Desde hace tempo se libra una guerra que debería ser social, pero que ha acabado siendo política y bailando al son de gobierno de turno: la que se libra por el espacio peatonal en las ciudades, donde predomina el vehículo privado.
Un hilo en Twitter de un antes y después de una calle de Madrid ilustra esta tendencia: la de quitar u otorgar espacio al coche según la tendencia política.
Un experimento de 70 metros de largo
En julio de 2019, con el Ayuntamiento de Madrid bajo el mando de PP y Ciudadanos, se eliminó el espacio peatonal que el gabinete de Manuela Carmena había otorgado a una concurrida calle de Madrid, la de Galileo.
MADRID 2019
— Enrique Bordes (@comicarchitect) January 24, 2022
MADRID 2021
Twitter está lleno de ciudades fardando de la transformación verde de sus calles.
ANTES, horror cochista.
AHORA, vegetación, niños jugando.
Vamos, que van a lo fácil.
Madrid es la ÚNICA que puede hacer lo contrario.
TAKE THAT, WORLD! pic.twitter.com/n7CflgAE0s
El alcalde, José Luis Martínez Almeida, y la vicealcaldesa, Begoña Villacís, convocaron a los medios para que quedara constancia de cómo los operarios retiraban las jardineras que actuaban de 'cobijo' peatonal informal y que ocupaban 29 plazas de aparcamiento de la zona SER.
Además, dejaban en un solo carril la calle en un tramo de 70 metros. Según el Ayuntamiento, desmantelar esta iniciativa fue una medida que buscaba satisfacer las demandas de los vecinos, que se quejaban del ruido ocasionado por los peatones y por tardar más de la cuenta en aparcar.
En Google Maps aparece como "Zona peatonal experimental. Cerrado permanentemente". Un experimento con bastante revuelo que llegó hasta oídos de The New York Times.
Un estudio publicado en 2020 por la OCU y Datadista confirman una tendencia en Madrid que nada a contracorriente si la comparamos con las medidas que están llevando a cabo otras capitales europeas como París.
En él se analizan las diferencias entre el porcentaje de kilómetros de calles peatonalizadas en 15 ciudades españolas, y Madrid se queda la última con solo un 4 % junto a Palma de Mallorca:
En el polo opuesto se sitúa Bilbao, con un 20 %. Llegados a este punto merece la pena recordar cómo en 2016 Lyon sacó los coches del centro sin llegar a prohibirlos: más aparcamientos subterráneos, nuevas líneas de metro o la recuperación del tranvía fueron algunos de los ingredientes de esta exitosa receta.
Más allá del debate, las medidas anticontaminación acabarán restando de forma inevitable espacio al coche en la ciudad (es eso, o una multa de Bruselas).
Y es que en poco más de un año, muchas ciudades españolas deberán contar con una Zonas de Bajas Emisiones. Así lo exige la Ley de Cambio Climático y Transición Energético, que entró en vigor a finales de mayo de 2021.
Foto | Google Maps
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