Alejandra Otero
Ford se equivocó con su estrategia de coches eléctricos, pero la estocada final han sido las políticas anti cero emisiones del gobierno Trump: desde finales de septiembre eliminaron las ayudas a la compra de eléctricos puros, lo que ha supuesto una debacle en ventas de los coches con esta mecánica.
La respuesta de Ford a esta tesitura es buen ejemplo de lo que supone tal descalabro para los fabricantes. Acaba de cancelar la Ford F-150 Lightning y casi toda su nueva generación de eléctricos. Los eléctricos distan ahora aún más de ser rentables para la marca: Ford realizará un ajuste contable de 19.500 millones de dólares relacionados con la cancelación de estos proyectos y de esta pick-up eléctrica, tras solo dos años y medio en el mercado.
La F-150 eléctrica ahora tendrá motor gasolina
De este millonario ajuste, 8.500 millones corresponden a la cancelación de modelos eléctricos que tenían previsto lanzar en los próximos años. Cerca de 6.000 millones se relacionan con la disolución de su joint venture de baterías con la surcoreana SK On y, los 5.000 millones restantes, con lo que ha señalado como "gastos relacionados con el programa de eléctricos". En total, 19.500 millones de dólares.
"Cuando el mercado realmente cambió fue en los últimos meses, eso es lo que realmente nos ha impulsado a tomar la decisión", ha argumentado Jim Farley, CEO de Ford, según recoge Reuters.
Adiós a los eléctricos grandes de Ford. Este cambio de rumbo comienza con cancelar la Ford F-150 Lightning. Tras menos de tres años a la venta, esta pick-up eléctrica se despide: los días que restan de diciembre serán los últimos en los que salga de la línea de montaje. Estrenada en 2022 tuvo buena acogida en sus inicios, y hasta Ford llegó a elevar su producción para ajustar la demanda. En 2025 la F-150 Lightning ha firmado pobres números: 25.583 unidades hasta noviembre de este 2025, un menos 10 % que el año pasado que tampoco fue bueno.
Este modelo de batería será reemplazado por una versión eléctrica de autonomía de autonomía extendida que recurre a un motor gasolina para recargar la batería y que anuncia 1.125 km de rango.
Pero además, Ford matará prácticamente al completo su nueva línea de eléctricos antes de que vean la luz. Empezando por la sustituta ya planificada de la F-150 eléctrica, con código interno T3. Y toda la generación de furgonetas de batería que pretendía estrenar de aquí a 2030.
Así, sus lanzamientos eléctricos se limitarán a modelos más pequeños, que son los únicos que considera pueden salir a cuenta en términos de inversión y beneficios. Algo que ya había decidido anteriormente a esta discontinuación masiva de cero emisiones. El primer Ford cero emisiones barato, al estilo del Renault 5 E-Tech o el Citroën ë-C3, se espera llegue en 2027.
Apuesta por coches híbridos y gasolina: una necesidad para ser rentable
Además, Ford se centrará en pick-ups de gasolina y en modelos híbridos. "En lugar de gastar miles de millones más en vehículos eléctricos de gran tamaño que ya no tienen posibilidades de rentabilidad, estamos destinando ese dinero a áreas de mayor rentabilidad", señala Andrew Frick, responsable de la línea de eléctricos de la del óvalo.
La marca espera que un mix de híbridos y eléctricos de autonomía extendida suponga la mitad de su gama en 2030, frente al 17 % actual. Y pone sus esperanzas en que estas mecánicas electrificadas impulsen su crecimiento en estos próximos cinco años.
Además, las plantas de Kentucky y Michigan, donde hasta ahora fabricaba baterías para sus eléctricos, se centrará en la fabricación de sistemas de almacenamiento de energía. Un negocio de gran demanda para alimentar los centros de datos que sustentan la Inteligencia Artificial. Para Tesla esta es su línea de negocio más rentable. La china BYD asimismo están apostando por esta tecnología. Para Ford, las firmas de la República Popular son el ejemplo a seguir.
El fin de las ayudas a la compra, la estocada final para los eléctricos. Este radical cambio de rumbo es la repuesta de Ford ante la bajada de ventas de eléctricos de la mano del adiós a los incentivos de hasta 7.500 dólares para la compra de cero emisiones. Desde que la administración Trump retiró las ayudas, las ventas de eléctricos puros en EEUU han caído estrepitosamente: un 40 % en noviembre. Estas ayudas llevaban activas desde 2022 para incentivar la compra de cero emisiones.
La debacle ha ido creciendo: en octubre, Ford vendió un 25 % menos de eléctricos en comparación al año pasado. Los cero emisiones de Kia cayeron un 52 % ese mes, mientras que los de Hyundai firmaron una bajada del 71 %. Honda personificó el mayor descalabro: un 81 % menos de eléctricos.
Para los fabricantes, este cambio de rumbo es una enorme china en el zapato. Tras inversiones millonarias durante los últimos años para virar a los eléctricos puros, exigidos por unas políticas que, pocos años después, viran en la dirección opuesta. En Europa se anunció el fin de los gasolina para 2035, pero todo apunta a que van a recular y que se podrán seguir vendiendo térmicos más allá de esta fecha. EEUU directamente ha matado a los eléctricos.
Lo que se traduce en que las marcas asuman pérdidas millonarias: Ford las fijó en más de 5.000 millones de dólares en 2024 y este 2025 serán aún mayores. General Motors también ha cancelado futuros eléctricos ante este panorama, así como Stellantis. Mientras, el tiempo le da la razón a Toyota, que siempre ha apostado más por híbridos que por eléctricos.
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Imágenes | Ford, Hyundai, Administración Trump
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