¿Qué se siente copilotando el Safety Car de MotoGP?
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¿Qué se siente copilotando el Safety Car de MotoGP?

En Motorpasión os hemos hablado muchas veces de los coches que hacen las funciones de Safety Car tanto en MotoGP como en la Fórmula 1. Hasta hemos repasado la de los primeros en imágenes desde que BMW comenzó a ejercer como coche oficial, tal y como seguirán haciendo hasta el 2019. Lo que no habíamos tenido ocasión de hacer todavía, y somos el primer medio español en hacerlo, es montar en uno de ellos y contaros cuál es exactamente su función.

Aprovechando la disputa hace algunas semanas del Gran Premio de Aragón de MotoGP en el circuito de Motorland en Alcañiz, gracias a la colaboración de BMW M y Dorna tuvimos el privilegio de hacer algo reservado a unos pocos, montar en el Safety Car de MotoGP. No lo hicimos durante el protocolo previo a la carrera, sino la tarde del sábado previo, cuando los entrenamientos ya habían acabado y los pilotos descansaban en el paddock dentro de sus motorhomes pensando en la estrategia de carrera para el día siguiente.

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A las 17.30 nos habían citado en el pit lane del circuito aragonés, cuando el sol ya comenzaba a bajar para ponerse en pocas horas por el horizonte. Cuando llegamos al lugar de la cita, una impresionante flota de BMW M descansaban justo al comienzo del pit lane. Había todo tipo de modelos, desde un M5 hasta un M6 Coupé y los M3 Sedán y M4 Coupé, estos dos novedades incorporadas a la flota de Dorna este año.

Todos ellos forman parte, y tienen una función específica en los estrictos protocolos de seguridad de los Grandes Premios de Motociclismo. Por ejemplo el M5 es el coche médico, una potente berlina perfecta para llegar en el mínimo tiempo posible a un posible accidente que necesite intervención urgente del doctor para antender a algún herido.

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Por su parte el M4 Coupé se encarga de seguir a los pilotos durante la primera vuelta de carrera, asegurándose de que no ha habido incidentes al comienzo de la misma y dando por tanto luz verde para que el espectáculo pueda continuar. No se trata de modelos de estricta serie, sino que incorporan una serie de modificaciones para llevar a cabo su cometido de mejor forma. Lo primero que encontramos en todos ellos es un completo equipo de luces de emergencia, unas situadas sobre el techo y otras en la parte delantera.

Todos ellos llevan un paquete aerodinámico específico, formado en algunos como los M6 Coupé y M5 por alerones fijos en la parte trasera de considerables dimensiones, y en todos los casos fabricados en fibra de carbono para reducir al mínimo el peso del conjunto

Se ponen en marcha a través de una serie de mandos en el interior que obligan en algunos casos a sustituir algunos de los paneles del salpicadero para poder albergar los interruptores pertinentes. Todos los coches de la flota van decorados además con los colores tan característicos de BMW M, dándoles un aspecto realmente deportivo. Tanto es así que cada vez es más habitual ver a los más quemados fanáticos de BMW M con decoraciones inspiradas en estos, que la propia marca ya ofrece como opción aftermarket en algunos modelos.

Además todos ellos llevan un paquete aerodinámico específico, formado en algunos como los M6 Coupé y M5 por alerones fijos en la parte trasera de considerables dimensiones, y en todos los casos fabricados en fibra de carbono para reducir al mínimo el peso del conjunto. También todos ellos llevan sistemas completos de escape Akrapovic, que además de modificar el sonido de los coches y hacerlo más acorde con coches que sólo se van a usar en circuito, también ayudan a reducir el peso respecto a los modelos de serie.

En el interior también se ha trabajado, principalmente para albergar los cuadros de mandos del sistema de luces, y en todos ellos para dar cabida a unos asientos baquet firmados por Recaro dignos de los mejores coches de carreras. En el caso concreto de los M4 Coupé y el M6 Coupé se han incorporado barras antivuelco, ya que su ritmo en pista suele ser muy alto. Vamos, que poco más y podrían competir en cualquier campeonato o carrera de resistencia tal y como están.

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Antes de salir a pista, los coches quedaron impolutos

Mientras tomábamos fotos a todos los coches allí alineados y mientras un miembro de la marca le sacaba brillo a todos los coches, un grupo de gente se iba agolpando a su alrededor. Eran invitados de Dorna y de BMW M que como nosotros iban a tener ocasión de hacer algo único, montar en los Safety Car de MotoGP en una vuelta al trazado aragonés que personalmente no olvidaré en mi vida.

Tras veinte minutos de espera aparecieron por allí los pilotos de los coches y pusieron en marcha el M3 Sedán y el M5. Los M4 y M6 Coupé debían descansar para estar en perfecto estado de revista al día siguiente, pero no parecían malas opciones el M3 con sus 431 caballos y el M5 con sus 560 caballos, dos coches que ya habíamos tenido ocasión de probar en Motorpasión en el pasado.

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Los nervios iban en aumento a medida que esperábamos nuestro turno para montar en el coche. Vale que no íbamos a poder conducirlos, pero montar en el asiento del copiloto en circuito en coches de estas características es de esas cosas que recomiendo hacer a todo el mundo que tenga la oportunidad.

Por suerte gracias a mi trabajo he montado en todo tipo de "cacharros" con todo tipo de pilotos, pero es algo que no me canso de hacer siempre que se plantea la ocasión. Mientras veo la cara de felicidad con la que los invitados van bajando de los coches cuando acaban sus vueltas, la gente de Dorna me recuerda que está prohibido grabar vídeos durante la vuelta. Fotos podemos hacer las que queramos, pero los vídeos quedan prohibidos por temas de derechos de televisión en los que no vamos a entrar.

