Probamos el espectacular Lamborghini Huracán LP610-4: 610 CV y sólo 1.422 kilos de peso para un cohete llegado de Italia
Pruebas de coches

Probamos el espectacular Lamborghini Huracán LP610-4: 610 CV y sólo 1.422 kilos de peso para un cohete llegado de Italia

El Lamborghini Huracán LP 610-4 se lanzó al mercado con la tarea de sustituir al longevo Gallardo, que fue el primer superventas de la casa de Sant'Agata Bolognese. Con más de 14.000 unidades vendidas, el Gallardo todavía atesora hoy orgullo de ser el Lamborghini más vendido de toda la historia.

El nuevo superdeportivo Huracán, con su motor V10 de 610 CV en posición central, tecnología de vanguardia y un diseño espectacular, ha sido un éxito rotundo desde su nacimiento como atestiguan las 11.000 unidades que se han vendido hasta la fecha de sus diferentes variantes y evoluciones. Con tales números, a punto está de superar al Gallardo, así que lo hemos probado para conocer cuál es el secreto de su éxito.

Un diseño que no deja indiferente

Lógicamente, el diseño es uno de los puntos fuertes del Lamborghini Huracán y uno de los aspectos que más valoran sus clientes. No es un coche que pretenda pasar desapercibido a pesar de que apenas mide un metro de alto, dos palmos escasos sobre el suelo.

Lamborghini Huracan LP610-4
Hasta las vacas a su paso se fijan en este toro que debe su nombre, como manda la tradición, a un astado español que participó en una corrida en Alicante a finales del Siglo XIX.

Su línea es tremendamente agresiva, personal y única. Las formas hexagonales dominan y marcan el estilo del frontal, extremadamente afilado y con unas entradas de aire muy marcadas a ambos lados de la siempre impertinente matrícula, que rompe su finura y agresividad.

Cuando se lanzó al mercado hace ya cuatro años, fue el primer supercoche con tecnología de luces LED. Aplicada a las ópticas delanteras y traseras, en ambas las líneas de diodos LED tienen un diseño en forma de 'Y' que le dan un toque muy agresivo, como si estuviese listo para atacar, ya sea de día o incluso cuando cae la noche y ves en penumbra su espectacular silueta posterior.

Lamborghini Huracan LP610-4
Las ópticas delanteras tienen unas formas muy afiladas y las luces LED en forma de 'Y' son muy llamativos

Admirando en vista lateral sus escasos 4,4 metros de largo, las llantas de 20 pulgadas situadas casi en los cuatro extremos del coche son uno de los elementos más destacados. Voladizos muy cortos y las formas muy marcadas de su cintura, que se aleja casi en ángulo paralelo al suelo de un techo tan estrecho que apenas cubre el espacio situado sobre la cabeza de los dos ocupantes, son los elementos que dan consistencia a un coche espectacular en todos los sentidos.

El interior es casi igual de espectacular que el diseño exterior, pero algunos mandos tienen un origen Audi demasiado evidente. Los acabados y materiales empleados, no están al nivel de los de su primo el Audi R8.

Parte de esa espectacular silueta se consigue gracias a la línea del techo, que sube de forma fluida desde la parte delantera del coche, alcanza una altura comedida encima del habitáculo y baja muy poco hacia la parte posterior cubriendo el vano motor donde se esconde el motor V10 atmosférico.

Lamborghini Huracan LP610-4 lateral

La trasera con formas cóncavas, las cuatro salidas de escape agrupadas por parejas a cada lado y un difusor de contorno muy marcado, hacen que el Lamborghini Huracán sea uno de esos coches que te podrías pasar horas viendo sentado en un sillón con una buena copa en la mano. ¿Arte? Para mí sí.

Personalidad en el habitáculo

Por su arquitectura con motor central, el Lamborghini Huracán dispone únicamente de un habitáculo biplaza y poco más. Lo primero que sorprende al acceder a él, no es la posición muy baja en la que se queda nuestro trasero, casi a ras de asfalto como debe ser en un superdeportivo, sino que el espacio disponible para ambos ocupantes es más amplio de lo que cabría pensar.

