La reedición del Defender como todoterreno moderno está siendo un éxito en toda regla. Convertido por méritos propios en el modelo más vendido del fabricante JLR en todo el mundo, del Defender se venden al mes tantas unidades como se vendían del modelo antiguo en todo un año, y a un precio que en España no baja de media de los 100.000 euros, con sus consiguientes márgenes.
Disponible en distintos tamaños de carrocerías 90, 110 y 130, con hasta ocho plazas, cada Defender tiene su propia personalidad, pero esta nueva edición Defender 110 Trophy Edition llega para rememorar una de las actividades más reconocidas a nivel mundial de la marca, el legendario Camel Trophy.
Dos colores icónicos que le sientan genial al Defender
La configuración cromática del nuevo Defender Trophy recuerda a los antiguos coches del Camel Trophy
El nuevo Defender Trophy Edition llega con una propuesta estética creada para rendir homenaje al legado de Land Rover en misiones y pruebas de exploración.
Está disponible exclusivamente en dos colores icónicos, Deep Sandglow Yellow y Keswick Green, esta edición evoca momentos clave en la historia del Defender.
El primero reinterpreta el tono arena que lucieron los Defender en competiciones internacionales como el Camel Trophy, mientras que el segundo rinde homenaje al verde que simboliza, según nos dicen, la exploración rural británica, cuna del modelo.
Ambos acabados pueden combinarse con una película protectora mate opcional, ideal para mantener la pintura original en buen estado durante su uso en el campo. Esta película protectora cambia ligeramente el aspecto del coche, pero es un elemento muy recomendable si lo vas a sacar del asfalto para cumplir con su cometido.
Visualmente, el Trophy Edition se distingue por múltiples elementos acabados en Gloss Black que aportan contraste y robustez: capó, parte baja de la carrocería, pinzas de freno, argollas de remolque y las nuevas llantas de aleación de 20 pulgadas, calzadas con neumáticos específicos para la práctica de todoterreno
Los guiños de la edición Trophy continúan con pegatinas discretas sobre el capó, los pilares C y la trasera. En el interior, destacan los estribos iluminados con la inscripción Trophy y los asientos tapizados en piel Windsor Ebony.
Pero sin duda lo que da personalidad al interior es la modura horizontal que recorre el salpicadero a lo ancho, ya que repite el color exterior y lleva las letras Defender grabadas. En los extremos hay unas tapas exclusivas grabadas a láser con el emblema de esta serie especial.
Para quienes buscan llevar la experiencia off-road al siguiente nivel, Land Rover ofrece una completa gama de accesorios opcionales. Entre ellos, un soporte de techo para expediciones, ideal para transportar equipamiento voluminoso, una escalera de techo plegable en negro, y un portaequipajes en Gloss Black, pensado para guardar objetos sucios o mojados. También están disponibles clásicas faldillas antibarro y una toma de aire elevada tipo snorkel, perfecta para filtrar el polvo en terrenos más extremos.
Las faldillas son opcionales y tienen el inconveniente de que son rígidas y eso limita un poco los ángulos de salida en todoterreno
Todo ello montado sobre la última actualización del Defender MY (Model Year por sus siglas en inglés) 2026, que incluye unas ópticas delanteras rediseñadas con un perfil más fino y luces antiniebla integradas de serie, unas nuevas ópticas traseras sin forma cóncava y con las tulipas oscurecidas, una pantalla de infoentretenimiento más grande de 13,1 pulgadas y el control de crucero adaptativo con función off road en opción.
Motor D350 de vuelta en el Defender
El Defender en esta última etapa estaba disponible solamente con tres motorizaciones: híbrida enchufable para el PHEV de 404 CV, gasolina con el motor V8 de 425 CV o la versión más vendida, la diésel con micro hibridación D250 con 250 caballos de potencia.
Pero echábamos de menos una versión diésel más potente con esa micro hibridación que le otorga además las ventajas de la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico, y esta llegará ahora con esta versión Defender Trophy ya que se fabrica únicamente con el motor D350.
Las capacidades todoterreno del Defender no encajan con lo confortable que es en carretera
Se trata de un bloque de seis cilindros en línea con tres litros de cubicaje, capaz de desarrollar 350 CV de potencia. Un motor magnífico para este coche ya que gracias a su enorme par de 650 Nm disponibles desde solo 1.500 RPM, puede mover las casi dos toneladas y media de este modelo con bastante más facilidad que otras versiones menos potentes.
Al volante del Defender Trophy
Para poner a prueba las capacidades del Defender Trophy en campo, el día antes del comienzo del Goodwood Festival of Speed, pudimos conducir el coche mucho tiempo en una finca en Reino Unido.
Lo hicimos además simulando algunas de las pruebas a las que se tendrán que enfrentar los participantes en el Defender Trophy. Pero hoy vamos a centrarnos en el rendimiento del coche y en sus impresiones al volante.
