España y otros siete países quieren que los ricos paguen más por volar: habrá tasas especiales para jets privados y billetes de primera clase

España y otros siete países quieren que los ricos paguen más por volar: habrá tasas especiales para jets privados y billetes de primera clase
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Ni todos los vuelos contaminan por igual, ni todos los pasajeros dejan la misma huella de carbono, según se ha debatido durante la Conferencia de la ONU sobre Financiación del Desarrollo celebrada estos días en Sevilla. 

Por eso, Francia, España y otros seis países han propuesto meter impuestos adicionales a los jets privados y a quienes viajen en primera clase. La idea es que quienes más contaminan al volar en lugar de usar otros medios de transporte alternativo, paguen más. 

Avión privado y primera clase: el nuevo objetivo contra el cambio climático

El sector aéreo representa alrededor del 2,5 % de las emisiones globales de CO₂, pero ese dato se queda corto si nos fijamos en los vuelos privados. Según datos publicados durante la cumbre de Sevilla, el 1 % de los pasajeros más ricos contamina más que el 50 % de toda la aviación comercial.

En este sentido, los jets privados tienen gran parte de culpa: sus emisiones han crecido un 46 % entre 2019 y 2023, y en países como España los vuelos de este tipo se han disparado un 74 % en solo un año, según un estudio de Greenpeace publicado en 2023.

Ante este escenario, una nueva coalición liderada por Francia y España, y formada también por Kenia, Benín, Sierra Leona, Somalia, Barbados y Antigua y Barbuda, ha decidido pasar a la acción, con el objetivo de imponer tasas específicas a los billetes de primera clase y a los aviones privados, empezando por sus respectivos territorios y buscando después una armonización fiscal global que implique a más países.

Una polémica propuesta que, sin duda, podría marcar un antes y un después en la fiscalidad del transporte aéreo a nivel global.

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Durante el anuncio oficial, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, aseguró que esta medida busca una "mayor contribución del sector de la aviación a las transiciones justas y la resiliencia climática", con especial atención a los pasajeros de más alto poder adquisitivo. En paralelo, el presidente francés Emmanuel Macron subrayó que “la fiscalidad verde” es clave para frenar la desigualdad en la responsabilidad ambiental: “no puede haber un esfuerzo climático a dos velocidades”.

La medida, presentada bajo el paraguas de la Plataforma de Acción de Sevilla (SPA) y del Pacto por la Prosperidad, las Personas y el Planeta (4P), se apoyará también en el trabajo previo de la COP28 y la hoja de ruta hacia la próxima COP30. Según el comunicado del Ejecutivo francés, la idea es que los ingresos recaudados se destinen a proyectos de resiliencia climática y transición ecológica justa, especialmente en países en vías de desarrollo.

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A nivel europeo, la iniciativa cuenta con el respaldo técnico de la Comisión Europea, que ve en esta propuesta una forma de incentivar una tributación más justa y coherente con los objetivos climáticos del continente.

Desde organizaciones ecologistas como Greenpeace aplauden la medida: “Volar es la forma más elitista y contaminante de moverse. Que los grandes consumidores de este sector poco regulado paguen su parte es un paso esencial”, afirmaron en un comunicado. Y todo apunta a que esta vez el mensaje ha calado: hasta el PSOE, que en mayo votó en contra de una tasa similar en el Congreso, ha cambiado su postura en cuestión de semanas.

De momento, esta coalición quiere sumar más países a la causa y desarrollar un marco fiscal común que incluya no solo impuestos nacionales, sino posibles tasas globales a través de organismos como la OACI (Organización de Aviación Civil Internacional). Queda por ver cuántos países se suben a este vuelo.

Imágenes | Unsplash

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