El volante ‘yoke’ de Tesla se pela a los pocos kilómetros, pero da igual porque la culpa nunca es de Tesla

El volante ‘yoke’ de Tesla se pela a los pocos kilómetros, pero da igual porque la culpa nunca es de Tesla
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El volante del nuevo Tesla Model S Plaid sigue generando polémicas. El volante tipo Yoke, en inglés en referencia a los mandos de un avión, que en España suelen llamar cuernos, tendría según algunos usuarios del coche un acabado horrendo.

Tras 12.000 millas (casi 20.000 km), empezaría a perder su tapizado, como si tuviese 300.000 km de uso. Los fans de Tesla más acérrimos no han tardado en echarle la culpa a los propios conductores. Nunca pondrás en duda Tesla.

Que el revestimiento de un volante se degrade con el tiempo debido al uso es inevitable. Sin embargo, el problema en este caso es el poco kilometraje al que ese fenómeno empieza a ocurrir en algunos volantes Yoke de los Tesla Model S Plaid.

Como apuntan en The Drive, son varias las personalidades de redes sociales las que han publicado su mala experiencia con el revestimiento de esos volantes. El usuario de Twitter The Kilowatts tenía un Model S Long Range equipado con el Yoke al que le faltaban tres notables trozos después de sólo 24.000 millas (algo más de 38.000 km).

El popular creador de TikTok jf.okay publicó fotos de un Yoke que se degradó rápidamente en un Model S Plaid con sólo 12.000 millas (menos de 20.000 km). Otra personalidad de Twitter Meet Kevin también compartió su experiencia, afirmando que había visto problemas similares en su propio Tesla después de sólo 4.000 millas de conducción.

La culpa es de los demás

Tesla Model S

La respuestas en redes sociales no se han hecho esperar y no son pocos los que acusan a los conductores de un mal uso del volante. Algunas de las respuestas nos dejan como mínimo perplejos.

Un usuario ha ido a rebuscar el antecedente por conducción bajo los efectos del alcohol de Meet Kevin para acusarle de derramar cerveza sobre el volante, mientras que otro acusa a jf.okay de ejercer demasiada presión sobre el volante con sus uñas y otro le reprocha usar demasiado gel hidroalcóholico.

No son las únicas teorías, y son todas realmente disparatadas. En todo caso, nadie puede esperar que use un coche y un volante, como si fuese una pieza de colección del siglo XVIII.

Hay que ser realista, un volante tiene que estar hecho para poder soportar toda clase de trato, desde gente con anillos que pueden rayar el cuero hasta gente a la que le sudan las manos y sí, gente a la que se le cae encima toda clase de bebidas, aunque conduciendo no deberían tener un vaso de lo que sea en la mano.

Tesla volante Yoke

Tesla no se comunica con la prensa, aun así, que quede claro que de momento no parece que afecte a todos los volantes Yoke del Model S Plaid ni a otros modelos de la marca. Se podría tratar de una partida de volantes defectuosos. Son cosas que le pueden ocurrir a cualquier marca. O no. Y menos aún en un coche de más de 100.000 euros. Lo llamativo aquí es el extraordinario trabajo de marketing orgánico realizado por la marca desde sus inicios.

Nunca se gastó un dólar en publicidad y lo apostó todo a las redes sociales y a la viralidad. Y ha dado sus frutos. No solamente las redes sociales actúan de altavoz y se convierten en los comunicados oficiales de la marca, en especial de Elon Musk, sino que han conseguido una legión de fans dispuestos a defender a la marca pase lo que pase, cual army de K-Pop.

Y eso, más que una crítica hacia Tesla, que lo ha hecho francamente bien, es un reflejo de todo lo que está bien y mal con las redes sociales. Sólo usando las redes sociales, Tesla ha llegado en menos de 10 años a un nivel de notoriedad similar al de Apple, Ferrari y Porsche. Pero las redes sociales son también un lugar donde un error se puede convertir en linchamiento o una simple anécdota se convierte en problema nacional.

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