Lamborghini Huracan LP610-4 interior

Comparado con el Gallardo al que sustituye, el Huracán dispone de mucho más espacio a todos los niveles. No da sensación de claustrofobia, la superficie acristalada en los laterales y parte delantera es amplia y únicamente echas en falta algo de visibilidad posterior, ya que no hay luneta alguna quedando ciega la vista trasera.

Las formas hexagonales que dominan en el diseño exterior, mandan también en el interior. Salidas de aireación, molduras de las puertas, ventanillas... Todo se ha dibujado buscando la forma hexagonal, que no necesariamente tiene que ser la más lógica y práctica, sino que responde a un motivo estético. Sin duda, es uno de los habitáculos con más personalidad del mercado.

Lamborghini Huracan LP610-4 asientos
Las costuras en color rojo, incluyen la palabra Huracán sobre el respaldo del asiento. En total son 30 metros de hilo para dar forma a esos bordados tan visibles.

El volante con laterales achatados y parte inferior plana, agrupa muchos de los mandos que puedes necesitar. En el brazo izquierdo, los botones activan la intermitencia y luces largas. En el derecho, el limpiaparabrisas y los niveles de intensidad del mismo. Abajo, el selector de modos que permite elegir entre Strada (carretera), Sport (deportivo) y Corsa (circuito).

Lamborghini Huracan LP610-4 volante
El volante integra muchos mandos, como los de los limpiaparabrisas, luces o el selector de modos en la parte inferior.

Detrás del volante, una pantalla TFT de 12,3 pulgadas muy novedosa en su momento, permite tener agrupada toda la información que necesitamos y cambia su aspecto para adaptarlo al modo de conducción que llevemos seleccionado. Además, la falta de visibilidad posterior de la que hablábamos, se suple con una cámara de marcha atrás que muestra la imagen en esa pantalla TFT. Bendita sea.

Por lo demás, la combinación entre cuero y piel vuelta en tapicería y guarnecidos de las puertas, con las costuras en color rojo y formas semi-romboides sobre los asientos, hacen que el interior sea espectacular a la vista.

Lamborghini Huracan LP610-4 mandos

Los mandos con una función por botón, situados en la parte superior del salpicadero, parecen los de un avión de combate preparado para disparar las municiones. La pena es que los mandos multifunción de claro origen Audi y la calidad de los ajustes de estos, están muy lejos de la habitual en su primo alemán y empañan un diseño sublime. Tal vez en Italia no den importancia a estos detalles, porque ocurría lo mismo en el Ferrari 812 Superfast que probamos hace unos meses.

En marcha con un motor muy familiar

Esa personalidad tan marcada que irradia el Lamborghini Huracán por dentro y por fuera también se manifiesta cuando te pones al volante. Por ejemplo, a la hora de poner en marcha el coche.

Lamborghini Huracan LP610-4 Prueba

Para arrancarlo hay que levantar una tapa hexagonal situada en la consola central, bajo la que se esconde un botón de color rojo. Al pulsarlo, un estruendo brutal eclipsa cualquier sonido cercano. La primera vez que hice esa maniobra, me acordé de Maverick interpretado por Tom Cruise manejando su F-14 en la película Top Gun. Los jóvenes no sabrán ni de qué estoy hablando.

El sonido del motor es exageradamente perfecto, un rugido que nos recuerda que llevamos a nuestra espalda un viejo conocido que parece un milagro todavía sobreviva en tiempos en los que el downsizing parece haberse adueñado de todo y en el que incluso se recurre a motores de lavadora para ayudar a esos pequeños e insulsos motores que equipan hoy en día muchos superdeportivos.

Lamborghini Huracan LP610-4 motor V10
El motor 5.2 V10 atmosférico es un viejo conocido del Grupo VAG que ha ido sufriendo transformaciones con el paso del tiempo para, aparte de seguir siendo uno de los mejores motores atmosféricos de la historia, seguir cumpliendo con las normas de homologación.

