Hace unos días, aprovechando una presentación de la que próximamente os contaré más, tuvimos nuestro primer contacto con el único Audi que se fabrica en nuestro país, si exceptuamos al “SEAT” Exeo. Hacer el viaje de ida y vuelta de Barcelona a Soldeu (Andorra), unos 190 km por trayecto, ha sido una ocasión francamente buena para conocer este modelo.
A pesar de que el Audi Q3 está disponible en España desde un poco antes del verano, y que las primeras unidades se entregaron a los clientes en noviembre, todavía no habíamos tenido ocasión de probarlo.
Lo primero que tengo que decir es que me ha resultado un coche muy satisfactorio, y creo sinceramente que debemos estar orgullosos de que en España se fabriquen automóviles con esta calidad, reafirmando nuestro buen hacer en la producción de coches, exportando al extranjero en torno al 90% de lo que fabricamos.
Fabricado en Martorell
Coche alemán, diseño alemán… pero made in Spain. El Audi Q3 se fabrica en la factoría de SEAT de Martorell, en la provincia de Barcelona. Si tenéis tiempo, hay un vídeo de cuarto de hora en el que se detalla el proceso. El Q3 es un todocamino deportivo compacto. Mide 4,39 m de largo (2,60 m entre ejes), 1,83 m de ancho y 1,60 m de alto. No es un todocamino muy alto, y tampoco deja mucha altura libre al suelo, solo 17 cm.
Lo bueno de esto es que tiene un coeficiente de resistencia aerodinámica de 0,32, bastante bueno para este tipo de coche, pero no tiene la misma capacidad de enfrentarse a caminos de tierra con grandes baches e irregularidades. Es un coche pensado algo más para asfalto que para tierra.
En la propia carrocería se nota el intento de asemejarse a una especie de todocamino-coupé algo más aerodinámico al descender marcadamente la parte posterior del techo, y lo tendida que está la luneta y del portón. Tiene cinco puertas y cinco plazas.
Los faros delanteros incorporan luces de marcha diurna de ledes, que también se emplean en los pilotos posteriores para las luces de posición, freno e intermitentes. Los faros de xenón, que montaban las unidades de la prueba, son opcionales con sobreprecio. Las llantas de aleación de 18 pulgadas también lo son, así como el techo solar de vidrio.
En varias partes del Audi Q3 se emplea aluminio, como por ejemplo el capó del motor, el portón trasero o el subchasis delantero, entre otros. El Q3 con el motor 2.0 TDI 140 CV pesa en vacío 1.520 kg.
Interior de acabado excelente
Nadie debería sorprenderse de que la calidad de acabado sea sobresaliente, desde luego se paga por ello (las unidades de la prueba pasaban de los 45.000 euros con los extras). La calidad visual es excelente, con texturas muy cuidadas, ajustes impecables y tacto de botones sólido y agradable. No se abusa de elementos de plástico negro brillante, y sí hay muchos elementos decorativos en aluminio pulido (que no cromo) de aspecto equilibrado entre lo elegante y lo deportivo.
Hay disponibles los tradicionales tres acabados de Audi: Advance (el más económico), Ambiente y Ambition. En el acabado Ambiente existen tres colores interiores, negro, gris y beige. Las inserciones decorativas en el salpicadero y en las puertas pueden ser varios tipos de aluminio o varios tipos de madera.
En las fotos podéis ver un Audi Q3 con interior en gris, con tapiceria de cuero e inserciones de madera de alerce marrón oscuro. No me suele entusiasmar mucho la madera, y menos si el coche tiene cierto toque deportivo, pero esta madera en acabado satinado, de color casi negro y con una marcada textura de la veta de la madera, en mi opinión no quedaba nada mal. La tapicería tan clara tiene el inconveniente de no ser muy sufrida frente a las manchas.