El cofre sobre la ventanilla lateral es opcional, al igual que la base del techo metálica para poder cargar elementos para la práctica del 4x4
Desde la primera vez que probamos un Defender allá por el año 2019, nos pareció que este modelo encarnaba a la perfección el compromiso necesario entre confort de marcha y calidad de rodadura en carretera y capacidad para circular en el campo por zonas complicadas.
El Defender 110 no es un SUV de postureo. Aquí hay tracción total permanente, reductora, bloqueo de diferencial central y trasero, suspensión neumática ajustable y un arsenal tecnológico que gestiona todo de forma intuitiva. Lo mejor de todo es que el conductor puede dejar al coche hacer el trabajo o bien intervenir y ajustar cada parámetro si lo desea, y eso es algo que no podían ofrecer los antiguos Defender.
Durante nuestra ruta, alternamos diferentes tipos de terreno: una pista rápida con piedra suelta, zonas embarradas tras la lluvia, tramos de roca con escalones complicados y bajadas pronunciadas donde controlar la tracción era vital. El Defender se mostró en todo momento seguro, rotundo, capaz de pasar por sitios que a primera vista parecían imposibles y eso nos demostró que es tremendamente eficaz.
Más allá de las cifras, lo que impresiona es la suavidad con la que entrega la potencia incluso a bajo régimen, algo fundamental cuando el terreno requiere precisión milimétrica. El empuje es contundente, pero siempre progresivo, sin sobresaltos. Y aunque la potencia puede parecer excesiva para un uso rural o agrícola, en realidad permite afrontar obstáculos con aplomo y cierta tranquilidad, sabiendo que nunca va a faltar fuerza.
Modos de conducción según el terreno
Uno de los puntos fuertes del Defender es su sistema Terrain Response 2, que permite seleccionar diferentes programas según el tipo de superficie: Hierba/Gravilla/Nieve, Barro y surcos, Arena, Rocas o modo Wade para vadeo. Además, existe una configuración automática que detecta el terreno y adapta todos los sistemas sin intervención del conductor.
- En pistas rápidas con grava, el modo “Gravilla” aporta una entrega más progresiva del par y una respuesta del acelerador menos brusca. El coche se siente estable y la suspensión filtra muy bien las irregularidades.
- En zonas de barro y surcos profundos, el Defender se transforma en una bestia incansable. El modo “Barro” activa el control de tracción con mayor sensibilidad, gestionando cada rueda con inteligencia. Aquí también fue clave la altura extra que proporciona la suspensión neumática, que permite elevar la carrocería hasta 291 mm.
- En zonas de rocas y obstáculos, seleccionamos el modo “Rocas” y activamos la vista 360º con cámaras perimetrales, incluida la visión del terreno bajo el capó. El coche avanza a paso de tortuga, pero con una capacidad de tracción impresionante, casi como si cada rueda tuviera cerebro propio.
- En vadeos, aunque no cruzamos ríos profundos y más bien podríamos hablar de charcos grandes, el sistema Wade está preparado para detectar el nivel del agua y ajustar todos los parámetros para mantener el control. La capacidad de vadeo es de 900 mm, lo que coloca al Defender en la élite del todoterreno en este aspecto, aunque el OCTA eleva esa cota hasta los 1000 mm.
Qué transmite el Defender en campo
Más allá de las cifras y la tecnología, lo que más nos ha gustado es la confianza que transmite. El Defender no es un todoterreno nervioso, sino un compañero sereno que hace fácil lo difícil.
Desde el volante que por cierto es gigantesco en cuanto a diámetro del aro, la visibilidad es magnífica, el tacto de los mandos es sólido y el control total se siente desde el primer metro.
Es un coche grande y eso hace que a veces, dudes si cabe entre dos árboles o si podrá dar ese giro pronunciado al que sigue un ascenso de una pendiente en curva con poca adherencia. Pero creo después de haberlo conducido por el campo durante horas que es más capaz de lo que el 99% de la gente cree al verlo.
Es sorprendentemente ágil en maniobras complicadas gracias a su dirección precisa y a la ayuda de las cámaras. La suspensión neumática, además, es un regalo: suaviza la marcha, mejora los ángulos y permite superar obstáculos que otros no podrían gracias a sus descomunales ángulos de ataque y salida.
Todo esto se hace confortablemente, en un interior bien insonorizado, con climatización eficaz y sin apenas balanceos. Es un coche que no sacrifica el confort moderno para ser eficaz fuera del asfalto.
Conclusiones del Defender Trophy
El Defender Trophy en esta versión con carrocería 110 y motor D350 es, simplemente, uno de los mejores todoterreno del mercado. Poderoso, refinado, intuitivo y extremadamente capaz, ha heredado el espíritu del Defender original pero lo ha elevado a un nivel de sofisticación desconocido hasta ahora en el mundo 4x4, de ahí lo mucho que se esta vendiendo el modelo.
El precio del Defender Trophy Edition es de 115.850 euros en España, y se mantiene para ambos colores exteriores. Para quien necesite un vehículo robusto, cómodo como pocos en carretera y sin límites en el campo, pocas opciones hay mejores, por no decir ninguna.
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