Ahora le toca a Renault. La fiscalía de París investiga un posible fraude en las emisiones de sus diésel

Ahora le toca a Renault. La fiscalía de París investiga un posible fraude en las emisiones de sus diésel
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Pasan los días y un nuevo fabricante tiene que dar explicaciones sobre las emisiones de sus coches diésel. Después de Volkswagen y de Fiat Chrysler, hoy le toca el turno al grupo Renault. El grupo francés está siendo formalmente investigado por la fiscalía de París desde ayer.

Los tres fiscales del caso deben investigar el posible "engaño sobre la calidad sustancial y los controles efectuados (...) cuyos hechos tuvieron por consecuencias hacer que la mercancía sea peligrosa para el hombre o el animal". Es decir, si hubo fraude en la homologación de las emisiones de algunos modelos Renault con motor diésel.

En el ojo del huracán desde enero de 2016

No es la primera vez que Renault está bajo la lupa de los organismos oficiales desde el Dieselgate de Volkswagen. En enero de 2016, Renault fue objeto de un registro por parte de la Dirección General de la Competencia, del Consumo y de la Represión del Fraude (DGCCRF de sus iniciales en francés), organismo que depende del ministerio de economía. Los registros se centraron en los departamentos de homologación y de puesta a punto de motores.

Entonces, y aunque las pruebas efectuadas por el ministerio de ecología en las que se había constatado que algunos modelos de Renault, como de otros fabricantes extranjeros, superaban las normas en emisiones de NOx y CO2, no se encontraron pruebas de fraude o trampa.

Renault es el segundo fabricante después de Volkswagen en tener que dar explicaciones a la justicia en Europa sobre las emisiones de sus coches diésel

La fiscalía de París se hace cargo del caso

Aún así, en noviembre de 2016, la DGCCRF entregó su informe a la fiscalía. Lo hizo en la fiscalía de Nanterre, del departamento de Hauts-de-Seine (92), por ser el tribunal con jurisdicción sobre la sede social de Renault. Sin embargo, el tribunal de Nanterre trasnfirió el informe a la fiscalía de París, reflejando así la importancia del asunto.

El caso de Renault, si finalmente se demuestra que hubo fraude, podría ser potencialmente tan importante como el de Volkswagen al arrojar la duda sobre otras marcas que usan motores Renault. Y no solamente en el seno de la Alianza (Nissan, Infiniti, Dacia o Samsung): algunos vehículos del grupo Daimler equipan motores diésel de origen Renault.

De momento, todavía se desconocen los modelos de Renault afectados y por tanto el o los motores que equipan para saber si afectarán a otras marcas. La única certeza que tenemos a día de hoy es que Renault es el segundo fabricante después de Volkswagen en tener que dar explicaciones a la justicia en Europa sobre las emisiones de sus coches diésel. Y es que que tras la confesión de Volkswagen, Francia ordenó investigar a otros fabricantes por si acaso.

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