En teoría, desde 2035, ningún coche con motor de combustión podrá venderse en Europa, incluyendo modelos híbridos con o sin enchufe. A diez años de este cacareado apagón térmico, cada vez hay más dudas de que vaya aplicarse realmente.
Los fabricantes ya han advertido que imponer esta medida supondrá el fin de la industria. Ahora se suma Alemania, la economía más fuerte de toda Europa: el recién electo canciller alemán ha pedido directamente al gobierno de la UE que elimine la prohibición de 2035.
Alemania se niega al apagón térmico y Europa claudicará, posiblemente
Friedrich Merz ha sido meridiano: "No quiero que Alemania sea uno de los países que apoya esta prohibición errónea". En una entrevista concedida a la germana NTV ha defendido que los motores térmicos siguen y seguirán siendo necesarios: "No deberíamos prohibir, sino facilitar tecnologías, ese es mi objetivo".
Por un lado, señala que los motores de gasóleo seguirán necesitándose para el transporte pesado y que sería un error que los fabricantes no pudieran seguir desarrollándolos. Para los coches, se encomienda a los combustibles sintéticos: permitirán que los gasolina y diésel sigan circulando "de forma respetuosa con el medio ambiente".
La peor crisis de la industria más fuerte. Merz, presidente del Gobierno alemán desde mayo, barre para casa: la complicada tesitura de la industria del automóvil de Alemania es su principal argumento para tumbar la prohibición.
Debido a la transición del coche eléctrico, con malas estrategias mediante, sumado a la irrupción de la feroz competencia China, la realidad hoy es que los siete gigantes del motor alemán van a fulminar 100.000 puestos de trabajo en los próximos cinco años. Su rentabilidad se tambalea: los europeos compramos más coches eléctricos que nunca, pero siguen siendo minoría. Hoy conforman el 21 % de la cuota, ampliamente superados por térmicos puros o híbridos.
Volkswagen prevé echar a la calle a unos 35.000 empleados, Audi cerca de 7.500 y Porsche alrededor de 1.900. Las firmas de componentes no se libran: ZF Friedrichshafen, uno de los principales fabricantes de transmisiones, acaba de anunciar 14.000 despidos hasta 2028. La semana pasada Bosch hizo lo propio: finalmente prescindirá de unos 18.500 trabajadores de sus divisiones de movilidad y tecnología de conducción activa. Continental despedirá a más de 10.000 empleados.
Alemania manda, Europa cede. Cuando hablamos de Alemania, también lo hacemos de Europa: es el principal motor económico de la UE. A su vez, la industria del coche es de las que más aporta: supone el 7 % del PIB europeo. Y cerca de la mitad de toda la industria automotriz europea procede de Alemania. No es por tanto un país cualquiera.
La UE ahora mismo tiene precisamente sobre la mesa la petición formal de los fabricantes europeos para retrasar, o incluso desechar, la prohibición de 2035. A finales de agosto, la patronal automovilística ACEA solicitó al gobierno comunitario que revisará los objetivos porque "en el mundo actual, simplemente ya no es factible". Mantenerlos se traducirá en el colapso de la industria. Tras una primera reunión, la Comisión Europea ha anunciado que reevaluará esta prohibición lo antes posible.
Europa ya ha cedido en anteriores ocasiones ante los fabricantes de coches. Por ejemplo retrasando la aplicación del nuevo límite de emisiones, que debería haberse aplicado desde este 2025. También pasó por el aro con la excepción de combustibles sintéticos, que abrían la puerta a que se vendieran coches gasolina más allá de 2035. Esta petición vino precisamente de Alemania que ahora, directamente, solicita que se tumbe el veto a los de combustión.
Imágenes | BMW, Porsche
En Motorpasión | No sólo Stellantis, Volkswagen también va a pausar la producción de sus coches eléctricos porque no vende los suficientes
Ver 2 comentarios