Estados Unidos ha cerrado sus puertas a los coches eléctricos chinos con unos aranceles del 100% del valor del coche. Europa debería anunciar nuevos aranceles a los vehículos eléctricos chinos el 9 de junio, después de las elecciones al Parlamento Europeo. En principio deberían ser aranceles más suaves que los estadounidenses, pero preocupan mucho a China. Tanto que China se ha buscado un aliado para defender su causa en Europa, España.
Según el Ministerio de Comercio, “China espera que España empuje a la Unión Europea a apoyar y fomentar la industria de las nuevas energías para profundizar en la cooperación y crear un entorno de desarrollo justo y predecible”.
Una petición que suena a fábricas a cambio de apoyos
Desde China esperan que España anime a la Unión Europea a mantener una actitud abierta en el campo de las energías nuevas y ecológicas. “La investigación de la UE sobre la industria china de vehículos eléctricos equivale a proteccionismo”, explicó el Ministro de Economía Wang Wentao, tras una reunión celebrada el lunes en Madrid con los ministros españoles de Economía e Industria.
Wang Wentao afirmó además que China está dispuesta a trabajar con España para incrementar el comercio, promover las inversiones bidireccionales y ampliar la cooperación.
El pasado mes de octubre, la Comisión de la Unión Europea inició una investigación que podría desembocar en la imposición de nuevos aranceles punitivos (actualmente son del 10% del valor del coche) para proteger a los fabricantes europeos de las importaciones chinas de vehículos eléctricos más baratos gracias en gran medida a generosas subvenciones estatales.
Pekín recuerda que Francia, Alemania y la Unión Europea en su conjunto se han comprometido en «repetidas ocasiones» a evitar una guerra comercial expresando su apoyo al sistema de comercio multilateral basado en reglas y a un entorno equitativo para la competencia.
¿Por qué China busca el apoyo de España? Este anunció viene poco tiempo después de que la china Chery se haya hecho con la antigua fábrica Nissan de Barcelona. Chery ensamblará en Barcelona en modalidad de CKD (complete knock-dow) coches fabricados y pintados en China de sus marcas Jaeccoo y Omoda, como el Omoda 5 de gasolina y su versión eléctrica.
La lectura a pie de calle es tan sencilla como descarada: China ha puesto una fábrica en España, ahora hay que devolverle el favor. Y más cuando BYD está barajando la posibilidad de abrir una segunda fábrica en Europa, como dejó intuir Stella Li, vicepresidenta ejecutiva de BYD.
“Antes de 2025 anunciaremos también tres o cuatro fábricas más en diferentes regiones y llevaremos la tecnología a nivel local. Eso significa que instalaremos centros de diseño y de I+D en diferentes regiones, incluida Europa", explicó Stella Li. Es imposible no tener la sensación que la adjudicación de esta segunda fábrica se hará en función de los apoyos que reciba la causa de la industria china.
China juega la baza de España, también por su situación particular. La mayoría de las grandes marcas ya producen en la Península Ibérica, desde Stellantis a Renault, Volkswagen, Mercedes y Ford, y España ocupa el segundo lugar, por detrás de Alemania, en número de vehículos entregados.
Pero España tiene un talón de Aquiles: no cuenta con una gran marca nacional independiente. SEAT S.A. tiene cada vez más peso en el seno del Grupo Volkswagen gracias a Cupra, pero está muy lejos de alcanzar el de Skoda y sus 866.800 coches entregados en 2023 frente a los 519.200 coches de SEAT y Cupra. Esto dejó fuera a España de las decisiones estratégicas de las grandes marcas cuando se licitó la primera oleada de vehículos eléctricos.
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