Victoria Fuentes
Stellantis, como el resto de marcas, apenas consigue sacar la cabeza del hoyo donde está metida. Primero fue Bruselas con la imposición de vender vehículos eléctricos, después fue EEUU asfixiando al grupo con aranceles del 25 %: la política de Donald Trump les costará 1.500 millones de euros solo este año. Pero lo que está preocupando a Stellantis son los objetivos de CO₂.
En una conferencia en la cámara baja del Parlamento en Roma, el mandamás de Stellantis en Europa, Jean-Philippe Imparato, ha avisado a la UE: los objetivos de emisiones impuestos son "inalcanzables", ha dicho, y les expone a multas estratosféricas.
"Tendremos que tomar decisiones difíciles"
Imparato está preocupado, y con razón. La UE ha establecido un esquema de penalizaciones si las marcas no cumplen con sus objetivos de emisiones entre 2025 y 2027, y no lo están haciendo porque, hoy por hoy, el coche eléctrico solo le es rentable a las marcas chinas.
Así que Stellantis está advirtiendo de que su situación no es nada fácil y que podría verse obligada a cerrar fábricas ante objetivos que ha descrito como "inalcanzables" y que les puede suponer multas de hasta 2.500 millones de euros en un par de años.
La empresa matriz de marcas como Jeep, Peugeot, Fiat o Chrysler tendría que duplicar sus ventas de vehículos eléctricos, lo que es imposible, o reducir la producción de vehículos de gasolina y diésel, ha explicado Imparato, para mejorar el mix de su flota a favor de los eléctricos. "Tengo dos opciones: o me lanzo a fondo a por lo coches eléctricos o acabo con los motores de combustión. Y por lo tanto, cierro fábricas", ha asegurado.
De, hecho, una de las tácticas que contempla el grupo es recortar la producción de coches con motor de combustión interna para cumplir sus objetivos de emisiones de la UE para 2025. Es un verdadero quebradero de cabeza para los fabricantes de automóviles del Viejo Continente. La normativa europea sobre CO₂, también conocida como norma CAFE (por 'Corporate Average Fuel Economy'), entra en vigor a partir de 2025.
Esta norma fija como objetivo para 2025 que la media de emisiones de las ventas de un fabricante no pueda superar los 93,6 g/km de CO₂, aunque, ponderada con el peso medio de los coches vendidos, la media efectiva sería de unos 95 g/km. Eso significa una multa de 95 euros por gramo de más y por coche vendido.
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Imágenes | Stellantis, Peugeot
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