Daniel Murias
Se acabaron los nombres grandilocuentes y las pruebas en condiciones reales con clientes utilizados como conejillos de indias. China reajusta drásticamente la conducción autónoma para limitar los abusos y los accidentes.
China exigirá ahora que los sistemas de asistencia a la conducción detecten la falta de atención del conductor y se desactiven si este no responde a las advertencias, según un proyecto de normas de seguridad publicado este miércoles 17 de septiembre, y de aplicación a los coches con conducción autónoma de nivel 2.
Marketing exagerado y conducción autónoma que no es tal
En los últimos años se ha desatado una auténtica carrera por la conducción autónoma entre los fabricantes en China. Hay que reconocer que estas funcionalidades se han vuelto imprescindibles para seducir a una clientela hiperconectada y que ve en el coche una extensión de su smartphone. Y esto ha llevado a las autoridades a reforzar la supervisión de los dispositivos de asistencia a la conducción, con estas nuevas normas obligatorias, que deberían entrar en vigor en 2027.
El accidente con tres víctimas mortales de un Xiaomi SU7 en marzo que causó mucho revuelo en China probablemente haya sido el desencadenante final que llevó a las autoridades chinas a endurecer sus intenciones iniciales con respecto a la mal llamada conducción autónoma. Hasta ahora, siguiendo los pasos de Elon Musk y Tesla, muchos fabricantes no dudaban en hablar de conducción autónoma, cuando su sistema no era más que un control de crucero activo con asistente de mantenimiento de carril, es decir, una conducción autónoma de nivel 2 (L2, según la nomenclatura internacional) mejorada.
Las marcas deben ahora evitar términos como “conducción automática”, “conducción autónoma”, “conducción inteligente”, “autopilot” o “conducción inteligente avanzada” en su marketing. En su lugar, deben utilizar “conducción asistida L (número” y cumplir estrictamente las clasificaciones de los niveles de automatización. Estos son, recordemos que son cinco, y sólo los niveles 4 y 5 son considerados conducción autónoma.
El objetivo es evitar que el cliente crea que tiene un robotaxi entre manos cuando en realidad no es así. Además, para ahondar en esa idea, todas las funciones de tipo “valet”, o aparcacoches estarán prohibidas. Se acabó el coche que aparca solo o viene a recogernos solo a la puerta del centro comercial desde la plaza de aparcamiento al fondo del parking.
Varias marcas chinas habían desarrollado esta función y la utilizaban como herramienta de promoción en las redes sociales. Una función que también está presente en Tesla con el acrónimo, siguiendo el humor pueril de Elon Musk, de ASS (Autonomous Summon System).
Si un asistente de nivel 2 permite hacer que la experiencia de conducir sea más segura, también se ha visto acompañada de una serie de accidentes de tráfico atribuidos a “la insuficiencia de las capacidades de los sistemas y al uso incorrecto por parte de los conductores”, según ha indicado el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información (MIIT) en una directiva en la que se detallan una serie de requisitos de seguridad en fase de proyecto.
Ahora, tan pronto como se detecta que el conductor ha quitado las manos del volante y ha apartado la vista de la carretera, el sistema debe emitir alertas o señales acústicas. Si el conductor no reacciona, el sistema de automatización debe activar funciones de mitigación de riesgos para ayudar al conductor a detener el vehículo o desactivarse, según el proyecto de normativa desvelado este 17 de septiembre.
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