El “trío calavera” está en estos momentos en Carolina del Norte (EEUU) para rodar un episodio que promete ser pornografía de la buena. Han sido sorprendidos en Blue Ridge con todo el equipo de grabación. Jeremy Clarkson ha elegido el Mercedes SLS AMG, y eso que Mr Clarkson no es un devoto de la marca de la estrella.
Richard Hammond se ha decantado por el Porsche 911 GT3 RS, y James May “aka Captain Slow” se mueve en el Ferrari 458 Italia. De lo más selecto en supercoches de Europa Continental, ¿cuál creéis que será el vencedor de este duelo? ¿Estará algún Stig o pasarán del tema? Esos son algunos de los interrogantes.
Para quien se pierda con las cifras… el 911 GT3 RS eroga 450 CV, el 458 Italia 570 CV y el SLS AMG se conforma con la misma potencia que el italiano. Todos son atmosféricos y llevan motores bastante gordos. Ojo, que nadie crea que el Porsche está en inferioridad de condiciones, recordad que es un “carreras cliente”.
En la Web oficial del programa podemos ver en estático las impresiones de los tres presentadores (con otras unidades), y empiezo por Jeremy Clarkson por ser el más controvertido. No le gustan las puertas de alas de gaviota, las ve ridículas. Es más, dice textualmente “si tienes un coche con puertas que abren hacia arriba, tendrás menos sexo”. Los demás nos podemos dar con un canto en los dientes.
Admite que el coche le gusta “más que sus miembros”, pero lo acusa de ser demasiado incómodo y tablón, que es ruidoso, que para qué poner la cobertura del motor en fibra de carbono, que conducirlo es parecido al carro de Ben Hur, que si se nos va en curva con el ruido del motor nadie nos oirá gritar… pero le sigue gustando.
Pasamos a “Captain Slow”, que ha sido propietario de un F430 y considera que el 458 Italia es mejor en todos los sentidos. Es como comparar la televisión normal con la de alta definición, es lo mismo que ya conocía, pero todo con más precisión, más definición… más resolución si nos ponemos informáticos.
Richard Hammond tiene un favorito en la marca de Stuttgart, y no es otro que el 911 GT3 RS. No lo considera un 911 para todos los públicos, debido a sus “incomodidades” y entre otras cosas, que controlar su dirección es lo más parecido a hacer de domador de leones en el circo.
Hammond cree que no se puede hablar de un 911 sin ser entusiasta, y que no se puede convencer a un fanático de este coche que no es bueno, lo compara con decir que a una persona no le gusta el tenis, cuando realmente sí le gusta. Y todo esto tiene un sentido que comprendo con empatía.
Solo he conducido un 911 en mi vida, algo más descafeinado, el 911 Carrera 4S Cabrio. Apenas estuve al volante tres cuartos de hora, pero tuvieron una intensidad nunca antes percibida por el menda. Cuando uno conduce un coche así, entiende el precio que tiene y la leyenda que se ha forjado. Vamos, palabras mayores, perfecta precisión alemana.
La verdad, me han dado muchas ganas de ver este episodio en particular, y os admito que no soy ningún forofo de la serie, a veces el humor inglés es demasiado para mi paladar. Próximamente en la BBC...