El Gobierno, que pasa por su momento más complejo, está apurando los últimos días de 2025 para anunciar un buen puñado de medidas relativas al transporte individual (con ayudas a la compra de vehículos eléctricos) y colectivo. Así, acaba de anunciar la llegada de un abono único de transporte que costará a partir de 30 euros y que se lanzará en enero.
Es un modelo similar al que puso en marcha el Ejecutivo alemán en 2023, pero tiene varias diferencias que puede no hacerlo igual de efectivo: el precio inicial y los transportes que cubre.
En tres meses el 'Deutschlandticket' se compró 52 millones de veces: costaba 9 euros
En mayo de 2023 y bajo el mandato del canciller Olaf Scholz, nació en Alemania el llamado 'Deutschlandticket' o billete único para el transporte público. Cuando salió costaba tan solo 9 euros al mes e incluía (incluye) todos los transportes regionales y urbanos del territorio alemán, incluyendo buses, metros, ferries y trenes además de dos estaciones fronterizas como Salzburgo o Basilea.
Entre junio y agosto de 2022, los tres meses en los que costaba 9 euros, esta tarifa plana para el transporte colectivo se compró 52 millones de veces.
Un billete único que no incluye trenes interurbanos y de alta velocidad, los autobuses de larga distancia y los servicios que operan principalmente en rutas turísticas, pero que solo unos meses después de su lanzamiento un tercio de los adultos en Alemania tenía uno. A los 100 días de su implementación, ya tenía 11 millones de usuarios regulares.
Una solución de movilidad que ha funcionado muy bien a pesar de que con el tiempo la tarifa se incrementó de los 49 a los 58 euros al mes: actualmente tiene cerca de 17 millones de usuarios regulares. Sin embargo, como suele ocurrir con las conexiones de transporte en las zonas rurales, el alcance del 'Deutschlandticket' se ha quedado corto para los habitantes de estas áreas.
En España, los municipios con población inferior a 50.000 habitantes pueden no contar con transporte colectivo urbano de viajeros, por lo que también se quedarían fuera de esta medida.
A eso hay que sumar que las empresas de transporte regionales aseguran que han perdido los ingresos habituales provenientes de los billetes individuales o los pases de temporada.
¿Sirven estas medidas realmente para aparcar el coche?
Otra cuestión es si estas medidas son eficaces para sacar los coches de las ciudades. En el caso de Alemania algunos datos apuntaban a que no: según la Universidad Técnica de Múnich, aumentaron un 10 % las suscripciones a servicios de transporte público local, pero solo una quinta parte de los nuevos abonados redujo simultáneamente el uso del automóvil. Ya se ha demostrado que, pasado el efecto llamada de estas medidas, el uso del vehículo privado ha vuelto a incrementarse.
En España el modelo es muy diferente: lo primero es que el precio inicial es ya de 60 euros al mes (para los jóvenes menores de 26 años son 30 euros) y que de momento solo se incluirán los trenes de Renfe que no sean alta velocidad y los autobuses de largo recorrido, al ser todo ello competencia del Estado.
No obstante el Ejecutivo espera que las autonomías se sumen al proyecto para incluir también los metros, tranvías y autobuses urbanos de su competencia, por lo que su éxito depende de ellas.
Falta por ver si tanto el modelo alemán como el español sale a cuenta teniendo en cuenta el coste para los contribuyentes, el consiguiente ahorro derivado de la reducción de CO₂ o la mejora de la calidad de vida, pero todo apunta a que el modelo español no gozará del éxito del 'Deutschlandticket' si no se hacen mejoras en la calidad del transporte público.
Imágenes | Deutsche Bahn, Renfe, Metro Madrid, Pexels
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