A principios de los 90, el Honda NSX cambió las reglas del juego. Era una leyenda viva que podía mirar de tú a tú a Ferrari: ligero, fiable y tan preciso como un bisturí. Y fue así porque Ayrton Senna participó personalmente en su desarrollo, ayudando a Honda a afinar su chasis y comportamiento dinámico hasta niveles inéditos para un coche de calle.
Más de tres décadas después, el mito renace de la mano de JAS Motorsport y Pininfarina, que han unido fuerzas para reinterpretarlo con la tecnología actual y un respeto absoluto por su ADN original. El resultado será un restomod artesanal, con carrocería íntegramente en fibra de carbono, motor V6 atmosférico y cambio manual. Todo un homenaje a uno de los deportivos más influyentes de todos los tiempos.
De las pistas al asfalto: el primer coche de carretera de JAS Motorsport
JAS Motorsport, el equipo italiano con más de 900 victorias en competición internacional y socio oficial de Honda desde 1998, ha decidido dar el salto a los coches de carretera. Y su estreno no podía tener un símbolo más potente: el NSX, el modelo que en su día demostró que la ingeniería japonesa podía rivalizar con la pasión italiana.
El proyecto, presentado oficialmente este mismo mes, avanza según lo previsto. La presentación mundial está programada para la primera mitad de 2026, y la producción será ultralimitada, ensamblada a mano en el Atelier de JAS Motorsport en Arluno (Milán). Cada unidad partirá de un NSX original de los 90, restaurado y reconfigurado con especificaciones modernas.
Un mito nacido en 1984: de Pininfarina al sueño de Senna
La historia del NSX comienza en 1984, cuando Honda presentó el prototipo HP-X (Honda Pininfarina eXperimental) en el Salón de Turín. Aquel diseño, firmado por Pininfarina, ya llevaba la receta ganadora: un deportivo con motor V6 central, ligero, con alma de competición, pero pensado para usarse a diario.
El desarrollo definitivo arrancó poco después bajo la dirección del ingeniero Shigeru Uehara, también creador del S2000. El equipo experimentó con hasta 20 configuraciones mecánicas distintas antes de dar con la definitiva. Para contener el peso, el NSX se convirtió en el primer coche de producción con chasis y carrocería de aluminio, una decisión que disparó los costes pero lo dejó en apenas 1.350 kg, más ligero que cualquier rival europeo.
Honda quería crear un coche capaz de bajar del pedestal al Porsche 911 y poner nervioso a Ferrari. Y lo logró. En los últimos compases del desarrollo, Ayrton Senna fue invitado a afinar su chasis en el circuito de Suzuka, y más tarde en Nürburgring. Sus observaciones llevaron a endurecer el bastidor y ajustar la suspensión, dando al NSX esa precisión que lo convirtió en leyenda.
El NSX original: ingeniería japonesa al servicio de la emoción
El Honda NSX de 1990 fue una revolución técnica. Equipaba un V6 DOHC VTEC de 2.977 cm³ con 270 CV y 284 Nm, asociado a un cambio manual de cinco velocidades. Aceleraba de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos y alcanzaba 270 km/h, cifras que rivalizaban con los Ferrari y Porsche de su época.
No tardó en ser reconocido por la prensa: Motor Trend lo calificó en 1991 como “el mejor coche deportivo jamás construido”. En 1992, llegó el NSX Type R, una versión radical para el mercado japonés, con 100 kg menos, suspensiones más firmes y sin dirección asistida ni aislamiento. Se fabricaron solo 483 unidades.
Su evolución continuó hasta 2005, con el NSX-R GT, una serie especial de sólo cinco ejemplares, y un restyling en 2001 que eliminó los faros escamoteables. El NSX cerró su primera era como un mito: un coche que unía la pureza mecánica de un Ferrari con la fiabilidad de un Honda. Tras el cese de producción en 2005, el NSX desapareció durante más de una década, pero Honda no abandonó la idea de revivirlo.
En 2016, presentó la segunda generación del NSX, esta vez como un superdeportivo híbrido, que combinaba un V6 biturbo de 3.5 litros con tres motores eléctricos (uno en el eje trasero y dos en el delantero), desarrollando un total de 581 CV y con tracción total. Su desarrollo contó con la colaboración de Fernando Alonso, igual que Senna lo hizo con el original.
Aunque su planteamiento fue mucho más avanzado y sofisticado, la esencia cambió: ya no era aquel deportivo ligero y directo que enamoró en los 90, sino un escaparate de ingeniería. En 2022, Honda anunció el final de su producción, cerrando una etapa y dejando espacio para un posible futuro eléctrico.
Del mito a la reinterpretación: Pininfarina retoma su obra maestra
Cuarenta años después del primer prototipo que anticipaba la leyenda, Pininfarina vuelve a vestir al NSX. Y lo hace con la misma filosofía: ligereza, equilibrio y conexión directa entre coche y conductor. El diseño mantiene rasgos icónicos como faros escamoteables, cúpula negra y alerón tipo arco, pero con una carrocería nueva de fibra de carbono, más ancha y aerodinámica.
Las tomas laterales son mayores, el capó incorpora una rejilla inspirada en el NSX-R y la zaga adopta un difusor funcional. La postura del coche ahora es más ancha y equilibrada, con proporciones más modernas pero inconfundiblemente NSX.
Nada de electrificación ni sobrealimentación. Este nuevo NSX mantiene el motor V6 atmosférico, reingenierizado para ofrecer más potencia, par y respuesta. Aunque JAS no ha confirmado si la base será el C30A de 3.0 litros o el C32B de 3.2, se espera que la potencia supere ampliamente los 270 CV del modelo original.
Un V6 atmosférico y cambio manual: la receta original sigue viva
El honda NSX a prueba en Nürburgring
La transmisión manual de seis velocidades será clave para mantener esa conexión directa que Senna defendía: “un coche se mide por la emoción que es capaz de inspirar”. Y ese sigue siendo el mantra de este proyecto. Además, Pininfarina dice haber reinterpretado el interior del NSX con materiales nobles y acabados a medida, sin romper su estética de cabina envolvente.
Se ofrecerá con volante a la izquierda o derecha, y su diseño recuperará la ergonomía orientada al conductor y la pureza visual que definieron al modelo original. El objetivo es trasladar la sensación del NSX de 1990, esa conexión perfecta entre máquina y humano, y llevarlo a una ejecución moderna, casi de pieza de colección.
Hasta ahora, los restomod eran terreno casi exclusivo de europeos y americanos: Porsche, Ferrari, Jaguar, Ford… Pero el NSX abre una nueva era para los clásicos japoneses. Su historia, su pureza técnica y su legado emocional lo convierten en la base perfecta para reinterpretarlo bajo los estándares del siglo XXI.
Imágenes | JAS Motorsport
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