España produce más energía renovable que nunca, pero la red eléctrica no da abasto para transportarla ni almacenarla: la infraestructura no ha avanzado al ritmo que debiera para aprovecharla al completo. Y esto se nota en la factura de la luz. Con más producción renovable la teoría dice que el precio debería bajar. No está siendo así.
El problema es que nuestro país se ha centrado en la instalación masiva de paneles solares o aerogeneradores, pero nuestra asignatura pendiente es reforzar la red y capacidad de almacenamiento. En definitiva, tenemos gran potencial renovable pero nuestro sistema no está preparado para gestionar tal cantidad de energía limpia.
Cuando sobra energía pero no se puede aprovechar
En julio, la producción de energía renovable en España batió un récord sin precedentes, con más de 13.850 GWh generados. Hoy por hoy, nuestro país es el segundo país europeo con mayor capacidad solar instalada: solo nos supera Alemania. En primavera, hasta el 60 % de la electricidad generada en provino del sol. Pero tal capacidad de producción se ha convertido en un problema. Y esto es clave en lo que pagamos por la luz.
Saturación y problemas de almacenamiento. La actual red eléctrica está saturada y no es capaz de utilizar toda la energía generada. Tampoco de transportarla o almacenarla para insuflarla en altos picos de demanda. Por ejemplo de noche y más si cabe en verano, con los aires acondicionados a pleno rendimiento.
Según datos de BloombergNEF, recogidos por Financial Times, en los últimos cinco años España ha destinado solo 0,30 dólares para reforzar las redes por cada dólar invertido en renovables. La media europea se sitúa en 0,70 dólares. Esto ocasiona un cuello de botella: nos topamos con más de 30 nudos calientes donde la red se satura, principalmente en Cáceres, Badajoz, Toledo y Ciudad Real. En julio, más de la mitad de los recortes de producción (curtailment) se aplicaron a la energía solar: se desperdiciaron casi 400 GWh, según publica El Español.
Más allá de la que red no puede soportar los picos de elevada producción, también tenemos déficit en almacenamiento. Es un tradicional debe de las renovables, que son intermitentes y no están disponibles en todo momento: la solar de noche no genera electricidad, mientras que por el día dispara la producción a menos de que esté muy cubierto. Eso significa que esa energía no se guarda y se pierde, quedando desaprovechada.
Factura de la luz igual de cara o más. Estas carencias afectan directamente al precio de la luz en los hogares. La producción de la solar tiene su pico al mediodía: esto provoca que en esa franja los precios sean muy bajos o incluso negativos. Pero en las casas es el periodo de menor consumo. Por el contrario, cuando cae el sol, la fotovoltaica desaparece y la eólica no siempre cubre el hueco, siendo la franja de mayor consumo entre las 19:00 las 23:00. Así, se necesita un respaldo y ese respaldo es el gas.
Esto dispara la factura, ya que el gas natural se ha encarecido en los mercados internaciones. Se añade además que desde enero ya no se aplica el IVA reducido a la factura de la electricidad, sino el máximo del 21 %. Y se ha agravado aún más este verano: las olas de calor han disparado la demanda por el uso de los aires acondicionados. En junio en España se elevó al 14 %. Situación que tensiona el sistema además: la demanda se dispara cuando las centrales nucleares y térmicas reducen su capacidad por la falta de agua en los ríos para refrigerarse.
En julio, la combinación de calor extremo, la saturación de la red y la necesidad de recurrir al gas supuso que el precio medio de la luz se situara en 164,06 €/MWh, según datos de la Red Eléctrica de España recogidos por Xataka.
¿Se está avanzando para mejorar el sistema? Tras el apagón de abril, el Consejo de Ministros aprobó el "decreto antiapagones", en el que se contemplaba tanto reforzar la luz como impulsar instalaciones de almacenamiento. Pero este Real Decreto embrionario se ha tumbado en el Congreso a finales de julio, con 183 votos en contra: se opusieron PP, Vox, Podemos, Junts, BNG y UPN. Ahora el Ejecutivo está intentando sacar adelante algunas de esas medidas a través de reformas regulatorias que no exijan la aprobación de las cámaras.
Por otro lado, en mayo el Gobierno movilizó 700 millones de euros en ayudas para proyectos de almacenamiento energético a gran escala. Según el Ejecutivo estas ayudas "contribuirán a asegurar la transformación del sistema energético para que sea más flexible, robusto y resiliente".
Avanzar en ambos aspectos, una red reforzada y mayor almacenamiento, será esencial para que nuestra energía sea realmente limpia y barata. "El problema de España no es que su auge solar haya ido demasiado rápido, sino que el Gobierno ha sido demasiado lento" argumenta para Financial Times un ejecutivo del sector energético.
Imágenes | Pexels, MITECO
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