Así mismo se puede personalizar con el paquete deportivo S line, que modifica elementos tanto del exterior como del interior, y con colores y tapicerías de cuero individuales de Audi exclusive. La unidad de la prueba llevaba iluminación interior de leds, que también es opcional, para la luz del habitáculo y las luces de cortesía de los espejos de los parasoles, así como en los tiradores de las puertas, en los huecos para objetos y en el anillo perimetral de los altavoces.
El volante tiene un tacto muy agradable, en cuero muy suave, pero me hubiera gustado que la parte central donde se sujeta habitualmente, fuera de cuero perforado para que transpiren mejor las manos. Es de sección ovalada como en tantos otros modelos del grupo VAG. Se regula en altura y profundidad.
El cuadro de instrumentos es muy claro, sencillo y legible. Impecable. A mí me gusta que los botones y mandos de las diferentes funciones estén bien ordenados y agrupados por temática, en este Audi están así, sin embargo los mandos del climatizador me han parecido que estaban en una posición muy baja en la consola central, parcialmente ocultos por la palanca de cambio, lo cual obliga a apartar bastante la vista de la carretera.
Subir y bajar del coche es cómodo, ya que ni es muy alto ni muy bajo. La posición de conducción es buena, ligeramente elevada, similar a la de un monovolumen. Los asientos son cómodos, y con acolchado firme. En la unidad de prueba tenían regulación eléctrica.
El apoyo lumbar, regulable, es bueno y tirando a duro. La sujeción lateral es correcta, pero con una tapicería integral en cuero uno puede “resbalarse” un poco en ciertos momentos. Me gustó más la tapicería de cuero y alcántara de la otra unidad que probé, que además eran más deportivos y sujetaban un poco más.
El espacio interior delante es amplio, tanto en anchura como en altura, sin embargo no puedo decir lo mismo de las plazas traseras. Para empezar es un coche más para cuatro ocupantes que para cinco, debido a lo poco cómoda que es la plaza central trasera a causa del puente central.
El acceso a las plazas traseras no es muy bueno porque la puerta no es muy grande y tampoco abre demasiado, dejando un espacio entre el montante y el asiento más bien justo (quien tenga los pies grandes encontrará tantos más problemas). Una vez dentro la altura libre es bastante correcta, incluso si se es alto, pero el espacio para las piernas y pies es muy justo. Aún así se va razonablemente cómodo.
El maletero también es correcto, tiene 460 litros de volumen y unas formas muy regulares. Con el equipo de sonido especial Surround de BOSE, se monta un subwoofer en el maletero que hace que la base del mismo se eleve unos centímetros restando capacidad. El borde de carga queda un poco alto.
Los motores del Audi Q3
El Audi Q3 puede montar cuatro motores diferentes, dos gasolina y dos diésel, todos de cuatro cilindros en línea y dos litros, con inyección directa por common-rail y turboalimentación.
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2.0 TFSI 170 CV (280 Nm), solo con cambio manual de seis velocidades y tracción integral quattro. De 0 a 100 km/h en 8,2 s y un consumo combinado en ciclo europeo de 7,3 l/100 km (174 g/km de CO?)
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2.0 TFSI 211 CV (300 Nm), solo con cambio automático de doble embrague S tronic de siete velocidades y tracción quattro. De 0 a 100 km/h en 6,9 s y un consumo combinado de 7,7 l/100 km (179 g/km de CO?)
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2.0 TDI 140 CV (320 Nm), solo con cambio manual de seis velocidades, disponible con tracción delantera o tracción quattro. De 0 a 100 km/h en 9,9 s y 5,2 l/100 km de consumo combinado (138 g/km de CO?)
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2.0 TDI 177 CV (380 Nm), solo con cambio S tronic y tracción quattro. De 0 a 100 km en 8,2 s y un consumo combinado de 5,9 l/100 km (156 g/km de CO?)
Al volante
Tuve ocasión de hacer muchos kilómetros con un Audi Q3 quattro TDI de 177 CV con cambio S tronic. El ruido del motor está muy amortiguado y apenas se nota el ronroneo diésel. La insonorización del habitáculo es sobresaliente, y tampoco llega mucho ruido aerodinámico ni de rodadura (el de rodadura está muy contenido, más que el debido al aire).