Hablamos del polifacético motor V10 5.2 atmosférico que ya montaban los Lamborghini Gallardo y Audi R8 de anterior generación, un prodigio de motor capaz de ofrecer diversos niveles de potencia, desde los 540 que ofrece en el R8 más básico hasta los más de 600 caballos de las versiones más radicales del Huracán o el nuevo Audi R8 V10 Plus.

Nos ponemos en marcha. Por suerte para no rascar los bajos de la parte delantera en cualquier salida de garaje, al subir un bordillo o pasar un resalto, el Huracán cuenta con un sistema de elevación mecánica del eje delantero, que permite ganar 40 milímetros de altura libre al suelo y evitar disgustos en maniobras comunes.

Lamborghini Huracan LP610-4 con suspensión delantera elevada
Para evitar rozar su estilizada carrocería en entradas de garaje o al pasar resaltos, cuenta con un sistema de elevación del eje delantero que permite ganar 40 milímetros de altura libre al suelo.

Moverse con este coche por ciudad es un ejercicio que requiere cierta adaptación. Has de aceptar que todo el mundo te vea, que los viandantes saquen los móviles para hacer fotos, que se agachen para ver si el que va dentro es algún futbolista famoso o que no veas apenas nada por encima del tráfico que te rodea.

Salvo por eso, el Lamborghini Huracán es relativamente utilizable en tráfico urbano. Nada de tirones, durezas o un tacto tosco como ocurría antaño con los superdeportivos, y todo gracias a una gestión electrónica que se encarga de que este coche de aspecto tan rudo y agresivo, sea tan dócil como su primo alemán el Audi R8.

Lamborghini Huracan LP610-4 trasera
Las llantas son de 20 pulgadas de serie y la tapa del motor puede tener este diseño o ser de cristal.

Lógicamente con semejante motor situado en posición central sobre un chasis de nuevo desarrollo, fabricado en fibra de carbono y aluminio con un peso de solo 200 kilos, los consumos en entornos urbanos son desmesurados. 20 l/100 km no es algo extraño de ver en el cuadro informativo del ordenador de abordo. ¿Y qué más da?

Más GT de lo que esperábamos

Salir a carretera con un superdeportivo de aspecto y arquitectura tan agresiva y radical como la del Lamborghini Huracán, hace presuponer que comienzas un viaje de tortura para tu espalda, cervicales y demás órganos. Pero sorprendentemente, el italiano se muestra más suave y confortable de lo que inicialmente podríamos esperar.

Lamborghini Huracan LP610-4 frontal

Las suspensiones absorben bastante bien las ondulaciones, y solo los baches más acusados se transmiten al habitáculo. De todas formas llegan bastante filtrados incluso a pesar de las llantas de 20 pulgadas de serie con neumáticos de perfil súper bajo.

El sonido atronador del motor V10 parece bajar un par de grados de intensidad cuando viajas por carretera. Lo hace gracias a las válvulas situadas en las salidas de escape posteriores, que se cierran para mejorar el confort de los pasajeros. Todo está perfectamente pensado.

Lamborghini Huracan LP610-4 volante levas cambio
Las levas del cambio son gigantes y van fijas a la columna de dirección. Basta con acariciarlas y la caja de cambios de 7 marchas con doble embrague hará su labor en un respiro.

Y a ese relativo refinamiento ayuda también la caja de cambios, una doble embrague de 7 velocidades llamada Lamborghini Doppia Frizione (LDF), que básicamente es la misma que monta el Audi R8 V10 Plus.

Por sorpresa, el semblante desafiante de su diseño, contrasta con un confort de marcha digno de los mejores GT del mercado. Es válido para viajar siempre y cuando el equipaje vaya en otro coche.

En carretera, siempre y cuando vayamos en el modo Strada, el coche tiende a ir en marchas largas, a bajas vueltas y con una ausencia sorprendente de vibraciones. Así te encuentras en séptima a poco más de 2.000 RPM rodando a velocidades que rozan el límite legal.

Lamborghini Huracan LP610-4 aérea
Incluso en la vista cenital el Lamborghini Huracán LP610-4 es alucinante.

