Renovarse o morir: Alpine busca asegurar su supervivencia con un SUV eléctrico y un nuevo modelo, que llegarán en 2023

Renovarse o morir: Alpine busca asegurar su supervivencia con un SUV eléctrico y un nuevo modelo, que llegarán en 2023
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El Alpine A110 ha sido un éxito. En 2019, la pequeña marca del grupo Renault vendió 4.835 unidades del A110, su mejor año desde su lanzamiento en 2018. Sin embargo, una marca no puede sobrevivir con un solo modelo, especialmente si ese modelo es un deportivo. Mucho se ha hablado de un posible SUV como segundo modelo. Y todo apunta a que será, además, eléctrico.

Según L'Argus, ese SUV eléctrico llegará a finales de 2023 o principios de 2023. Ya no se fabricará en Dieppe, histórica fábrica de Alpine y Renault Sport ya que a corto plazo cerrará. Se fabricará en Douai (Norte), junto con el resto de coches eléctricos del grupo Renault. Renault ha previsto convertir esa factoría, que actualmente fabrica los Scénic, Espace y Talisman, en un centro dedicado exclusivamente a la producción de vehículos eléctricos.

Es muy pronto todavía para saber si compartirá plataforma con alguno otro SUV Renault, pero en principio todos los SUV previstos para fabricarse allí usarán la plataforma CMF-EV. De momento, en Alpine están explorando las posibilidades que ofrecería la plataforma y ver cómo puede encajar un SUV eléctrico en la marca.

Junto a este SUV, llegaría una nueva generación (o más bien un profundo restyling) del A110, que un tiempo más adelante contaría incluso con una variante Targa, cuenta el medio francés. Todo sea por mantener viva la marca.

Alpine A110 SportsX
El Alpine A110 Sports X es un concept car que juega con el estilo offroad.

Y es que el gran reto al que se enfrenta ahora Alpine, tras el éxito inicial del A110, es transformar el ensayo que supuso devolver a la vida una marca y un modelo que, salvo para los petrolheads más auténticos, eran desconocidos para los menores de 50 años.

Los retos de Alpine

Así, de lo que se trata ahora es que Alpine se establezca como marca, es decir, deshacerse de la imagen de nostalgia que conlleva el A110 y que el modelo, así como la marca, brillen por si solos. Pero antes deberá resolver algunos de los problemas que tiene la marca, que no el coche. El primero de ellos es su gran dependencia de Francia.

fábrica alpine

Si bien en 2019, Alpine vendió 4.835 unidades (cuando en 2018 fueron 2.091 unidades), el 65 % de esos coches fueron matriculados en Francia. Alpine solo vende el A110 en Europa, Japón y Australia. A excepción de Alemania, Reino Unido y Japón, el resto de los mercados no son importante en términos de volumen para la marca. Incluso Australia, con lo grande y habitada que es, tan solo tiene adjudicada unos 60 Alpine A110 al año, cuando Porsche vende 156 Cayman y 89 Boxster al año (cifras de 2019) sobre un total de más de 4.000 Porsche.

El segundo problema que tiene Alpine es el tiempo. El ciclo de vida comercial de un deportivo es atípico. Se suelen vender muy bien los dos o tres primeros años para luego ir bajando de forma cada vez más pronunciada. Y es que la gran mayoría de los que quieren uno y se lo pueden permitir, suelen querer su nuevo juguete ya. Es una clientela que no suele esperar mucho.

fábrica alpine

El truco está en limitar el descenso manteniendo vivo el interés por el modelo. Es por eso que todos los fabricantes de deportivos suelen esperar un par de años antes de presentar una versión descapotable de su deportivo y a medida que pasa el tiempo, multiplican las series limitadas y especiales. La cuestión es que el coche siga bajo los focos y por tanto siga atractivo. Al menos, esa es la idea porque no siempre se consigue.

Alpine ya lo hizo con el Alpine A110 S, más radical y potente (292 CV en lugar de 252 CV) y nuevas series exclusivas, como las Légende GT y Color Edition. Pero no es suficiente. La solución para mantener a flote la marca, todo el mundo la conoce: fabricar un SUV.

Alpine A110 Legende Gt 8
Alpine A110 Légende GT, una de las series especiales destinadas a revitalizar las ventas del A110.

Basta con mirar los resultados de Porsche. En 2019 vendió 280.000 coches en todo el mundo. Casi 200.000 de esos coches eran Cayenne y Macan. A los fans no les gusta la idea de un SUV, pero si se venden y permiten financiar los deportivos, ¿dónde está el problema?

Eso sí, Alpine lo tiene más difícil que Porsche. Y es que no basta con proponer un SUV con un lenguaje estético que recuerde el A110. No basta con proponer un Koleos al estilo Alpine. Sería un suicidio, Alpine necesita un SUV que sea deportivo o cómo mínimo muy rápido y con un elevado contenido tecnológico. No ha de ser ligero ni tampoco hace falta que sea realmente deportivo ¿Acaso un Cayenne, comparado con un Cayman GT4, es ligero y realmente deportivo?

El cliente de un SUV no necesita exactamente lo mismo que en un deportivo. Solo necesita que le recuerde, que tenga un trocito de ese aura, y que aporte un valor añadido diferente. Éste suele ser el contenido tecnológico. Y la mejor manera para Alpine y Renault de lograr un elevado contenido tecnológico en un SUV sin invertir unos millones que no tienen en intentar alcanzar Porsche en el terreno de los Cayenne y Macan, es apostar por el SUV eléctrico.

Las posibilidades en términos de prestaciones y potencia, contenido tecnológico (conducción semiautónoma, actualizaciones over the air) y habitabilidad que ofrece un SUV eléctrico son muchos más grandes que con un SUV tradicional. Y por tanto, su valor añadido será también mucho más grande.

Alpine A110 Color Edition

Lo que no sabemos por ahora es si es demasiado tarde o aún están a tiempo de lograrlo, habida cuenta del nuevo plan industrial de Renault.

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