Las suspensión es muy equilibrada, ni dura ni blanda (quizás ligeramente firme), filtra muy bien los baches, pero contiene también muy bien los movimientos de la carrocería. Transmite mucho aplomo, seguridad y estabilidad, y permite conducir con agilidad en las curvas. La dirección es precisa, pero para mi gusto algo blanda. El tacto del freno es muy bueno.
El motor reacciona muy bien, y se nota que tiene mucho par motor desde pocas vueltas, tanto como para incluso provocar algún leve tirón en el cambio si se es un poco brusco con el acelerador (y un poco sensitivo). Fuimos hacia Andorra en el diésel, siendo más bien subida, y no teniendo mucho cuidado de hacer una conducción de bajo consumo, nos hizo un consumo según computadora de 7,8 l/100 km. Tanto en diésel como en gasolina se incorpora sistema start-stop para reducir el consumo.
Se nota un comportamiento bastante diferente del cambio entre las posiciones “D” (la normal) y “S” (deportiva), tanto en el TDI como en el TFSI. La posición “D” podría decirse que es una posición Eco para buscar el consumo más bajo. La caja cambia a una marcha más alta lo antes posible y tarda mucho en bajar a una marcha más corta, para que el motor se mantenga en un régimen de giro bajo.
Por ejemplo a 120 m/h el motor gira en séptima velocidad a unas 2.050 vueltas. Reduciendo la velocidad mantenía la séptima hasta caer a unas 1.350 rpm. En esta posición el motor apenas retiene al dejar ir el coche sin acelerar.
El acelerador dispone de kickdown, pero en el modo “D” la reacción al pisar a fondo el acelerador es algo más lenta, se nota una ligera demora hasta que la caja baja un par de marchas para dar el máximo de aceleración.
Sin embargo en la posición “S” el cambio es más rápido, la reacción al acelerador es más instantánea, y la caja tarda más en subir de marcha, haciendo que el motor suba más de vueltas y tener así más aceleración. Para ir igualmente a 120 km/h la caja podía mantener incluso quinta (y no subir a séptima como en la posición “D”). En S el motor retiene más.
Además está el modo secuencial, para cuando el conductor prefiera decidir por él mismo qué marcha insertar. No hubiera estado mal disponer de levas de cambio en el volante para disfrutar más de este modo, que es opcional y no es muy caro.
El Audi Q3 quattro TFSI de 211 CV con cambio S tronic es una delicia. Diría que es algo más silencioso que el TDI (aunque puede que sea solo la percepción por no notar ni el más mínimo ronroneo, ni la más mínima vibración).
Es muy suave y progresivo, aunque tiene potencia y fuerza para moverse muy rápido y con contundente agilidad. Como la entrega de par no se produce tan de golpe, el cambio resulta todavía más suave, siendo más complicado notar tirones. El motor además estira hasta algo más de las 6.000 vueltas con un sonido muy agradable.
El TFSI lo condujimos en la vuelta hasta Barcelona, así que fue más bien bajada y llanear. La computadora nos indicó un consumo de 7,8 l/100 km, como el TDI. Hay que tener presente que si hubiéramos llevado este coche en la subida a los Pirineos el consumo habría sido seguramente más elevado.
Habría que hacer una prueba comparativa de consumo entre el diésel y el gasolina en condiciones más igualadas, pero debo reconocer que el TFSI de 211 CV me gustó mucho.
Quien pueda permitirse gastar unos 45.000 euros en un coche (se dice pronto pero ya es dinero), y desee un modelo compacto y versátil, válido para ciudad, autopista, conducción rápida, salir a un camino o subir a la nieve, con un tacto y conducción muy refinados, y un comportamiento intachable, debería tener en cuenta este Audi Q3. Y como os dije al principio, sentirse orgulloso de que un coche tan bien hecho esté fabricado aquí.
El coche para esta prueba ha sido prestado por Audi España. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.
Vídeo | YouTube (Audi)
Fotografías | Pablo Ibáñez