Si quieres caña, basta con pisar a fondo el acelerador, momento en el que la caja de cambios baja dos marchas, el sonido y las vibraciones se multiplican exponencialmente como si hubiese comenzado el despegue de un cohete y todo comienza a pasar mucho más rápido de lo habitual.

Sube de vueltas más rápido de lo que sube un cohete

Y es que un superdeportivo como este, pide a gritos salir de las aburridas y anodinas autopistas y autovías, donde con esos niveles de confort no percibimos grandes diferencias frente a, por ejemplo, un Audi TT. Es hora de buscar carreteras más reviradas, solitarias y divertidas.

Lamborghini Huracan LP610-4
El mando selector de los tres modos de conducción va situado en la parte inferior del volante y permite elegir entre Strada, Sport o Corsa.

Cambiamos entonces al modo Sport y el carácter del conjunto cambia por completo. Todo se tensa, todo se ajusta para ofrecer un rendimiento al alcance de muy pocos coches. La caja de cambios ya no tiende a estar relajada, mantiene el régimen en un punto en el que basta con acariciar el acelerador para obtener respuesta, algo sencillo al contar con hasta 560 Nm de par a 6.500 RPM.

El motor V10 es una auténtica delicia. Es uno de esos motores con cierto carácter antiguo, que anima a llevarlo hasta muy arriba disfrutando de todas y cada una de las revoluciones hasta alcanzar las 8.250 RPM en las que entrega el pico de potencia.

Lamborghini Huracan LP610-4
El paso por curva de este coche es brutal. Es una lapa que sólo pesa 1.440 kilos, tiene tracción a las cuatro ruedas y el motor situado en posición central. No falla nada.

Si te atreves a pisar a fondo el acelerador, algo para lo que deberás prever un mínimo tramo recto por delante, la respuesta que ofrece es brutal. Sube de vueltas tan rápido que la pantalla TFT de 12,4 pulgadas parece atragantarse para mostrar las cifras de revoluciones subiendo mientras un atronador sonido hace que sientas escalofríos.

Cuesta despegar la espalda del asiento, ya que el coche te pega sin compasión. No en vano, acelera de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos y pasa desde parado a 200 km/h en 9,9 segundos, cifras reservadas a muy pocos coches.

Lamborghini Huracan LP610-4 en curva

Pero acelerar en rectas es algo fácil y al alcance de cualquier coche con potencia. Lo mejor llega cuando empiezan las curvas. Es ahí cuando el Lamborghini Huracán muestra su mejor cara, la más eficaz y la que tal vez más le diferencie de cualquier rival.

En los modos Sport y Corsa, el coche cambia por completo. Se convierte en ese toro bravo, que busca amedrentar a quien le rodea, pero lo hace con una conducción asequible para cualquiera. Bendita electrónica.

La dirección electromecánica va adaptando su dureza y ofrece un tacto muy preciso. Es una maravilla inscribirlo en las curvas sintiendo una conexión única con la carretera, a la que parece ir pegado como una lapa. El sistema de tracción a las cuatro ruedas premia el envío de potencia al eje posterior, que puede llegar a recibir el 100% en momentos puntuales.

Lamborghini Huracan LP610-4 en vista aérea

El coche parece ir anclado a la carretera, y sólo provocando las reacciones conseguirás que la trasera se insinúe un poco. Todo ocurre a un ritmo frenético, digno de los mejores coches de carreras.

El conjunto se percibe muy ágil y preciso, especialmente en las curvas donde se nota que las masas no suspendidas se han reducido al mínimo para hacerlo muy eficaz. Solo pesa 1.422 kilos en seco. Además, el Huracán es uno de esos coches en los que la aerodinámica juega un papel muy importante, haciendo que vaya más pegado al asfalto cuanto más rápido vas.

Lamborghini Huracan LP610-4

Las levas del cambio, fijas sobre la columna de dirección, tienen un tamaño muy grande y son metálicas. El cambio es tan rápido en las reducciones y tan bonito el sonido que se cuela en el interior cada vez que haces una, que cuesta resistir la tentación de bajar una marcha más de lo necesario cuando te acercas a una curva.

