La fábrica de deportivos de Toyota es un núcleo de resistencia contra los robots: los maestros takumi montan a mano cada coche

La fábrica de deportivos de Toyota es un núcleo de resistencia contra los robots: los maestros takumi montan a mano cada coche
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La fábrica GR de Toyota, ubicada en las instalaciones de la marca en Motomachi (Japón), es mucho más que una simple planta de montaje. Aquí nacen coches como el GR Yaris y el GR Corolla en un entorno que parece más un taller de un equipo de competición que una planta industrial al uso.

Desde simuladores de carreras para los empleados hasta métodos de ensamblaje artesanales, todo está pensado para fabricar coches con alma y mantener la motivación del equipo tan alta como el régimen de giro de sus motores. A juzgar por el resultado, no parece mal método.

Un lugar donde se fabrican coches... como si fueran coches de carreras

La fábrica GR de Toyota no es una fábrica cualquiera. Situada en Motomachi, uno de los epicentros históricos de la producción de la marca, esta planta es el santuario donde se ensamblan a mano los Toyota GR Yaris, GR Corolla y las versiones más radicales del Yaris GRMN.

Y decimos “santuario” porque en ella se respira algo especial: no hay líneas de producción al uso ni un ejército de robots invadiéndolo todo, sino cientos de trabajadores cualificados o maestros takumi con más de 60.000 horas de experiencia, que montan cada unidad con precisión casi quirúrgica.

Aquí se prioriza el control humano sobre la automatización, lo que permite un nivel de ajuste y personalización impensable en una línea de montaje de una planta convencional. Por ejemplo, las carrocerías se montan sobre el conjunto motor-transmisión y no al revés, lo que ayuda a evitar deformaciones y asegura un ensamblaje perfecto.

Simulador

Además, Toyota mide y ajusta individualmente componentes clave como los discos de freno o los amortiguadores, entre otros, con el objetivo de que cada coche tenga la mejor puesta a punto posible desde fábrica.

Esta filosofía de bajo volumen pero alta precisión recuerda más a la de marcas como McLaren en Woking o Koenigsegg en Ängelholm que a la de una marca generalista. La planta japonesa incluso permite visitas a los propietarios para que vean con sus propios ojos cómo se fabrica “su” coche, algo que pocas marcas ofrecen (al menos, fuera de China).

Y para mantener la motivación como el primer día, cada empleado lleva un uniforme personalizado de Gazoo Racing y cuenta con espacios de descanso dignos del mejor paddock: cocina y una gran sala de descanso con sofás reclinables y televisión y, cómo no, un simulador de carreras profesional con asiento tipo bucket, volante Fanatec y pantalón como el que usan los pilotos.

Esta forma tan particular de construir coches capaces de sacarnos la sonrisa no se quedará en Japón, pues Toyota ya ha confirmado que en 2026 abrirá una segunda fábrica GR en Derbyshire (Reino Unido) para producir más unidades del GR Corolla. Mientras tanto, Motomachi seguirá siendo el corazón artesanal de una división que nació para demostrar que la emoción también se fabrica.

Imágenes | Toyota Gazoo Racing

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