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Tu padre ha influido más en cómo conduces de lo que tú piensas

Tu padre ha influido más en cómo conduces de lo que tú piensas
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¿Cuándo ha sido la última vez que has escuchado eso de que “todo se hereda menos la hermosura”? Seguramente no hace mucho tiempo, mientras hacías algo que recordaba a alguno de tus progenitores.

Gran parte de nuestros comportamientos son heredados o mejor dicho, son fruto de nuestra imitación de otros modelos que consideramos correctos, y el hecho de conducir no se escapa de esa realidad.

Conducir es una mezcla de los conocimientos que adquirimos con el paso del tiempo, las destrezas que vamos desarrollando y nuestra actitud ante la conducción. Todo esto lo vamos adquiriendo con el paso del tiempo, y ni mucho menos sucede de un día para otro.

Acuérdate de la primera vez que te sentaste a los mandos de un volante, ¿era la primera vez que montabas en un coche? Seguro que no, antes ya habías pasado por lo menos 18 años viendo desde el asiento trasero como se comportaban tu padre o tu madre.

padre hijo

En esos años has aprendido muchas cosas, y por desgracia es probable que no todas fueran buenas. Si nuestros padres lo hacen, en principio estará bien —es lo que se le pasa por la cabeza a un niño- haz memoria, seguro que todo esto te suena de algo. Piensa en cualquier manía que tengas mientras conduces, ¿has visto antes a alguien hacer exactamente lo mismo?

El aprendizaje vicario o aprendizaje por modelos

En los primeros años de nuestras vidas, los padres y educadores serán los modelos básicos a imitar. El hecho de observar lo que hacen los demás y las consecuencias que tienen sus comportamientos provocan que nosotros mismos repitamos o evitemos esas conductas.

Desde niños aprendemos mientras vemos a otras personas. Esta es la base del aprendizaje vicario, que observamos a otros y los imitamos.

En los años 60, el psicólogo canadiense Albert Bandura, realizó un experimento en el que relacionaba comportamientos y agresividad. En el experimento un grupo de niños observaba un video en el que veían como algunos adultos de dedicaban a golpear un muñeco, otro grupo de niños no vio ese video.

EL APRENDIZAJE POR MODELOS TIENE ASPECTOS POSITIVOS PERO TAMBIÉN LOS TIENE NEGATIVOS

Posteriormente se dejó que los niños pasaran de uno a uno en la sala donde estaba el muñeco para observar como interactuaban con él. Los niños que habían visto el video anteriormente, le pegaban auténticas palizas al muñeco, mientras que los que no lo habían visto sencillamente jugaban con él.

¿Resulta curioso verdad? Piensa que por ese mismo experimento hemos pasado prácticamente todos los conductores. Así que ya lo sabes si tu forma de conducir es agresiva seguramente lo hayas visto antes, y si por el contrario eres respetuoso al volante tu padre o tu madre tienen mucho que ver con que te comportes de esa forma.

Dejemos enseñar a los profesionales

El refuerzo negativo es la peor forma de aprender. Contesta sinceramente a esta pregunta: ¿Qué tal conduces cuando llevas a tu padre de copiloto?

Cuando él está en el asiento de al lado, da igual que seas el mejor conductor o conductora del mundo, él no dejará de mirar por el espejo retrovisor y algunas veces hasta pegará pisotones al suelo tratando de frenar el coche. Las clases particulares de conducción padre-hijo, para bajar la factura de la autoescuela no son siempre una buena inversión; por no decir que son ilegales.

padre hijo

Como todo en la vida la enseñanza debe ser profesional y no todos los padres o madres de este país tienen el título de profesor de autoescuela. La paciencia, la pedagogía y la metodología son muy importantes para un correcto aprendizaje del alumno.

Una mala experiencia al volante en las etapas iniciales puede desencadenar en una fobia, como el miedo a conducir o Amaxofobia que algunos conductores padecen. Invertir en aprender a conducir bien, es invertir en seguridad, y teniendo en cuenta que seguramente conduciremos el resto de nuestra vida, vale la pena hacerlo bien.

La familia, clave en la educación vial

LOS MENSAJES CONTRADICTORIOS GENERAN INSEGURIDAD Y DESCONFIANZA EN LOS MÁS PEQUEÑOS

Si te dedicas a la enseñanza o tienes alguien cercano que lo haga, seguramente te suene aquello de que “todo lo que enseñamos en el cole, en casa lo desaprenden”, es decir, lo olvidan, o lo que es peor acaban actuando de forma completamente contraria a lo que buscan los profesores.

La Educación Vial está cada vez está más implantada en los currículos escolares de los colegios. Además, profesores, policías locales y otras entidades se esfuerzan para que al igual que ocurre con las escuelas de conducción, los escolares adquieran hábitos y conductas responsables en relación con el tráfico.

La función de las familias debe ser acorde con lo aprendido en los colegios y suponer un complemento eficaz, de esta forma los menores podrán asentar esos conocimientos y ponerlos en práctica.

Un niño que está acostumbrado a sentarse en su sillita cuando va en el coche o cruzar correctamente las calles, cuando sea adolescente se pondrá el casco en la bici, cuando sea joven no conducirá si ha bebido alcohol y cuando sea adulto respetará las normas de tráfico. La Educación Vial no se adquiere de un día para otro.

Fotos/vídeo: Istock, Pequevial

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