Un coche que no tiene fin

La prueba del Lamborghini Huracán LP610-4 la hice en una de mis carreteras favoritas, de esas que uno se conoce al milímetro. He pasado por allí con más de 100 coches de todo tipo.

Lamborghini Huracan LP610-4 en carretera

Cuando le aprietas, el Huracán muestra un genio de esos que te pone los pelos de punta. Es alucinante cómo de equilibrado se siente como conjunto, en el que todo parece ir en su sitio y estar perfectamente afinado para hacerlo muy rápido.

El primer superdeportivo con tracción a las cuatro ruedas de Lamborghini fue el Diablo VT en 1993. Hoy en día esta solución, perfeccionada hasta el infinito, hace que el coche vaya pegado al asfalto como si fuese una lapa.

Una tras otra, vamos haciendo pasadas por el mismo tramo para la sesión de fotos, y admito que cada vez me siento más suelto. Le había perdido ya el respeto a un toro bravo que a primera hora de la mañana, con su semblante desafiante, me tenía algo intranquilo.

Lamborghini Huracan LP610-4 delantera

Pero además de sorprender el fantástico rendimiento dinámico, hay otra cosa que me deja alucinado. La potencia de frenado de este aparato es descomunal. Basta con pisar a fondo el pedal de freno y el coche se detendrá en muchos menos metros de los que nadie en su sano juico cabría esperar.

Son de serie los frenos carbono cerámicos, que montan discos de 380 milímetros y de 356 detrás, mordidos por pinzas que en total suman 10 pistones. Su tacto es sencillamente perfecto y son inagotables.

Lamborghini Huracan LP610-4 pinza freno
Los frenos carbono cerámicos son parte del equipamiento de serie.

Lamborghini Huracán: nuestra puntuación

.4

Diseño exterior 9
Diseño interior 9
Calidad 7
Habitabilidad 7
Maletero 7
Motor 9
Seguridad 9
Comportamiento 9
Comodidad 9
Precio 9

A favor

  • Diseño exterior
  • Personalidad interior
  • Comportamiento dinámico
  • Sonido motor

En contra

  • Calidades interiores
  • Envejecimiento mandos
  • Capacidad del depósito justa
  • Consumos en deporitva

El Lamborghini Huracán LP610-4 cumple una doble función. Por un lado, es un digno miembro de la familia Lamborghini, un superdeportivo que mejora al Gallardo en todos los aspectos. Corre más, corre mejor y lo hace ofreciendo un nivel de emoción al volante que pocos coches pueden ofrecer, además de lucir un diseño que enamora.

Por otro lado, tiene un precio ajustado para ser un superventas dentro de su segmento y seguir así con la senda de ventas iniciada por su antecesor. Está a la venta por 230.000 euros, lo cual supone sólo 7.000 euros más de lo que has de pagar por su homólogo el Audi R8 V10 Plus, con quien comparte algo más que su espíritu. No parece un precio exagerado por tener un coche con una percepción tan exclusiva respecto al alemán y tal vez esa sea una de las claves de su éxito.

Lamborghini Huracan LP610-4 tres cuartos delantera
Si tuvieses el dinero, ¿no pagarías 7.000 euros más por un Lamborghini Huracán LP610-4 que por un Audi R8 V10 Plus? Creo que es una cuestión de gustos más que de dinero elegir uno u otro.

Ficha técnica

Versión probada   LP610-4
Cilindrada5.204 cm³ Tipo de tracciónTotal
Bloque motorV10  CombustibleGasolina
Potencia (CV @ rpm)610 @ 8.250 Capacidad del depósito80 litros
Par motor (Nm @ rpm)560 @ 6.500 Consumo urbano17,8 l/100 km
Masa en vacío1422 kg Consumo extraurbano9,4 l/100 km
Velocidad máxima325 km/h Consumo combinado12,5 l/100 km
Aceleración 0-100 km/h3,2 segundos Capacidad maleteroND litros
Transmisión7 velocidades doble embrague Precio230.096 euros

El coche para esta prueba ha sido prestado por Horizon Experience. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas

Fotografía | Álex Varo

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