Un nuevo coche de la colección de Paul Walker sale a subasta. Y se trata nada más y nada menos que de un exclusivo Shelby 427 Cobra clásico, pero de los concebidos en la década de los 90 bajo el programa de continuación de Shelby American. Y como este de Walker que ahora busca nuevo dueño solo se concibieron dos.
Es Mecum Auctions quien lo pone a disposición del mejor postor, aunque sin indicar precio de reserva. Y es una de las más destacadas joyas que se subastan en Glendale entre el 18 y el 20 de marzo, donde se ofrecerán 1.200 coches. Todo un homenaje, pues precisamente esta fue la ciudad californiana que vio nacer al actor.
Este Shelby 427 Cobra se suma a otros automóviles pertenecientes al fallecido protagonista de la saga 'Fast & Furious' que se han vendido a golpe de mazo en los últimos tiempos: por ejemplo, uno de los pocos Ford Mustang Boss 429 producidos, así como hasta 19 coches de su extensa colección privada, entre los que se destacaban cinco BMW M3 E36 Lightweight o el Nissan 370Z de 'Fast & Furious 5'.
"El culo de Ferrari es mío"
Si bien se indica que este modelo es un Shelby 427 Cobra de 1965, en realidad fue concebido a finales de los años 90. Se trata de uno de los 14 modelos de la serie CSX1000 de continuación: es decir, réplicas modernas oficiales de la firma norteamericana, siendo el de Walker el décimo con número de bastidor CSX1010.
Pero además, el del actor es aún más exclusivo, pues se trata de uno de los dos automóviles con denominación "FAM" que se fabricaron dentro de esta serie. Siglas que forman el acrónimo de "Ferrari's Ass is Mine" y que se traduce al castellano como "el culo de Ferrari es mío".
Esta denominación hace alusión a la legendaria rivalidad entre Ferrari y Ford en las carreras y se traduce en este Shelby Cobra en detalles únicos que le distinguen del resto de su hermanos.
Así este Cobra de Walker viste su carrocería de aluminio laminado a mano por AC Cars en rojo Rosso Corsa, también conocido popularmente como rojo Ferrari. Una tonalidad que se combina con la tapicería en cuero marrón del habitáculo, una configuración habitual de los deportivos de la casa italiana.
Además también cuenta con emblemas de la serie FAM, volante clásico idéntico al original o unas preciosas llantas de 15 pulgadas de estilo Halibrand.
El corazón que da vida a este delicioso roadster es un bloque Shelby V8 de 558 CV, que va gestionado por un cambio manual Tremec de cinco relaciones y que transmite toda su fuerza al eje trasero. En el menú también encontramos una suspensión independiente trasera y delantera, unos frenos Wilwood con pinzas Shelby o una barra antivuelco en acero inoxidable.
Y por lo que se aprecia en las fotos está en perfecto estado, como si los años no hubiesen pasado para este Cobra que, más allá de su ilustre propietario, es una perfecta pieza de coleccionista. ¿Qué astronómica cifra alcanzará cuando baje el mazo?
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