Biogasolina para completar el puzle de los biocombustibles

Biogasolina para completar el puzle de los biocombustibles
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Casi desde el inicio, nos hemos venido haciendo eco de decenas de investigaciones que comparten un mismo afán: encontrar fuentes de energía allá donde jamás lo hubiéramos sospechado y volcarlas hacia la automoción en forma de combustibles. En esto, demostrar que mover un coche a base de biocombustibles procedentes de algas o residuos no es tanto el reto como es dar con un proceso ideal.

En la búsqueda de esos procesos de aplicación, muchos proyectos se retrasan o se estancan sin remedio. Dejando a un lado los inconvenientes más económicos y sociales, los biocarburantes tienen una traba más obvia. Requieren de modificaciones en los motores y de mezclas con combustibles tradicionales. Pues bien, en la Universidad Davis de California están avanzando en este punto para dar con un proceso más simplificado con la biogasolina como protagonista.

La biogasolina no es un alcohol, como es el caso del bioetanol, sino un hidrocarburo proveniente de biomasa. Tiene las mismas propiedades de la gasolina, y no requiere de modificaciones en los motores, ni de mezclas. Puede sustituir a la gasolina en cualquier motor de ciclo Otto.

Gasolinera Abandonada

Nadie ha conseguido llegar a "desconceptualizar" este maravilloso biocarburante, principalmente, porque hasta la fecha las investigaciones en este área no han encontrado la manera de desarrollar hidrocarburos ramificados (por su estructura molecular) con la misma volatilidad que la gasolina. Eso sí, podemos decir que el profesor Davis Mascal y su equipo de la Universidad Davis de California, están en ello.

El material que están utilizando para dar con esa biogasolina es una vieja conocida: celulosa, obtenida de diversas fuentes, como cultivos o nuestra propia basura. Recordaréis que en su día ya os hablamos de combustible a base de periódicos. Este proyecto sigue un camino similar. A falta de que se publiquen más detalles, su objetivo de momento no es el de alimentar a una bacteria para que a cambio nos dé combustible, como en el caso anterior.

Nadie ha mencionado a ningún microorganismo (parece que de estos, si les tratamos bien, podamos conseguir lo que queramos de ellos, hidrógeno incluido) ni a ningún tipo de alga; sino al ácido levulínico obtenido de biomasa, para un proceso que no requiere de fermentación.

Surtidor de gasolina

Los investigadores, de momento, no han informado de mucho más, con lo que quedamos pendientes de conocer más detalles sobre esta técnica para obtener la famosa biogasolina, en un intento más por conseguir ajustar mejor la energía que consumimos a la que nos es dada.

Vía | News UC Davis Foto | Flickr En Motorpasión Futuro | Un proyecto finlandés prueba cómo desarrollar biodiesel de la madera en un Volkswagen Golf TDI, ¿Por qué limitar la utilización de biocarburantes?

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