
Las carreteras españolas no están en su mejor momento: más de la mitad de la red se encuentra en una situación de deterioro muy grave.
No lo decimos nosotros, sino la Asociación Española de la Carretera, que ha recorrido miles de kilómetros y ha utilizado la inteligencia artificial para analizar el estado de nuestras vías, tanto secundarias como de alta ocupación. Y no bastaría con poner más peajes para conservarlas.
Castilla-La Mancha, Galicia y Aragón son las regiones que salen peor paradas
Si te digo que las carreteras españolas no están en buen estado, es poco probable que te sorprenda. Basta con conducir unos pocos kilómetros por casi cualquier lugar de nuestra geografía para comprobarlo de primera mano.
Hay baches, grietas, señalización en mal estado (tanto vertical como horizontal), kilómetros y kilómetros de asfalto roto, vegetación descuidada que reduce la visibilidad en muchos cruces y agujeros que revientan neumáticos con una facilidad pasmosa.
Las deficiencias se pueden encontrar en todo tipo de vías, desde las urbanas hasta las autopistas, pasando por las carreteras convencionales. Algunas de estas vías están en un estado tan lamentable que se hace francamente complicado circular por ellas; se me ocurre el ejemplo de la CM-1053, en Guadalajara, Castilla-La Mancha, la única carretera por la que se puede acceder a la localidad de La Toba: está en tan mal estado que la última vez que conduje por allí no pasé de 20 km/h.
Pero tampoco hace falta poner ejemplos tan locales. La autovía A-52 es otro caso de una carretera española con muchas deficiencias. Miles de vehículos circulan por esta vía cada día, pero hay tramos en los que resulta muy difícil conducir por el carril derecho el mal estado en el que se encuentra; es una tortura para los coches y, por supuesto, un peligro para los usuarios de la vía.
Mi compañero Héctor Ares lo denunció el año pasado, cuando tuvo un reventón por culpa de un agujero y entonces avisó de la peligrosidad de este tramo. Por desgracia, ahora esta carretera vuelve a estar de actualidad por la muerte del futbolista Diogo Jota y de su hermano tras sufrir un reventón que provocó el accidente mortal; si bien es cierto que, según apuntan fuentes policiales, la velocidad excesiva tuvo mucho que ver y probablemente fuese la causa principal del siniestro, no se puede pasar por alto el mal estado de esa carretera.
🚨Las carreteras españolas, en el peor momento de su historia reciente: El 52% de la red, con deterioros de gravedad.
— @aecarretera (@aecarretera) July 3, 2025
📢Informe sobre Necesidades de Inversión en Conservación 2025
💵El déficit supera ya los 13.400 M€
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Más allá de los ejemplos que podamos poner todos los conductores, hay un informe de la Asociación Española de la Carretera que deja claro hasta qué punto están deterioradas las carreteras españolas.
Según dice este informe, el 52% de la red presenta deterioros de gravedad y un total de 34.000 kilómetros, es decir, el 32% de la red, necesita reconstrucción urgente. La AEC estima que hacen falta 13.941 millones de euros para poner a punto las infraestructuras viarias españolas.
La Asociación Española de la Carretera señala que Aragón, Castilla-La Mancha y Galicia son las regiones con las carreteras peor conservadas: “El 68% de la red viaria aragonesa presenta deterioros graves en sus firmes, un 16% más que la media nacional y un 36% por encima de las carreteras de la Comunidad Valenciana, que se sitúan en el extremo menos malo de la serie. Por su parte, en Castilla-La Mancha y en Galicia, el porcentaje de red en estado grave alcanza el 59%”.
“El deterioro de red viaria de nuestro país puede representar la paralización del proceso de transformación de las carreteras en infraestructuras verdes, seguras y conectadas. La descarbonización del transporte, la reducción a la mitad del número de fallecidos por accidente de tráfico en 2030, la mejora de la resiliencia de las infraestructuras frente al cambio climático, la repoblación de la España vacía o la introducción de movilidades automatizadas al ritmo exigido por los compromisos europeos pueden verse seriamente amenazadas si no se actúa de inmediato para revertir la situación que dibuja el Informe de la AEC”, dice esta asociación.
Además del peligro desde el punto de vista de la seguridad que suponen estas deficiencias en nuestra red de carreteras, la AEC alerta de que el mal estado de las vías nos afecta al bolsillo.
“Circular por una carretera en mal estado incrementa hasta un 12% el consumo de combustible. Sin ir más lejos, los dos meses del verano de este año (julio y agosto) el deterioro de las carreteras se traducirá en un sobregasto superior a los 270 millones de euros en combustible, considerando los más de 100 millones de desplazamientos de largo recurrido que, según ha anunciado la Dirección General de Tráfico, se van a registrar. Nada más y nada menos que cuatro millones y medio más de sobrecoste en combustible al día”, indica la AEC.
Más allá del sobrecoste en combustible, conlleva pagar más por cómo afecta el mal estado de las vías al transporte de mercancías: “Un pavimento deteriorado obliga a reducir la velocidad de circulación una media del 10%, lo que, en el caso de los camiones, supone un 12,5% más de tiempo para realizar el mismo recorrido, un 25% más en el caso de los autobuses y un 20% más los vehículos ligeros. Considerando que los precios del transporte de mercancías se establecen en función del tiempo, se puede concluir que el incremento de los costes asociado al aumento de los tiempos de viaje terminará repercutiendo en los precios del producto final (un 10% más, según cálculos de la AEC)”.
Imágenes | Asociación Española de la Carretera