar el aire caliente del interior mientras entra aire fresco al habitáculo, gracias al proceso de convención. De hecho, hay formas para acelerar esto, como el truco japonés. Un apunte: abrir las ventanas siempre en ciudad: si superamos los 80/90 km/h aumenta el consumo. Si según empiezas a circular vas directamente por vía rápida, ábrelas como solo unos segundos.
No te pases bajando la temperatura. Aunque tengamos la necesidad imperiosa de poner la temperatura a 18ºC, si lo hacemos se disparará el consumo: por debajo de los 20ºC el gasto de carburante puede aumentar en un 20 %. Y el resultado no varía mucho de ponerla entre 23ºC y 24 ºC, más allá de exigirle demasiado esfuerzo al sistema y que el motor consuma más.
En cuanto a la potencia del aire, estos ingenieros aconsejan que lo pongas en automático: el propio sistema se regulará solo, aplicando la fuerza necesaria según la temperatura.

¿Activar la recirculación del aire? No siempre. Es cierto que la función de recirculación del flujo del aire ayuda a enfriar más rápidamente el habitáculo: el circuito reutiliza el aire del habitáculo y estará más frío en cada ciclo.
El problema es que este modo toma aire de la parte delantera del habitáculo: es decir, que mientras los pasajeros delanteros estarán fresquitos, si van ocupantes detrás el aire puede volverse viciado y caliente. Así, esta opción es solo eficaz en caso de que viajemos solos o bien con un solo acompañante, pero no si alguien va sentado en los asientos traseros. Y en todo caso, lo suyo es activarla solo unos minutos, al principio de comenzar la marcha.
Quita el start-stop en ciudad. La mayoría de coches modernos disponen de este sistema que apaga automáticamente el motor en detenciones (semáforos, atascos, etc.), para volver encenderlo cuando pisamos el acelerador. Esto ayuda a reducir el consumo, pero no se lleva bien con el climatizador.
La razón, como detallan, es que en la mayoría de coches el aire acondicionado también se apaga, deteniendo la climatización. Y al arrancar, reiniciaremos el compresor que es lo que más energía consume. Así, si circulamos por ciudad donde las detenciones son habituales, aconsejan apagar este sistema para evitar esta intermitencia.

Comprueba el filtro de aire. Si este filtro está demasiado sucio, el flujo del aire será menor: si notas que el caudal es bajo, seguramente sea porque necesitas cambiarlo. De hecho, se recomienda cambiarlo cada año si vives en una gran ciudad o en zonas de clima seco, pues la contaminación y el polvo son más elevados.
Revisar su estado es sencillo, aunque debes saber donde está: hay coches que lo llevan en compartimento del motor, otros bajo los limpiaparabrisas o bien en el interior, normalmente tras la guantera o debajo del salpicadero. Si está como el de la foto (arriba), es que necesitas cambiarlo. Puedes llevarlo al taller, pero también puedes ahorrarte unos euros y hacerlo tú mismo: en este artículo te contamos cómo. Es una tarea sencilla y por lo general cuestan entre 10 y 20 euros.
¿Y con los coches eléctricos? A diferencia de los térmicos, los modelos enchufables tienen la función de preacondicionamiento: puedes encender la climatización a distancia y enfriar el coche antes de subirte. Pero esto es recomendable hacerlo si el coche está enchufado a un poste de carga, pues si no tirará de la batería, bajando la autonomía.
En caso de que no sea así, lo que aconsejan desde Consumer Reports es hacer lo mismo que lo indicado para los térmicos: encender el aire acondicionado y arrancar inmediatamente, bajando las ventillas para expulsar el aire caliente y que entre más frío del exterior. Y también son aplicables el resto de consejos detallados, a excepción del Start/Stop, sistema que no necesitan los eléctricos puros.
Imágenes | Motorpasión, Volkswagen
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2 comentarios
fermaker
El aumento del 20% de consumo por bajar de 23 grados a 18 grados, no lo he visto yo en mis dos millones de kilómetros, viviendo en la mancha.
El tema de la recirculación, lo que comentan es si no hay salidas de aire traseras, o climatizadores trizona.
Y por último, mi aportación: Mira bien donde aparcas, la sombra está muy cotizada, y siempre es preferible, siempre que se pueda, buscar un lugar que al menos te de dos horas la sombra antes de cogerlo.
margano
Apunte: ese filtro de habitáculo usado de la foto no es que haya tragado el humo de 20 barbacoas, es que es de carbón activo, por eso el color oscuro.