Llega nuestro turno para montar en el BMW M3 Sedán

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Por fin, y después de que una joven señorita haya bajado el M3 pegando gritos de alegría y al borde del orgasmo mientras gritaba "es lo más increíble que he hecho en mi vida", llega nuestro turno. Nos tocaba montar en el BMW M3 Sedán, tal vez el modelo más divertido de todos los que forman la flota de MotoGP. Su piloto es Carlos Ezpeleta, el hijo del CEO de Dorna Carmelo Ezpeleta y piloto reconocido que participa habitualmente en el Campeonato de España de Resistencia CER y en las G-Series sobre la nieve de Andorra.

Una vez que me he sentado en el asiento del copiloto y me he abrochado el cinturón de seguridad, Carlos me saluda y me da la mano. "Allá vamos", dice mientras salimos a toda velocidad por la recta de Motorland sin haber usado el sistema launch control.

La Foto 1

La primera curva del circuito es un ángulo de 90 grados a la izquierda, y ya por la forma que tiene de trazar la curva me permite intuir que nos lo vamos a pasar bien en esa vuelta. Se tira al vértice y da gas antes de lo que debería, metiendo más dirección de la normal para provocar la primera de una serie de derrapadas que no cesarían hasta que acabase la vuelta.

Mientras enlaza una curva tras otra derrapando con una maestría digna únicamente de pilotos con muchas horas de experiencia, Carlos tiene la habilidad de ponerse a conversar como si lo que está haciendo fuese fácil. "Veo que estás haciendo fotos, ¿son para publicar en algún sitio?" me dice. "Si, en una web que se llama Motorpasión" le contesto en cuanto consigo volver a respirar después de un divertido cambio de trayectoria derrapando en el llamado Sacacorchos invertido de Motorland.

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Mientras abre dirección para poner fin a una derrapada perfecta, me dice "Anda, Motorpasión. Si la leo a diario". Eso me llena de orgullo y a el parece animarle a llevarnos si cabe un poco más de lado de lo que lo estábamos haciendo hasta ahora. El sonido de los preciosos escapes Akrapovic se mezcla con armonía con el chirriar de las ruedas traseras, que no cesan de desprender ese humo blanco de olor adictivo que nos indica que estamos rodando cerca de los límites de la física.

Una tras otra engrana las marchas con la caja DKG, haciendo que todo parezca un juego de niños. Las derrapadas a la salida de las curvas son muy marcadas, pero lo hace con tanta facilidad que me entra una duda. "¿Llevas los controles desconectados o vas con el M Dynamic Mode?" le pregunto. "No no, va todo desconectado. El M Dynamic permite derrapar pero no tanto", me aclara mientras nos acercamos a la larga recta de atrás del circuito.

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Disfrutando como un niño con cada derrapada, le pregunto que qué opina de los nuevos M3 Sedán y M4 Coupé respecto a sus antecesores. Me dice que estos son más ágiles y más fáciles de llevar al límite que los anteriores, algo que yo también pensaba después de los dos días que nos pasamos en el Autódromo do Algarve durante la presentación internacional.

Por fin llegamos a la recta de atrás por dónde sólo unas horas antes las MotoGP alcanzaban velocidades cercanas a los 340 km/h. Es una larga recta en bajada, al final de la cual se puede elegir entre dos variantes del circuito. Las MotoGP hacen la parte corta, con un curvón a izquierda en subida que da paso a la recta de meta. Cuando se corren carreras de coches en cambio se activa la variante larga, que permite recorrer unos 250 metros más de recta pero que a cambio acaba en un ángulo a izquierdas mucho más lento que el curvón de las motos.

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Una tras otra va subiendo de marchas con el pie siempre a fondo, y el velocímetro va subiendo con rapidez. 180, 190, 200 y mete séptima cuando está a punto de llegar al corte. En séptima sigue acelerando con contundencia gracias al empuje de los 431 caballos y cuando rozamos los 240 km/h de punta levanta el pie del acelerador y frena ligeramente para encarar el curvón por el mismo sitio que las MotoGP. Menuda diferencia, las motos alcanzaban 340 km/h en esa recta y nosotros apenas llegamos a 240 km/h. Para los que gusten de las comparativas coche-moto este es un buen dato.

Menuda diferencia, las motos alcanzaban 340 km/h en esa recta y nosotros apenas llegamos a 240 km/h

Baja una marcha y se tira al interior de la curva, forzando el apoyo sobre los neumáticos que van en el exterior. El coche demuestra una nobleza espectacular, parece ir sobre raíles. Todo hasta que una vez más mete dirección, pisa el acelerador y hacemos la última mitad de la curva completamente de lado a más de 180 km/h fundiendo literalmente las ruedas traseras y disfrutando al mismo tiempo de un contravolante de libro, con varias vueltas de volante.

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"Carlos, tienes el mejor trabajo del mundo", le dije nada más bajar del coche. "Si, pero no sabes cuantos años llevo sin ver la primera vuelta de MotoGP", me contestó...

Mientras devuelve con sutileza el volante a la posición central, veo por el espejo retrovisor la enorme humareda que acabamos de provocar. No pasa nada, somos los últimos que íbamos a montar en el coche ese día. Llegamos de nuevo a meta, nuestra vuelta en el Safety Car de MotoGP había llegado a su fin. Menudo espectáculo acabábamos de dar a los pocos espectadores que todavía estaban sentados en las gradas del circuito.

Carlos se baja del coche y nos quedamos charlando un rato de su trabajo. Le digo que yo no tengo mal trabajo, pero que el suyo es si cabe mejor. Recorrer todo el planeta siguiendo el Campeonato del Mundo de Motociclismo y hacerlo para conducir el Safety Car podría ser mi trabajo ideal.

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