El nuevo Tesla Model 3, desvelado hace unas semanas, ha experimentado un profundo cambio de imagen al que acompañan una serie de cambios, tanto en su puesta a punto como en la ergonomía del interior.
La ergonomía nunca fue el punto fuerte del Tesla Model 3, dejarlo todo en manos de una pantalla central no es la solución ideal. Ahora, Tesla va un paso más allá y ha decidido que el nuevo Model 3 no tenga ningún tipo de palanca. Eso implica que no hay palanca de cambios, ni de intermitentes y tampoco de limpiaparabrisas.
Tesla ha preferido sacrificar funciones esenciales sobre el altar del diseño minimalista. Y eso puede suponer más de un problema en la vida real conduciendo el coche.
Cambio de marchas digital
El nuevo Tesla Model 3 carece de cualquier tipo de palanca. Todo se hace vía la pantalla central o bien vía los botones en el volante multifunción. El cambio de marchas, marcha atrás o hacia adelante, se efectúa en la pantalla.
Al encender el coche, pisando el freno y con el smartphone vinculado al coche (o bien usando una tarjeta NFC), en el lateral izquierdo de la pantalla aparece una silueta del Model 3. Basta con deslizar el coche hacia arriba para ir hacia delante o hacia atrás para accionar la marcha atrás.
Como son marchas que se accionan con el coche parado, no es a priori tan problemático desde el punto de vista ergonómico. En todo caso, no es más problemático que una palanca que se acciona, un mando que se gire o un botón que se pulsa. El posible problema puede venir con un fallo de pantalla. ¿Cómo cambiar entonces de marcha o poner el coche en neutro o parking?
En caso de fallo en la pantalla, se pueden usar los mandos táctiles de la consola central. El actual Tesla Model S ya usa este mismo sistema. Situados debajo de los cargadores inalámbricos de los móviles, estos controles no son visibles en situaciones normales. Se iluminan sólo cuando se pulsa uno de ellos. Y en caso de un fallo de la pantalla, éstos se iluminarían automáticamente para poder usarlos.
Botones de intermitentes mínimos
El punto más problemático, sin embargo, es el de los intermitentes. No hay una norma que obligue a situarlos en una palanca en el lado izquierdo del volante. En el Reino Unido, algunos coches llevan la palanca a la derecha, por ejemplo.
En el pasado, Citroën experimentó con los controles y sus mandos satélites, como en los Citroën GS o Citroën BX, e incluso SEAT se desmarcó con los mandos del primer SEAT Ibiza. Más recientemente, Ferrari lleva desde el Ferrari 458 Italia con los botones de los intermitentes situados también en el volante.
¿Dónde está el problema? ¿Le tenemos manía a Tesla? No, no le tenemos manía. El problema es que la marca estadounidense ha optado por situar los botones de los intermitentes en el brazo izquierdo del volante. Los dos botones en el mismo lado. El botón superior para indicar un giro a la izquierda y el inferior para un giro a la derecha. En un cruce normal no hay dificultad una vez nos hemos acostumbrado a la ubicación de los botones.
Sin embargo, en una rotonda, en la que se puede dar la casualidad que debemos dar más de un giro de volante, ya no tendremos acceso a los intermitentes porque no sabremos donde está el botón que debemos pulsar para indicar que vamos a salir de la rotonda, por ejemplo.
Y es aquí donde buscar un diseño minimalista a ultranza para ahorrar en costes de producción bajo la excusa de la innovación estética llega a sus límites. La novedad ha sido eliminar las pocas palancas que quedaban, ha sido llevar el minimalismo al extremo. Tan al extremo han llegado que los diseñadores ya sólo podrán eliminar la pantalla como novedad para seguir con la visión minimalista del interior, pero esta es otra cuestión.
No me cabe duda que en las pruebas en Estados Unidos ninguno de los ingenieros tuvo problemas con los intermitentes en las calles de San Francisco, Houston en los cruces de carretera desérticos de Nevada. Por la sencilla razón de que no hay prácticamente rotondas en Estados Unidos. Del mismo modo que en California no saben aparcar marcha atrás, las pocas rotondas que hay son motivo de confusión para los conductores y las odian.
No faltará gente que después de hacer la gracia de que nadie usa los intermitentes, recordará que Ferrari también usa botones para los intermitentes.
Sí, pero el intermitente izquierdo está en el brazo izquierdo del volante y el intermitente derecho en el brazo derecho. Y además son botones físicos, en relieve que podemos reconocer al tacto, es algo natural. Aquí, no sabemos dónde están al girar el volante y para colmo los “botones” del Tesla no son físicos, el brazo del volante es liso.
Ahorrar costes y generar conversación
No es la primera vez que Tesla intenta reinventar un elemento que lleva en los coches desde que son coches, o casi, para poder desmarcarse y dar de qué hablar. Recordemos que hasta muy recientemente, Tesla nunca se ha gastado un sólo dólar en publicidad y toda su comunicación se basa exclusivamente en generar debate en redes sociales.
Con el volante ‘Yoke’ del nuevo Model S, que imitaba a los cuernos de un avión, ocurrió algo similar. Parecía una buena idea, al fin y al cabo hasta los Fórmula 1 no usan un volante redondo al uso sino un modelo casi cuadrado y no tienen problemas para girar cuando compiten en las estrechas calles de Mónaco.
Salvo que no bastaba con cambiar de volante, se debía adaptar la dirección para que tuviese una relación de desmultiplicación variable en función de la velocidad. Algo que sí ha hecho Toyota con el bZ4x y el Lexus RZ 450e, por ejemplo. Así y a diferencia de Tesla, el conductor de un Lexus RZ no tiene que quitar las manos del volante y girar el volante más de media vuelta, o 90º tal y como hace un piloto de Formula 1.
Desde entonces, el volante ‘Yoke’ ha pasado a ser una opción y el clásico volante redondo equipa ahora de serie los Model S. ¿Cómo es posible que en Tesla nadie haya pensado en la desmultiplicación de la dirección? No es que no se hayan dado cuenta o no lo sabían (por haber hablado con algunos de ellos, son auténticos petrolheads).
La razón está más bien en el ahorro de los costes. Es más fácil cambiar un volante que desarrollar una nueva dirección. El volante da de qué hablar durante seis meses o un año. Una vez ha generado conversación y los clientes reclaman un volante normal, se vuelve a la solución de toda la vida. Y no ha pasado nada.
De hecho, ese error permite incluso crear una imagen positiva, la de una marca que escucha a sus clientes y reacciona mucho más rápido que los fabricantes de toda la vida, como Volkswagen que ha anunciado el fin de los botones hápticos en sus volantes…para la siguiente generación de modelos. De momento, seguirá habiendo quejas.
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